B. Eugenia Giraldo
LA PATRIA | MANIZALES
Valeria, de año y medio de edad, no ha tenido una vida fácil desde que nació. Tiene el síndrome de Aicardi, enfermedad rara del desarrollo del sistema nervioso, y otras patologías, entre ellas epilepsia, que le impiden un desarrollo normal.
Ella, como el 95% de la población colombiana, está afiliada al sistema de salud. El problema es que el acceso a los servicios de salud ha sido lento.
Katherine, la madre de la niña, viajó el pasado jueves con ella desde Aranzazu a unas citas médicas.
Al preguntarle cómo califica el servicio que les presta su EPS, responde: “Regular. No le suministran los anticonvulsionantes, como podemos los compramos nosotros, aunque hay uno que por el costo es imposible pagar. Tampoco le entrega otros insumos (sonda vesical foley y el botón de milk) que le prescribió la cirujana”.
Este descontento que relata Katherine, quien está en el régimen subsidiado, refleja el sentir de la directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Carissa Etienne, quien sostiene que un tercio de los pueblos de las Américas aún enfrenta barreras en el servicio de salud.
El Día Mundial de la Salud, que se conmemoró ayer, está dedicado a la salud universal, que abarca toda la gama de servicios, desde la promoción hasta la prevención, el tratamiento, la rehabilitación y los cuidados al final de la vida. Servicios que según la OMS, deben ser de calidad, integrales, seguros, eficaces y asequibles para todos.
El médico Jorge Alejandro García Ramírez, cofundador de Bive y candidato a maestría en políticas en salud, sostiene que entre los países latinoamericanos, Colombia tiene un sistema de salud que protege a las familias del costo de la enfermedad, lo que califica como un logro con la incorporación de los planes de beneficios y procedimientos a los que tienen derecho.
Añade que el plan de beneficios cubre todos los procedimientos, pero hay demoras en el proceso de diagnóstico y tratamiento. “Por ejemplo, en cáncer de mama pueden tardar entre seis a nueve meses para comenzar un tratamiento, lo que impacta el tiempo de vida (la sobrevida) de las personas”.
La otra exigencia de la OMS habla de cobertura, la que según García Ramírez en nuestro país no se traduce en acceso real efectivo. “Teóricamente todos estamos asegurados, pero si me preguntan si todos tenemos acceso, la respuesta es no. Es inequitativo entre el contributivo y el subsidiado y entre las distintas EPS también es diferente. Además, para el área rural este acceso es aún más deficiente”.
Para ello propone más regulación, que en este momento está centralizada a través de la Superintendencia Nacional de Salud y llama la atención cómo el 60% de las tutelas que se interponen es por beneficios que están protegidos.
Además, enfatiza que la cifra creciente de aseguradores que incumplen hace más difícil la operación del sistema. Por eso sugiere cerrar aquellas que no cumplen, ya que hasta ahora se incumple con pacientes y prestadores y no pasa nada.
Don Pedro Loaiza vive con su esposa en la finca El Combeima, vereda El Salado. Para ir a Marulanda tarda dos horas a caballo. Al preguntarle por su EPS dice que no recuerda el nombre, “por ahí hay un carné, es rojito, pero no me acuerdo de más. Antes estaba afiliado a Caprecom y como se acabó nos inscribieron en otra”.
El señor, de 60 años, dice que nunca ha estado en un hospital. “Una médica que me arregló una muela me dijo que era hipertenso y que debía estar en controles, pero como no siento nada, no veo la necesidad”.
Lo que sorprende es que la EPS en estos dos últimos años nunca ha tenido contacto con la familia. “Por aquí no llega a venir nadie de salud. No sabemos de brigadas y tampoco hay quien nos hable de prevención, sería bueno que de pronto nos hicieran controles. Lo que hacemos es tomar pasticas cuando nos da algún dolor”.
De acuerdo con la premisa de la OMS y la filosofía del sistema de salud en Colombia, la salud universal significa contar con un sistema sólido y eficiente, para que todas las personas accedan sin discriminación a los servicios de salud.
