Vanessa Sánchez
LA PATRIA | Manizales
2 mil 600 colombianos están a la espera de trasplante, especialmente de riñón (2 mil 437) e hígado (217). El promedio anual de donantes entre el 2015 y el 2016 fue de 429, una cifra mínima para la cantidad de pacientes que lo requieren, según el Ministerio de Salud.
Sin embargo, esta cuota aumentará durante los próximos días gracias a que desde este sábado entró en vigencia la ley 1805 (aprobada el pasado 4 de agosto) que establece que todos los colombianos son potenciales donantes de órganos y tejidos, salvo que expresen en vida la voluntad de no hacerlo.
Con ella se se pretende resolver la crisis de órganos en el país, pues la tasa de donantes voluntarios es de 7,2 por millón de habitantes. El promedio en Latinoamérica está en 23 donantes por la misma tasa, indicó el despacho de salud.
“Se presume que una persona es donante cuando durante su vida se abstuvo de ejercer el derecho que tiene a oponerse a que de su cuerpo se extraigan órganos, tejidos o componentes anatómicos después de su fallecimiento”, asegura la ley.
A la espera
Para Jonathan, de 37 años, esta noticia puede darle un giro a su vida. Desde hace tres años entró a la lista de espera para obtener un trasplante de riñón. Padece de una insuficiencia renal que lo mantiene conectado a una máquina de diálisis todas las mañanas. Guarda la esperanza de que con esta nueva ley pueda quedar “como nuevo” en caso de que encuentren un órgano compatible con él.
“Mi madre es diabética y dependiente de la insulina. Por eso no me puede donar. De lo contrario ya lo hubiera entregado para no verme tan enfermo. Quiero ver a mi hija crecer y sé que con esta medida van a aumentar los órganos disponibles”, advirtió Jhonatan, quien revela cansancio después de pasar tres horas en la Unidad Renal del SES Hospital de Caldas.
Su anhelo es que próximamente le practiquen la cirugía, pues van dos intentos fallidos para someterse a ella. Su posición es que nadie se salva de morir y entregar lo que un fallecido no necesita es el gesto de misericordia por los demás.
Como decir que no
El congresista Rodrigo Lara Restrepo, autor del proyecto, sostuvo que quienes quieran expresar en vida que no quieren ser donantes deberán hacerlo a través de un documento escrito y auntenticado en una notaría. Luego notificar ante el Instituto Nacional de Salud (INS) por correo electrónico o en la página www.ins.gov.co. También lo puede manifestar al momento de afiliarse a la EPS.
“Si la persona no deja constancia de no ser donante, los familiares no podrán oponerse a la utilización de los órganos o los tejidos, excepto para el caso de los niños”, aseguró.
Mitos de la donación
Gilberto Mejía, director del área de trasplantes de la Fundación Cardioinfantil, explicó que en Colombia existen 25 mil personas necesitan un trasplante de riñón, seguido de hígado, corazón, pulmón y menos frecuente el páncreas.
“En el país el 10% de las personas se mueren en listas de espera. No se debe pensar en la donación como el ejercicio de ofrecer una parte de nuestro cuerpo para que alguien pueda vivir; sino en que la persona que dona el órgano ofrece todo su cuerpo para que una parte de nosotros pueda seguir viviendo”, afirmó.
De acuerdo con Mejía el mayor problema de falta de donantes se registra en la Costa, mientras que existe más cultura en el Eje Cafetero por su larga historia en la educación en ese aspecto. Aquí explica los mitos más comunes.
“Se despertó y le sacaron los órganos en una tina”
Falso. Los trasplantes solo se pueden hacer en grandes centros hospitalarios, no se pueden extraer órganos en un garaje o en una casa. En el país solo 24 lugares están autorizados. El cuidado y la preservación del órgano es fundamental para garantizar que se pueda realizar el trasplante. Por ejemplo, la conservación de un riñón es de 12 horas, la del hígado es de 8 y la del corazón y el pulmón es solo de 4.
“Devuelven a las personas irreconocibles luego de hacerles trasplantes”
Falso. Los cuerpos son intervenidos para que los familiares no noten diferencia alguna. “Los cuerpos se devuelven a los familiares vestidos, lo que evita que las cicatrices sean visibles” confirma Mejía. En Colombia entre el 75% y el 80% de los cadáveres son cremados.
“Todos los donantes deben ser personas que murieron”
Falso. Existen donantes vivos. Esta práctica médica solo se realiza con aquellos pacientes que sean familiares directos de la persona afectada. “Siempre lo que buscamos es proteger al donante. A lo largo de los años y a diferencia de lo que se cree se ha reducido el índice de complicaciones para el donante”, asegura el experto. Se estima que el 80% de los donantes vivos vuelven a ser socialmente productivos luego de superar el año de la intervención quirúrgica.
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