El tiempo junto con la vida marcha inexorable atacando sin compasión la estabilidad de nuestros afectos.
Son ya dos años de tu alejamiento corporal que no impide que los sentimientos latentes de dolor por tu partida, permanezcan incrustados taladrando persistentemente como almarada cruel nuestros corazones.
Nunca te olvidaremos. Serás faro conductor que rutilante nos servirá de guía y ejemplo, en razón a tus sentimientos de amor, solidaridad, filantropía, generosidad y desprendimiento, pues siempre estuviste atenta para, sin miramientos, ayudar al desvalido, al necesitado, al indigente, al inope, sin esperar retribución alguna. Más sí de pronto oliscando la ingratitud de tus congeneres.
En la Iglesia del Sagrado Corazón en el Barrio Palermo, será celebrada a las siete de la mañana del 20 de diciembre, la Eucaristía en la que pediremos a Nuestro Creador -por su alma. Dios pague a quienes con caridad nos acompañen. De antemano lo agradecemos.
Alirio Ramírez Zuluaga Alejandro Ramírez Gallego