
Elizabeth R. Rojas
LA PATRIA | Manizales
"Con esta nueva casa mi hijo está más seguro y no tengo tanto miedo de que se lastime", dijo Mariana Hoyos, la madre de Ángel Estiven, el menor de edad de Villamaría que padece de parálisis cerebral.
La familia del pequeño estrena por estos días las refacciones hechas a su vivienda del barrio Santa Ana, sector ubicado a las afueras de la localidad. La iniciativa de los arreglos la encabezó la religiosa Lilia Ramos y la siguieron cerca de 60 habitantes del municipio. Permitirán que el niño tenga una mejor calidad de vida.
"Todos estamos muy agradecidos con Dios, con ella y con las personas que aportaron para que este sueño fuera una realidad. Ángel está tratando de gatear y se moviliza un poco más", expresó Mariana, quien a mediados del 2015, cuando se inició el proyecto, le aseguró a LA PATRIA que el bebé se arrastraba, no gateaba ni se sostenía sentado.
La primera planta de la casa cuenta hoy con un enchape que minimiza los riesgos para el niño. Ya no estará en contacto con puntillas ni con la esterilla con la que estaba fabricado el suelo. Allí también fue adecuado un baño, la cocina y el lavadero. La segunda planta, en tanto, tiene unos detalles por terminar, pero le colocaron un piso flotante que es muy cómodo. La fachada también fue intervenida.
Apoyo
"Las personas se conmovieron con el caso. Se les vio el deseo de colaborar con una obra que va a ser muy benéfica para el niño", contó sor Lilia Ramos, quien también dirige el restaurante El Buen Dios, en donde se le brinda alimentos a más de 100 niños.
La religiosa recordó que se recogió una importante cantidad de dinero. Señaló que conforme se iba recibiendo la plata se invertía en distintos materiales de construcción: Ladrillos, puntillas, cemento, arena, pegantes, fueron algunos de los utilizados.
"Yo estoy muy agradecida con las buenas personas que creyeron en mi y en lo que quería hacer. Por eso les entregaré en los próximos días unos reconocimientos. Estoy por definir en qué fecha se hará, la idea es bendecir ese nuevo hogar", puntualizó Ramos.
Dificultad
Mariana, su esposo, una pequeña de 8 años y el niño vivían en la vereda El Arroyo. Se trasladaron al municipio el año pasado por la cercanía que el cambio de residencia les daría con el lugar donde el niño asiste a sus terapias. El menor de edad debe acudir a citas de fonoaudiología, crecimiento y desarrollo, neurología y ortopedia.

Antes: Así estaba la fachada antes de empezar la obra. Después: Este es el nuevo frente de la vivienda.

La segunda planta tiene ahora un cómodo piso flotante que permite que el niño se mueva mejor.

Ángel Estiven, de 2 años y 3 meses, puede acompañar a su madre en cualquier espacio de la residencia.

El baño es más higiénico. Le fue puesto un enchape que lo hace más apto para atender el niño en él.
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