Elizabeth R. Rojas
LA PATRIA | Manizales
Con la Navidad, llega la oportunidad de compartir con la familia y amigos y, en estas celebraciones, las bebidas alcohólicas aparecen una y otra vez. Tenga en cuenta que el exceso en la ingesta de estos productos pueden dañarle la fiesta a usted y los suyos.
Los médicos Jorge Iván Marín Uribe y Santiago Jiménez Benavides, adscritos a la Clínica San Marcel, explicaron -entre otras cosas- cómo actúan los compuestos embriagantes en el organismo y puntualizaron lo grave que es tomar licor adulterado.
Marín, por ejemplo, especificó que la ingesta de cualquier licor, independientemente de si es ron, aguardiente o vino, causa alteraciones neurológicas. Aclaró que lo que influye en la rapidez de la embriaguez es el porcentaje de alcohol de la bebida.
"A mayor grado, como pasa con el whiski, el vodka, etc, la persona se emborracha con dosis más bajas. La posibilidad de guayabo es igual con cualquiera de las bebidas. Este es un síndrome que se produce por deshidratación y eso es lo que da el dolor de cabeza, las náuseas, el vómito y el malestar general", aclaró Marín, especialista en cuidados intensivos.
¡Cuidado!
El licor legal contiene etanol, un compuesto que no representa mayores riesgos para el ser humano, si se ingiere con moderación. Lo grave para la salud está en la toma de productos de dudosa procedencia elaborados -por lo regular- con metanol, lo que es muy tóxico e incluso letal para las personas.
"Las intoxicaciones por metanol no son muy frecuentes, pero sí lo son en esta época. Produce lesiones oculares (ceguera), que pueden ser irreversibles. Desde lo neurológico conducen a un coma y a la muerte y al hígado a una falla completa", explicó.
Marín, especialista en microbiología clínica, dijo que los productos embriagantes tienen otros peligros indirectos, pero asociados, que las personas tienen qué tener en cuenta y no pasar por alto para mantenerse saludables después de beber.
"Hay infecciones que se producen por la contaminación de los recipientes en los que vienen los licores. Pasa que algunas bacterias colonizan los empaques, para generar luego infecciones gastrointestinales con manifestaciones como la diarrea, el vómito, el dolor abdominal, entre otros".
Marín recomendó lavar las botellas y latas de los licores y cervezas, puesto que pueden estar contaminadas con orines y excrementos de roedores y esto, a su vez, venir con leptospira, la bacteria que da la leptospirosis, lo que requiere de atención urgente.
"La gente debe mirar que los sitios de consumo tengan buen aseo, que estén autorizados por los entes de vigilancia y que las personas que atienden estén bien presentadas. Tienen que mirar que el licor venga con el sello de seguridad en buenas condiciones, que las tapas no tengan averías ni estén oxidadas", agregó.
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Atención de alicorados
Jiménez, que es especialista en medicina de urgencias, explicó cómo es el manejo médico que se le da a los pacientes alicorados: "Cuando ingresan a los servicios de urgencias son traídos -regularmente- por la comunidad (compañeros de tomada, familia o policía). Cuando se sospecha que es una intoxicación etílica, se procede con medidas de sostén y vigilancia. Hacemos glucometría y exámenes de sangre. Ahí se empieza una hidratación y una vigilancia neurológica".
Por una ebriedad normal, según Jiménez, hay que esperar que el alcohol sea metabolizado desde lo hepático y que se haga una excreción desde lo renal, de sudoración o en la defecación. Contó que cuidan al paciente hasta que este sea autónomo y no tenga alteración de su estado de conciencia.
"Cuando se cree que es una intoxicación por alcohol adulterado, en tanto, se hace una vigilancia más estricta. Los síntomas son similares, pero la respuesta corporal es diferente. Hay dolor de cabeza, visión borrosa, nauseas severas y mareos intensos. Pueden ser derivados a cuidados intensivos".
Para detener el efecto
Para contrarrestar el efecto del alcohol adulterado, en el servicio médico proporcionan alcohol etílico, sustancia que compite con los receptores corporales que contienen el metílico. Según especificó Jiménez, se les da dicho líquido al 40%, lo que puede ser whiski, vodka, etc.
"En algunos casos, se puede utilizar aguardiente o ron. Sin embargo, es más propicio cuando el porcentaje es superior. Entre más fuerte es el etílico se inactiva más rápido el metílico. Esto requiere seguimiento y vigilancia. Regularmente se tienen que intubar para llevarlos a la embriaguez controlada (lo que puede hacerse también a través de ampollas de difícil consecución) y así evitar broncoaspiraciones y otros problemas", concluyó Jiménez.
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