Es tan inquieto como los pequeños que investiga. Pero su preocupación se ha concentrado en el conocimiento del mundo intrauterino y los primeros años de vida, tratando de descubrir los procesos hormonales que hay detrás de los problemas de peso y talla de los bebés a término. Y lo que es mejor, salvándolos de paso del sufrimiento que conlleva el sobrepeso y todas sus enfermedades asociadas.
El estudio que presentó el endocrinólogo pediatra Mario Angulo Mosquera durante el Congreso Mundial de Endocrinología Pediátrica, que se realizó en Milán, lo hizo acreedor al Premio a la Motivación en Investigación.
¿A qué se refiere con bebés pequeños para la edad gestacional?
Son niños que nacen con un peso inferior a 2.500 gramos y una talla menor a 47 centímetros, pero que su edad gestacional es de 37 o más semanas, es decir, que nacen a término.
¿Cual es la causa, si no se trata de nacimientos prematuros?
En los últimos tres meses de embarazo se acaban de formar todos los órganos y hay un crecimiento exponencial del feto. Pero cuando hay una deficiencia nutricional completa, el peso y la talla se afectan. Entre los factores que pueden incidir están: la falencia en la desnutrición o el consumo de cigarrillo en la madre, problemas en las arterias uterinas o la calcificación o envejecimiento prematuro de la placenta, que impide que ésta provea al útero del riego sanguíneo suficiente para alimentar al feto.
¿Hay una relación entre bebés pequeños para la edad gestacional con la falta de control prenatal?
Los esfuerzos para disminuir estos casos han sido grandes, pero no suficientes, pues a veces aún con buen control todavía hay una posibilidad alta que nazcan con esta condición.
¿Qué problemas representa nacer con esa característica?
Al nacer no tienen problema, porque el organismo ante la escasa nutrición lo que hace es concentrarse en la formación de los órganos. Pero el problema viene después. El 85% desarrolla un apetito voraz y los padres equivocadamente se ponen felices, porque notan que sus hijos que eran tan pequeños comienzan a comer bien y a ganar peso, más aún en nuestro medio donde prima el concepto de que los niños gorditos son más saludables. Pero luego de los 4 años el sobrepeso continúa progresando con tendencia a la pubertad precoz, enfermedades renales y cardiovasculares, diabetes y síndrome metabólico a edades tempranas. Es así como vemos adolescentes de 13 y 14 años con estas patologías.
¿Cuál es la gravedad que representa para un niño sufrir enfermedades de este tipo?
Su ciclo vital se acorta, porque tienden a la mortalidad de forma más temprana. Además, sufren enfermedades crónicas que limitan su diario vivir.
¿Cuál es la explicación para esta tendencia a ese perfil con apetito voraz y que médicamente se cataloga como acumulador?
La explicación está en la memoria metabólica de los últimos meses de embarazo. Es decir, el organismo ante la deficiencia nutricional que sufrió, se prepara para una posible escasez acumulando alimento todo el tiempo. Pero esa escasez nunca llega, problema que se agudiza aún más con la falta de ejercicio, los juegos de video y las dietas hipercalóricas, que también favorecen el sobrepeso.
* Los padres deben tener claro que un niño que tiene este antecedente debe recuperar el peso y la talla de forma lenta.
* Es importante que los papás estén atentos al crecimiento de sus hijos y si notan que a los cuatro años no tienen una talla y un peso normales, deben consultar.
* Infaltable la lactancia materna
* Evite fórmulas hipercalóricas e hiperprotéicas, el exceso de harinas y las bebidas azucaradas.
El 85% de los niños a término que nacen pequeños para la edad gestacional desarrolla el fenotipo del perfil acumulador y el apetito voraz. Pero un 15% tiene un perfil metabólico opuesto, o sea que come muy poco e inhibe el crecimiento como una forma de protegerse de la escasez, de forma que puede ser tratados con hormona de crecimiento y no desarrolla enfermedad. La investigación se centró en tratar de entender por qué estos niños pequeños para la edad gestacional desarrollan estos dos fenotipos tan opuestos.
¿Cómo procedieron y qué encontraron?
Midiendo los niveles de una hormona intestinal conocida como GLP1, la cual se encarga de regular el apetito e interviene en el metabolismo del azúcar. En el grupo del perfil recuperador encontramos que la hormona se produce bien, pero hay una falla en el receptor que impide su correcta asimilación en el organismo.
Y en el otro grupo que no come bien, también se produce normalmente, pero tienen una alta sensibilidad a la hormona.
¿Hacia dónde apuntan ahora sus estudios?
Si bien hay una información genética que se lleva como una huella para toda la vida, también hay una estructura denominada epigenética que sí puede cambiar a lo largo de la vida, que determina que unos genes se expresen y otros se queden dormidos y que es la que se modifica para adaptarse a las situaciones adversas en los últimos meses de vida.
"Lo que creemos es que el gen receptor de la hormona GLP1 en los pequeños de perfil acumulador está activada de manera parcial y en el otro grupo está sobreactivada".
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