LA PATRIA | Manizales
Diego* practicaba natación y para él su estado físico era fundamental. Se exigía bastante en la piscina y, por fuera, tenía -según una tía- cuidados que se volvían excesivos y que podían ir en contra de su salud.
Entrenaba varias veces a la semana y no era raro verlo montar bicicleta al término de esta. Estaba muy pendiente de cuántas calorías ingería, de cuánta agua tomaba, entre otras cosas, y no se dio cuenta que esto pasó a ser una obsesión.
Utilizaba complementos en polvo para ayudarse y eso le pasó factura. Empezó a sentirse mal y un médico le indicó que estaba afectando su función renal. Los tuvo que parar de inmediato.
Y es que todo tiene sus límites, así lo aseguran los especialistas en nutrición. Está bien tener una alimentación saludable, pero el cuerpo necesita un equilibrio de compuestos. Al final seguir estereotipos no es bueno.
El problema
En este punto vale la pena hablar de vigorexia. Esta es de una patología mental basada en la alteración de la imagen corporal y la obsesión por la forma y la figura del cuerpo. Suelen padecerla los hombres, pero las mujeres también tienen el riesgo de presentarla. Se da entre los 18 y 40 años.
"Puede llevar a las personas a abusar de sustancias estimulantes, incluso, a la utilización de implantes para mejorar la figura, elementos que cambian la anatomía natural del cuerpo humano generando malformación muscular”, dijo Nidia Yineth Preciado, coordinadora de la maestría de psicología clínica en la Fundación Universitaria Sanitas Unisanitas.
Según la especialista, las personas que la padecen pueden desarrollar otros comportamientos. Notar imperfecciones o defectos en el cuerpo, a pesar de la normalidad de los mismos:
* Dejarse llevar por los ideales físicos a pesar de las diferencias entre las morfologías corporales y las características propias de cada cuerpo.
* Comportamientos repetitivos compulsivos como mirarse constantemente al espejo o tomarse medidas del cuerpo y de los músculos para identificar cambios, así sean milimétricos.
* Alteraciones de la autoestima.
* Pérdida de interés en las actividades comunes, como espacios sociales, laborales y familiares.
* El nombre del protagonista de la historia se cambió para proteger su identidad.
Sobre la ortorexia
Cerca a la vigorexia, también aparece el concepto de la ortorexia. Este tiene que ver con una tendencia obsesiva que hace que las personas lleven pensamientos, ideas, comportamientos, entre otros, para cuidar al extremo la alimentación.
Esta condición no se debe confundir con llevar una dieta saludable o ser vegano o vegetariano, se identifica cuando la obsesión y la revisión de las características y composición de los alimentos es tal, que la decisión de consumo se basa en evitar un daño o cambio corporal a raíz de la comida.
“Las condiciones como la vigorexia y la ortorexia se presentan por la influencia del entorno, las redes sociales, la publicidad, entre otros, donde se propone un modelo ideal de hábitos, figuras y planes de alimentación que pueden ser perjudiciales para la salud. Es importante tener en cuenta que no hay una receta mágica para vivir la vida, precisamente las orientaciones muy rígidas son las que dan lugar a este tipo de alteraciones”, detalló Nidia Yineth Preciado.
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