María Isabel Barreneche de Sánchez, para nosotros ‘Isabelita’ llegaba muy puntual a las 6.30 p. m. con su caja de pinturas y pinceles y su impecable bata blanca a recibir la clase de arte y pintura que el querido maestro Óscar Naranjo impartía a sus alumnos los cuales nos dividíamos en el grupo de la tarde y en el grupo de la noche. Isabelita pertenecía al grupo de la noche el cual decíamos todos, era el mejor. Isabelita con atención detallaba cada una de las pinceladas virtuosas que daba el maestro Óscar en las clases de demostración al igual que lo hacía en las teóricas y prácticas que nos correspondían según la agenda diseñada por él. A Isabelita todos los compañeros la queríamos porque aunque parecía un poco seria y callada siempre tenía una sonrisa para saludarnos a cada uno y una carcajada para celebrar algún buen apunte humorístico de alguno de los miembros de tan diverso grupo. La amistad con Isabelita o la Mona como también le decían algunos de sus amigos, trascendía los muros del taller de pintura y se extendía a las familias de cada uno de nosotros, es así como con sus hijos Clarita, Luis Javier y Juano conservamos grandes lazos de amistad.
Con los compañeros del taller de pintura que hoy convoco en el recuerdo de nuestras clases, de nuestros paseos, de nuestras citas mitológicas, formamos una familia en la que compartimos inolvidables momentos. Con grandes damas encabezadas por Isabelita, Nhora Salazar de Jaramillo, Flora Restrepo de González, Luz Stella García Cuartas, María Teresa Salgado, Vicky Salazar, Olga Arango de Cuartas, Diana Jaramillo, Rocío Quintero y grandes señores como John Jairo Granada, Héctor Ramiro Monsalve, Miguel Duque y por supuesto, Hernán Mejía Trujillo quien siempre llegaba con su saludo de “Buenas noches familia” sumados entre otros al distinguido grupo que formaba el grupo de la tarde.
De ese grupo ya despedimos años atrás a nuestro querido Óscar, su memoria habita en cada uno de nosotros y sus nubes siguen presentes en los atardeceres de malva que captaba de memoria. Hoy con una inmensa pena despedimos a la amiga, confidente y compañera que partió tan discretamente como fue su existencia y quien decía que los amigos se conocen en los malos momentos, por esto le hacemos llegar a su familia y amigos el más sentido saludo de condolencia.
Hoy dedicado a la noble labor de la edición de libros y radicado lejos de la querida Manizales siento en compañía de mi familia pena por la pérdida de damas tan queridas en tan corto periodo de tiempo como Pastorita Gómez, Luz Marina Zuluaga y ahora la siempre recordada Isabelita Barreneche.
Luis Miguel Vargas Valencia
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015