LA PATRIA | MANIZALES
Blanca Margarita Lopera Cardona es en la Liga Contra el Cáncer, seccional Caldas, lo que es una superheroína en la Liga de la Justicia, tiene el poder de escuchar, además es fuerte e imbatible, mañana cumplirá 72 años y parece invencible, ni un cáncer de mama la ha podido derrotar.
Seguramente su esposo, Dariel Salazar, y su hijo, Juan Carlos, la agasajarán como la heroína que es. Ellos son testigos de los superpoderes de Margarita como le gusta que la llamen: compromiso, entrega y vocación de servicio. 35 de los 71 años de existencia los ha dedicado a ser voluntaria de la Liga Contra el Cáncer, donde ha prestado asistencia a cientos de pacientes.
Ingresó como voluntaria en 1986 por invitación e insistencia de un grupo de amigas. En esa época, según ella, eran 10 o12, quienes recibían a los pacientes, elaboraban las historias clínicas, le colaboraban al médico durante las citas pasándole los instrumentos, lo acompañaban a las veredas a realizar citologías. "Cuando eso estaba el doctor Jorge Raad Aljure de rector de la Universidad de Caldas y nos facilitaba el transporte, viajábamos, hablábamos con las personas del campo, eso lo hacíamos cada ocho días, recorríamos las veredas de Chinchiná, Villamaría, Manizales y Neira, íbamos a las universidades y colegios, dábamos charlas sobre tabaquismo, cáncer de mama, de cuello uterino e invitábamos a las mujeres a realizarse la citología. La Liga ha crecido, en esa época teníamos un solo médico y una recepcionista, la casa se arregló, compramos la de la esquina, después se vendió por falta de recursos", cuenta emocionada Margarita.
Con el paso de los años la Liga Contra el Cáncer creció tanto en el personal como en el número de voluntarias, según Margarita, pasaron de tener un médico a tener especialistas en colposcopia, obstetricia, dermatología, urología, "además llegamos a ser 33 voluntarias, nos dividimos en grupos de atención, pedagogía y acompañamiento, dándole valor al enfermo y a las familias", explica Margarita.
La kriptonita que debilita a Margarita
Así como la kryptonita emite una radiación que debilita a Superman y el superhéroe pierde los poderes de manera paulatina, el cáncer de mama fue el punto débil de Margarita, pasó de atender pacientes con esta enfermedad a ser ella la atendida.
"Siempre he sido vanidosa y uno se para a mirarse en el espejo, sentí una masita pequeñita en el seno, entonces me entró la duda, fui y me duche con jaboncito, subí el brazo y volví y me hice el autoexamen y volví y sentí la masita, entonces le dije al doctor José y me examinó y me dijo que me hiciera la mamografía, me la hice, ahí salió el nodo, la masita", recuerda Margarita y sigue con su relato: "En ese entonces la atención en salud mía era en Cajanal, mejor dicho, abrí puertas porque sabía que no podía dejarle coger ventaja y sí, me iban a hacer el cuarto que es cuando está muy pequeñito el tumor y preferí que me hicieran la mastectomía radical que es que me quitaran todo el seno, queda uno con la curiosidad de que quede algo en la mama", rememora Margarita.
Reconoce que su ego se vio afectado, sus poderes disminuyeron, el día que recibió el diagnóstico "pegué una llorada horrible, veía a la gente desdibujada, pero me prometí que sería la primera y única berreada por esa enfermedad, ahora debía hacerme el tratamiento, porque el cáncer cuando uno lo detecta a tiempo tiene cura". Su experiencia en el voluntariado le sirvió para luchar contra ese villano que era el cáncer, se dio moral ella misma, sacó ese valor que le transmitía a las demás pacientes para salir adelante y 20 años después poder estar contando su historia.
"El día que me hicieron la mastectomía se la hicieron a otra paciente, la otra señora chillaba, gritaba, de todo hacía, entonces me llamó el doctor Orlando Osorio, «Margarita hágame un favor usted que es más tranquila vaya y me le da ánimos a esa señora», yo acabada de operar y dizque a darle ánimos a otra que estaba como yo, eso lo llena a uno de fortaleza, porque eso fue un don que mi Dios me dio, de tener valor y no dejarme derrumbar por el cáncer y salir adelante y seguir colaborándole a muchas personas", reflexiona esta heroína que hoy junto a 12 voluntarias más sigue realizando pedagogía sobre el cáncer de seno y alivianando el dolor en aquellas que ya lo padecen.
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