Vanessa Sánchez
LA PATRIA | Manizales
Es natural que todos los padres quieran lo mejor para sus hijos: el mejor colegio, los mejores amigos, los cuidados médicos más avanzados, la ropa más bonita y los juguetes más estimulantes. Pero bajo esta premisa algunos de ellos envuelven a sus niños entre un mundo de cristal sin darse cuenta de hasta qué punto pueden perjudicar el desarrollo de su personalidad.
Este tipo de padres, según la psicóloga infantil Marcela Castaño, viven tan pendientes de sus hijos que ponen un celo desmesurado en sus cuidados y atenciones. Ven peligros donde no los hay y les ahorran todo tipo de problemas, con ello los privan de un correcto aprendizaje, ya que no los dejan enfrentarse a dificultades propias de su edad de las que podrían extraer recursos y estrategias que servirán para su futuro.
“Los padres sobreprotectores confunden la forma de expresar su amor; es decir, demuestran su cariño facilitándoles sus tareas y evitando que se esfuercen por conseguir algo que necesitan. Ocurre cuando les impiden situaciones desagradables o les resuelven los conflictos, porque eso los hace sentir importantes al tener el control de la situación”.
Castaño señala que este comportamiento de los papás, a veces es inconsciente, pero se relaciona a tres factores: nacimiento de un niño muy deseado, enfermedad crónica del pequeño (lo consideran indefenso a factores externos) y personalidad temerosa de los padres.
“Quizás todos los padres sobreprotegemos en alguna ocasión, el problema deriva cuando es una práctica habitual y priva a los niños de poner en práctica sus habilidades y capacidades, o cuando necesitamos actuar así para sentirnos útiles e importantes”, destaca la psicóloga.
Identifique si es sobreprotector
1. Evitan a sus hijos cualquier situación desagradable, difícil o resuelven por ellos sus problemas. Por ejemplo, realizan los deberes escolares de sus hijos o son los que intervienen cuando otro niño “molesta” a su hijo en lugar de permitir que se defienda solo.
2. Limitan o impiden que sus hijos exploren el mundo por sí mismos, privándolos de la oportunidad de aprender, por ejemplo:
* No los dejan gatear porque el suelo está sucio.
* Evitan que se lleven cualquier cosa a la boca.
* No dejan que nadie les de nada o los cargue.
3. Responden inmediatamente a las demandas del niño sin poner límite. En la mayoría de las situaciones los menores mandan y les permiten tener siempre la razón.
4. No los dejan salir a la calle porque hace excesivo frío o calor, eligen la ropa que se van a poner o los amigos con los que deben relacionarse.
5. Hacen todo a pesar de que el niño está capacitado para enfrentar situaciones cotidianas como:
- Le siguen dando de comer, vistiendo, calzando y peinando.
- Van con ellos al baño.
- Se bañan con ellos.
- No los dejan jugar solos y les guardan los juguetes para que no los dañen.
6. Suelen contestar por el niño cuando otros adultos se dirigen a él, privándole que exprese su opinión o sus deseos.
7. Cuando sus hijos cometen algún error, ellos los ignoran, tapan o justifican.
8. No permiten que su hijo realice salidas con compañeros de su edad, aun teniendo la madurez suficiente para hacerlo.
9. Utilizan el miedo para tener el niño bajo su control. Es típico oírlos decir “no subas ahí que te caerás y te harás mucho daño”, “si vas tu solo puede pasarte algo malo”.
10. Se sienten culpables cuando no ayudan a sus hijos a resolver sus problemas o dificultades y se sienten responsables de lo que ocurre.
Conductas de niños sobreprotegidos
* Miedo
* Inseguridad
* Dificultad para adaptarse a nuevas s x 20 cms.
Orientación: Horizontal
Color: Colorituaciones
* No es servicial
* Acostumbrado a que le hagan las cosas
* Niños de su mismo rango de edad son más independientes
* Solo realiza las actividades si alguien le ayuda
* No le gusta esforzarse y esto lo pone de mal humor.
* Solicita las cosas con mala actitud, ya sea gritando, llorando, etc.
* Torpe
* No tiene iniciativa
* Flojera
* Demandante
* Exigente
Tome medidas
La psicóloga infantil Marcela Castaño sostiene que la sobreprotección es más común cuando los hijos son pequeños, pero hay padres que continúan con ese comportamiento hasta que el hijo es adulto. “Con ellos hay que tener cuidado porque anulan la independencia, los siguen llevando al trabajo o a la universidad cuando la persona ya es plenamente consciente de qué está bien o mal”.
La recomendación que la experta brinda es fomentar la autonomía y la independencia, intentando educar desde la libertad y la responsabilidad y señalar cuáles son las consecuencias (positivas y negativas) que tienen los comportamientos.
“Esta actitud con nuestros hijos nos vuelve irremediablemente en unos padres tóxicos, por eso el niño se puede esconder para hacer o decir cosas, porque para el papá todo está mal hecho. Conviene, a medida que crecen separarse de ellos para que creen una identidad”.
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