B. Eugenia Giraldo
LA PATRIA | MANIZALES
Tan pronto el Gobierno nacional ordenó la cuarentena como medida para evitar la covid-19, el Asilo José María Gallo de Pensilvania la aplicó.
Su administradora, Margarita Ramírez, comenta que las visitas están prohibidas y los internos tampoco pueden salir. La ventaja es que cuentan con buenos espacios para ejercitarse y un funcionario de la Alcaldía los guía con ayuda de las empleadas.
La desinfección del mercado es otra medida que aplican, lo mismo que la limpieza de sillas y caminadores, paredes, pisos, puertas y baños.
“Curiosamente durante estas semanas ni siquiera hemos tenido casos de gripa”, manifiesta Margarita.
Los más vulnerables
Aunque el coronavirus no escoge y puede afectar a niños, adultos o ancianos, hay un grupo más vulnerable, es el de los viejos, sobre todo los que tienen enfermedades crónicas.
En Colombia, por lo menos 36 mil adultos mayores viven en 1.216 ancianatos. Caldas cuenta con 33 centros de bienestar, en los que habitan 1.198 personas.
Carlos Cano, jefe de Geriatría del Hospital San Ignacio, sostiene que la mejor medida de prevención es el aislamiento y el no contacto físico con otros.
“Esas personas de 60 y más años y con mucho más cuidado, los de 80 y 90, son nuestra responsabilidad, por eso debemos tratar de que se mantengan en sus casas o albergues, sobre todo en el inicio del pico de este virus”.
Esto no quiere decir, que permanezcan aislados, sino mantener una distancia física prudencial y acudir a la tecnología, si sus familiares están lejos. También hay que involucrarlos en otras actividades para evitar cuadros de ansiedad o depresión.
Privados
En Salamina, hace cerca de dos meses, fuera del personal de servicio, nadie entra o sale de
la Fundación Hogar Nuestra Señora de las Mercedes. Allí residen 20 personas, entre los 60 y 94 años.
La coordinadora del Hogar, Gloria Carmenza Castaño Vásquez, sostiene que a los adultos mayores se les implementó el constante lavado de manos y el uso del tapabocas.
Sostiene que las auxiliares de enfermería usan elementos de bioseguridad que adquirieron con recursos de la Fundación. Los gastos mensuales superan los $15 millones.
Según Castaño, durante esta pandemia, no aceptan el ingreso de nuevos residentes y comenta que los familiares vienen y preguntan por ellos desde afuera.
* Con la colaboración de Luis Fernando Rodríguez y Rubén Darío López.
Un médico atiende a los adultos mayores en el Asilo José María Gallo de Pensilvania y si es necesario llevar a alguno al hospital, su transporte se hace con estrictas medidas para evitar posibles contagios.
Dos modalidades de atención
Hay entidades públicas, que reciben apoyo de las alcaldías y la Gobernación, con recursos de la estampilla del adulto mayor.
* Centros Vida: Hogares diurnos, que ahora por la emergencia están cerrados y reciben apoyo domiciliario. No les dan el almuerzo, sino que les suministran un mercado, además las enfermeras y trabajadoras sociales les hacen atención psicosocial.
* Centro de bienestar del adulto mayor: Los mal llamados ancianatos, que se apalancan también con recursos de la Gobernación y las alcaldías.
* Hay otras fundaciones que son privadas.
Foto | Luis Fernando Rodríguez | LA PATRIA
Los viejitos en el Hogar José María Gallo disfrutan de amplios espacios para recrearse.
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