LA PATRIA | MANIZALES
De las 45 personas que la Unidad Nacional de Protección (UNP) cuida actualmente en Caldas, 19 son de Riosucio. Allí, 15 dirigentes, representantes o miembros de grupos étnicos superaron los estudios de riesgo y cuentan con personas que los escoltan para brindarles seguridad.
Entre los beneficiados en el Departamento hay alcaldes, líderes sindicales, senadores, exfuncionarios públicos que anteriormente coordinaron o ejecutaron políticas de paz, periodistas, víctimas de violaciones de derechos humanos, entre otros. Esa protección tiene un costo mensual de $256 millones 305 mil.
LA PATRIA consultó a la UNP para saber más sobre cómo funciona la entidad, cómo se definen las solicitudes, los derechos y obligaciones de protectores y protegidos, entre otros datos.
La Subdirección de Evaluación de Riesgo, en lo corrido del 2017, ha autorizado 42 órdenes de trabajo para Caldas.
Los encargados de protección se dividen así:
-245 de la planta de la UNP, quienes son reincorporados del DAS.
De acuerdo con lo establecido en el Decreto 1066 de 2015, Capítulo 2, se recibe la solicitud de protección y se diligencia un formato. Luego se analiza y verifica si existe nexo entre el riesgo y la actividad que desarrolla el peticionario. En adelante, luego de análisis y trabajos de campo, se determina si el riesgo es ordinario o alto.
El nivel de riesgo se revalúa una vez al año, o antes si existen nuevos hechos que puedan generar una variación.
La labor arranca dos o tres horas antes del horario de citación que se establece con el protegido.
En ese lapso, el escolta sale de su casa a recoger el armamento y el vehículo, si se tiene asignado. Debe arribar a la casa del beneficiario 15 o 20 minutos antes para vigilar que no haya nada extraño alrededor de la vivienda del protegido.
Si el esquema de seguridad es amplio y cuenta con un líder, debe haber una reunión previa para dar instrucciones.
Posteriormente se implementan medidas preventivas para la salida del beneficiario.
Una vez el esquema está con el escoltado, cada hombre de protección asume un rol (conductor, protección, líder).
Al llegar al lugar de trabajo o de visita, se toman medidas preventivas para que el beneficiario abandone el vehículo e ingrese al lugar.
Los hombres de protección deben estudiar los planes de evacuación del lugar donde estén. Deben coordinar con el beneficiario el tiempo y espacio para almorzar o comer. En ocasiones llevan sus alimentos, porque no se sabe si habrá tiempo.
La hora de terminación del servicio puede variar y depende de las actividades laborales o sociales, sin importar la hora.
Finalizada la jornada, el escolta se dirige a las instalaciones de la UNP para dejar su arma de dotación.
Cuando se sale de la ciudad, se incrementan las actividades y se debe buscar hospedaje y restaurantes.
Los costos de transporte, si no se cuenta con vehículo de servicio, los asume el protegido, al igual que la alimentación.
Las personas beneficiarias reciben elementos de apoyo:
Se puede suspender la medida de protección cuando:
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