Julián García
LA PATRIA | Manizales
Una sonrisa se dibujó en el rostro de la pequeña Natalia Henao Londoño el pasado miércoles en la mañana. Recibió feliz en su nueva casa a miembros de la Policía Metropolitana de Manizales y a algunos líderes de la comunidad, que aportaron para entregarles a ella y su familia una vivienda renovada en la invasión Potrerillo, del Kilómetro 41 (Corregimiento Colombia). La anterior era de esterilla, estaba forrada en plástico y el piso era de tierra.
El ambiente era de alegría, pues la menor de 11 años pasó momentos difíciles antes de llegar a este punto. El año pasado le diagnosticaron insuficiencia renal, por lo que debía someterse una vez a la semana a diálisis. Su familia no tenía con qué solventar los gastos llevándola a Manizales y otras ciudades, por lo que ese procedimiento decidieron hacérselo en la habitación que no gozaba de las mejores condiciones.
“Debíamos cumplir con las normas, por eso nos ayudaron a acondicionar mi casa”, contó Natalia, quien estudiaba en el colegio Giovanni Montini. Cursaba quinto de primaria, cuando debió ausentarse por su tratamiento. De grande quiere ser médica nefróloga, para tratar a otros que padecen la condición que la limitó.
Hace un mes fue intervenida en la Fundación Hospital De La Misericordia, de Bogotá, lo que sumado a la nueva vivienda la tiene dichosa. Tiene cuarto nuevo y expectativas por cumplir.
"Me siento feliz, estamos contentos gracias a Dios. Es muy bueno saber que la niña ya le hicieron el trasplante, algo que había que hacer antes de que empeorara. Por la casa también estamos muy agradecidos", subrayó Alba Lucía, madre de Natalia.
Apoyo
El patrullero Jorge Granada, adscrito a la Metropolitana, emprendió la campaña para mejorarles la vivienda. Se enteró del caso en diciembre pasado por la líder Yolanda Medina y en abril hizo pública su idea de ponerlos a estrenar. Lo hizo por distintos medios: voz a voz, redes sociales, medios de comunicación, etc. De inmediato se le empezó a unir gente para colaborarle esta familia. En la adecuación de la casa No. 245 fueron fundamentales las arquitectas Carolina Toro y Paola Vargas.
"Fue un proyecto personal, que hoy me llena de satisfacción y orgullo. Nos ayudó mucha gente con tiempo, materiales, conocimientos, con lo que podían. Paca Martínez y su equipo, por ejemplo. Es bastante gente a la que habría que nombrar. Se trabajaba cada ocho días o los días que se tenían libres, tiempo personal", apuntó Granada, que hace parte del grupo de Prevención y Educación Ciudadana.
El apoyo de los policías comunitarios ha sido invaluable en lograr esto, así lo dijo el coronel Jorge Jaramillo, comandante de la Metropolitana; "Granada llevó la inquietud a sus compañeros del comando, lo que dio inicio a todo esto. Colaboraron muchas personas y empresas".
La nueva casa
El piso, el baño y la cocina actuales son en cerámica, se siguieron conservando las tres habitaciones y el techo continúa siendo de zinc. Hacia la calle hay dos ventanas y en el corredor quedó un espacio donde colgaron la jaula de las cacatúas. La idea principal era organizarle el cuarto a la niña, pero gracias a las ayudas que se recibieron se pudo modificar toda la vivienda.
Natalia y Alba Lucía agradecen a Dios por el trasplante Renal y a quienes aportaron para la casa. La habitación estaba decorada con bombas azules, rojas y amarillas.
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