Para ello, citan seis puntos clave, he aquí la radiografía para el sistema colombiano:
Juan Carlos Martínez, director de prestaciones sociales de Educal
El modelo de comercialización que propone nuestro sistema obliga a que las EPS generen una sostenibilidad del modelo de atención. Además, hay unas mafias enquistadas que se chupan los recursos de la salud, esto implica un ahorro en costos de medicamentos, exámenes de laboratorio, procedimientos, consulta y mano de obra. Visto así, la persona deja de ser lo más importante para quienes comercian con la salud, porque recortan derechos para generar ganancias. Creo que hay que acabar con las EPS y reforzar la estructura pública.
José Norman Salazar, director del Centro Nacional de Derecho Médico
Desde enero de este año se han implementado a cuenta gotas las redes integrales de atención (Rias). Las EPS, unas con más agilidad que otras, desarrollan este sistema que puede integrar las áreas de promoción y asistencial de segundo y tercer nivel. Con la ley 100 desapareció el programa de promotoras rurales, que permitía que esta población, que era muy desatendida, tuviera vigías o dolientes de los temas de salud de la comunidad y porque estaba enfocado a la labor preventiva. Ahora se trata de revivir la promoción de la salud especialmente para las comunidades alejadas.
José Norman Salazar, director del Centro Nacional de Derecho Médico
La afiliación está, pero la barrera es que al materializar este servicio la cobertura es insuficiente. No hay una buena red de prestadores, lo que se evidencia en unas regiones más que en otras. Con algunas dificultades se accede a un primer nivel, pero en el segundo y tercero se rompe la cadena y es cuando surge la falta de oportunidad en las citas y de red de prestadores, situación que se acentúa en el área rural. Enfocar la atención hacia la medicina familiar no es una propuesta válida, al contrario sería para que unos se beneficien y la gran mayoría quede al descubierto.
Jorge Alejandro García Ramírez, cofundador de Bive y candidato a maestría en políticas en salud
Implementar el sistema y sus políticas es algo aspiracional y pretender que cubra más beneficios y proteja más riesgos debilita su sostenibilidad. Estoy de acuerdo en que cubrir todos los beneficios tiene unas implicaciones financieras para el sistema, eso implica que todos debemos financiar ese cubrimiento, el problema es que los encargados de que ocurra no lo hacen. Esto es una bomba de tiempo porque el nivel de deudas de clínicas y hospitales es gigantesco y las EPS no tienen con qué pagar. A esto se suman los problemas de corrupción que se han evidenciado en los últimos años.
Nelson Enrique Arias, profesor del departamento de Salud Pública de la U. de Caldas
En lo que se refiere a medicamentos, las prestaciones cubiertas por el Plan Básico en Salud (antiguo POS) son mejores que lo contemplado en el aseguramiento en salud de países como Chile, por ejemplo. Pero si se mira oportunidad y continuidad en el suministro, calidad de los medicamentos genéricos (bioequivalencia), trámites para la prescripción y autorización, hay muchos lunares. El acceso real o goce efectivo del derecho a la salud es mucho más que recibir medicamentos o beneficiarse de la tecnología.
Carlos Humberto Orozco, médico y director del Centro de Diagnóstico Urológico
Hay una discusión entre lo que esperan los usuarios y lo que está formando el sistema. Los estudiantes: enfermeras, médicos y odontólogos consideran que la calidad de formación ha desmejorado. Mientras un médico general hace 20 años realizaba cirugías menores y resolvía otros problemas, ahora el modelo de atención propició que ese médico se vuelva remitidor. La formación cambió y redujo la capacidad resolutiva de estos profesionales. También hay desmotivación porque no está bien remunerado, perdió derechos y le cambiaron el modelo de contratación.
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3 de cada 10 personas no acceden a la atención de salud por motivos financieros.
2 de cada 10 personas no buscan atención médica por barreras geográficas.
3,8% de su riqueza (PIB) invierten en salud los países de las Américas, menos del 6% recomendado por la OPS.
Colombia asigna 6,8% de su riqueza (PIB) al gasto público en salud.
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Un estudio de Murano Consultores arrojó que se deben $15,2 billones, cifra que incluyen las deudas a Saludcoop, Cafesalud y Caprecom. Los entes territoriales y el Sistema General de Seguridad Social en Salud (Adres) les adeuda a las EPS del sistema contributivo y subsidiado $6,2 billones.
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