Inmensa tristeza causó en la ciudad el fallecimiento de don Eduardo Arango Restrepo. Reportar su muerte enluta a varias generaciones y cierra el ciclo de vida, tanto de las familias Arango Restrepo, como de los nombrados Azucenos. Ellos son ejemplo de vida sin tacha, visionarios que llevaron cabo sus sueños ceñidos a los principios y valores cívicos y éticos dejando un legado de emprendimiento empresarial e industrial para la región.
Desde los 15 años viajó a Estados Unidos con el fin de conocer el mundo y aprender inglés, idioma que dominaba como su segunda lengua, a lo que suma el francés, holandés y mucho de japonés.
Recorrió el mundo y vivió por varios años en Europa y el Japón, a su regreso revolucionó la ciudad, junto a un grupo de amigos, con quienes fundó Induma, Prometálicos, Jabonerías Hada, Iderna, Kelvinetor y Casa Restrepo entre otras. Ocupó altos cargos en la Flota Mercante Gancolombiana, el Banco de Caldas y la Corporación Financiera de Caldas.
Se distinguió como anfitrión, en el exterior se apropió de los conciudadanos recibiéndolos a todos como embajador, su casa era de todos y para todos, no escatimó esfuerzos para atender a los demás junto a su querida esposa, Teresa Vélez Jaramillo, con quien conformó su hogar ejemplo de unión. Después del fallecimiento de su esposa se dedicó por completo a sus hijos con quienes tejió los más fuertes lazos de amor y amistad.
Creó una fundación familiar con la esperanza de no tener que ver nunca a un pariente con ninguna calamidad. Su humor a flor de piel, su conversación amena y culta, hablaba de todos los temas con conocimiento y criterio, era acompañada por sonoras risas y carcajadas, lo simple lo vio grande y lo grande lo convirtió en sencillo, con inteligencia apreciar todo con un gracejo indescriptible, haciendo de él el mejor de los contertulios.
Don Eduardo se caracterizó por su civismo, él estaba pendiente de los acontecimientos de la ciudad para aportar en lo que lo necesitaran. No había tema que le fuera indiferentes, hasta la estética y el embellecimiento de Manizales estuvo en su agenda. Beatriz Osorio de Londoño y el Club de Jardinería, le acolitaban las ideas para embellecer a nuestra Manizales del alma.
El jueves 7 de enero se celebraron sus exequias en el templo Nuestra Señora del Sagrado Corazón de Palermo, donde sus hijos y nietos estuvieron acompañados de familiares y amigos entrañables para quienes don Eduardo fue como su papá, su guía permanente. Sus cenizas se esparcieron en los jardines, que alguna vez cultivó, en Torre Madero, donde fue su casa por muchos años.
Solo nos queda darle un fuerte abrazo a sus hijos Ramiro Henao Jaramillo y María Cristina Arango Vélez; Jorge Eduardo Arango Vélez; Julián Villegas González y Luz María Arango Vélez; Gabriel Arango Vélez y Adriana Gómez Mejía; Juan Camilo Arango Vélez y Matilde Arango Vélez, a sus nietos y bisnietos, sobrinos y demás familiares y amigos.
Olga Rivas de Echeverri
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015