
Jorge Enrique Rojas Quiceno *
Cada día más mujeres mueren o inician un tratamiento de quimioterapia a causa de diagnósticos incompletos por culpa de nuestro sistema de salud. Este busca economía al reducir las posibilidades de un estudio integral ginecológico, pero termina pagando millones en centros oncológicos y acabando con los hogares.
En los años de mi practica médica vi casos clínicos de pacientes que llegan con citologías y hasta colposcopias (prueba que permite ver de forma ampliada la superficie del cuello uterino o cervix) normales y que a los pocos meses refieren pérdida de peso, anemia, sangrados vaginales y dolores abdominales inespecíficos.
Luego al ser estudiados con un buen examen preventivo ginecológico, que incluya citología con colposcopia y ecografía transvaginal, encontramos que se estaba gestando un cáncer en el endometrio (capa interna del útero que se desprende con el periodo menstrual) o en los ovarios.
Lamentablemente la política de las EPS es realizar únicamente la citología, porque es más económico para el sistema de salud. Es como el último modelo de historia clínica que se inventaron ciertos colegas en el que proponen: 'dígame una o dos cosas de las que le pasan'. Como si todas no fueran importantes y no existiera relación entre ellas.
Desde hace varios años conformo un equipo interdisciplinario del que hace parte el ginecólogo Alejandro Mejía y la ginecooncóloga Paula Andrea Gallego. Con ellos trabajo para dar a conocer la importancia que tiene el que no se realice solo la citología.
Con ellos se han efectuado hasta el momento cerca de cinco mil exámenes preventivos ginecológicos que incluyen la citología, colposcopia, ecografía transvaginal y de seno. En esto nos acompañó el médico patólogo José Luis Cardona, quien expuso resultados en cuatro días que nos dejaron asombrados.
Hay una gran cantidad de virus del papiloma humano (VPH) y hay un gran número de casos que necesitan biopsias o conizaciones (cirugía del cuello uterino), debido a los resultados precancerígenos que están develando. Vale resaltar que de no realizarse estos exámenes a tiempo, en pocos meses pasarían a ser cánceres invasivos. Por no hacer una pequeña inversión, las entidades pasan a gastar millones de pesos en quimioterapias, radioterapias, braquiterapias, cirugías, entre otras, sin calcular el daño emocional y familiar.
Las estadísticas cada vez son más desalentadoras con respecto a los cánceres ginecológicos y sus pronósticos. Primero se inicia con la tramitología de remisiones y ayudas diagnósticas y se ve cómo una paciente, luego de una citología altamente sospechosa, tiene que esperar meses para continuar con otros procedimientos.
Otro grave problema es que le han delegado a las auxiliares de enfermería la toma de citologías. Esto sin tener un entrenamiento y criterio clínico para interpretar los cientos de cambios en el cuello uterino que nos permitirían sospechar de un cáncer a tiempo.
El examen ginecológico debe ser un chequeo de rutina a realizar desde que inicia la vida sexual y hasta los años que la mujer desee realizarlo. No es solo hasta los 65 años como dicen, como si un cáncer de útero a esa edad no fuera importante.
Invito a todas las mujeres para que cada vez que tengan su control ginecológico exijan evaluación completa de citología, colposcopia y ecografía transvaginal en manos de un ginecólogo. De esta manera pueden adelantarse al proceso de la enfermedad.
Cifras de cáncer en Colombia

Fuente: Consolidado del Instituto Nacional de Cancerología - 2002 y 2006.
* Médico y cirujano especializado en homotoxicología.
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