Foto | Cortesía | LA PATRIA
Es difícil despedir a nuestros seres queridos al viaje celestial, puesto que, quisiéramos tenerlos cerca por siempre.
Alba, no alcanzamos a despedirnos, ni a expresar nuestro afecto a tan maravilloso ser; tan abnegado a su trabajo como docente de primaria de la Escuela La Victoria de Pereira donde te jubilaste, formando a innumerables estudiantes y después tan entregado a todas las personas de la familia.
Fuiste para todos nosotros como una madre y amiga; todos tenemos algo que agradecerte, por la forma como nos recibías en tu casa, tan amable y servicial.
Tu casa era un hogar para propios y extraños, pues, albergaste amigos, vecinos y cuidaste a muchos niños de los primos que tanto te nacía amar, entregándote con esmero como un ser maternal.
Para Jorge Hernán tu hijo y tus nietos Diana Milena, Jorge Andrés, Amaia y Laura, el más grande abrazo de amor y afecto, acompañándolos en tan dolorosa despedida.
Alba no te decimos adiós sino hasta luego, ya que allá arriba el tiempo es mucho más corto.
Olga Clemencia Salas Jiménez y familia.