Querida prima Ase…
Alrededor de tu óbito reuniste buena parte del núcleo familiar disperso en amplio espectro geográfico, convocando además una importante representación del magisterio caldense al cual dignamente perteneciste, evocando cimeras figuras de la docencia, familiares todas y que marcaron hitos históricos en esta querida comarca. Con celoso empeño fuiste obrera de la enseñanza en estos breñales caldenses y en otros ámbitos rurales, cercanos a queridos centros de nuestro terruño. Oficiaste de esteta que vislumbra ese venero de la carrera educativa, enseñándonos con el ejemplo que formación y belleza van de la mano dentro del ideal pedagógico si se quiere dejar honda huella, máxime hoy en el mundo digital que nos habita.
Cajita de sensibilidades, capaz de conmoverse hasta las lágrimas, con la eclosión de un capullo de una flor o una mariposa o hasta la escucha de unos acordes queridos, proporcionando para si y sus "discípulos" las más preciadas experiencias del "aprendizaje-enseñanza".
Como vástago legitimo del matriarcado antioqueño, consolidaste un hogar sabiamente desgajado de mi tronco familiar asegurando para muchos permanencia y solidez, a la par que con especial denuedo acometías la crianza, formación y orientación de tus niñas…
Adelantada a la época de los derechos humanos, luchadora sin tregua de las más nobles conquistas que ubican efectivamente a la mujer en el sitial preciso que les corresponde a todas, no sólo como el motor de la humanidad, compañera íntima de su varón; sino además forjadora de la subsistencia y aún artífice de la esquiva fortuna, de la que aún goza tu descendencia.
Enamorada del ritmo y la cadencia, nos enseñaste los pasos de la danza graciosa y evocadora, inyectando la exquisita fruición de lo que se siente por dentro. Asido todo al reconocimiento de los más prístinos ancestros de la nacionalidad colombiana.
En inusitado escenario fuiste testigo hace ya varios lustros de los estragos que el Ruiz delineara en su afán determinista de despejar panoramas de progreso a estas tierras antaño pertenecientes a la mariposa verde del añorado Caldas Grande.
Hoy que descansas a la sombra emblemática de los más caros sueños de la manizaleñidad, quiero como homenaje a mi bella parentela, destacarla como amiga y modelo genuino de la mujer íntegra que supo inmolarse como suave incienso que asciende al trono del Todopoderoso…
Descansa en paz querida prima…
HH.Palacio.