Vanessa Sánchez
LA PATRIA | MANIZALES
No todo es por falta de higiene. Para los malos olores no solo abundan los chistes, sino el temor. Para el mal olor en las axilas se refieren a tener “chucha”, para el mal aliento “abre la boca y tumba aviones,” y ni decir del sudor de los pies “que la pecueca se la pegan a la pata de la cama”.
Aunque evitarlos puede estar en sus manos, en algunos casos la razón es una enfermedad. Los expertos hablan de tiroides, alteraciones metabólicas o la más común alteración en las glándulas apocrinas.
El exceso de sudor o bromhidrosis
Se relaciona con las glándulas apocrinas que causan un mal olor en axilas, pies y pecho.
El endocrinólogo Carlos Mario Fernández Cruz aclara afecta tanto a hombres como a mujeres y llega a ser un problema para la autoestima y las relaciones sociales.
“No es que se produzca más sudor, lo que ocurre es que la secreción de estas glándulas tiene ceramidas distintas a las del resto de la población. Cuando el sudor entra en contacto con las bacterias propias de la piel, la descomposición produce amonio y ácido graso, lo que genera el fuerte olor”.
La bromhidrosis tiene un origen genético; sin embargo, hay otras enfermedades que también la rondan.
Puede generarse por causas metabólicas, por ejemplo la diabetes; enfermedades de tiroides o alteraciones en la glándula suprarrenal. También se relaciona con fármacos como algunos antidepresivos.
La etapa en la que se manifiesta es a partir de los 15 años de edad, cuando comienzan a funcionar las glándulas apocrinas. Aunque no desaparece, en las mujeres disminuye después de la menopausia.
Se distingue por el olor característico a sudor, pero intensificado. Lo bueno es que hay trucos que acaban con el olor por completo: Usar jabones que contienen germicidas, que eliminan las bacterias de la piel y descomponen el sudor. Y usar antibióticos tópicos en lugar de cremas hidratantes.
El vello capilar contribuye a que haya más producción de sudor y para los deportistas es esencial el uso de antitranspirantes que contengan cloruro de aluminio al 20%.
Intensos
Aunque son pocos los casos, a veces los remedios no son suficientes. Por ejemplo, cuando la bromhidrosis se acompaña de hiperhidrosis (exceso de sudor). Si es el caso, según el endocrinólogo, los dermatólogos recomiendan un tratamiento con bótox para detener el exceso de transpiración.
Otra opción es la cirugía aunque, como el mismo experto aclara, solo se utiliza cuando el resto de los tratamientos no dan resultado ya que deja cicatrices y es un tanto agresiva.
“Se hace una especie de liposucción debajo de la piel y se eliminan las glándulas para que la persona deje de sudar por completo”, detalla.
A paso firme
El mal olor en los pies es un problema común que la mayoría de personas padecen en algún momento de la vida. Aparece por una mala higiene, hongos y bacterias, tipo de calzado, humedad e incluso por estrés.
El experto en pies, Carlos Humberto Orozco, señala que lo ideal es cambiar de medias todos los días, airear el calzado y usar un antitraspirante en espray o talco para disminuir el aumento de bacterias en la piel.
“La humedad es la fuente del mal olor en los pies, es importante mantenerlos secos y evitar los ambientes húmedos, ya que esto además evitará la aparición de hongos. Las medias de materiales sintéticos también favorecen los malos olores. En lo posible se deben usar de algodón”.
Recomienda que después del baño las personas deben secar bien los pies, por los surcos de los dedos y la planta. Hidratarlos con una crema de secado rápido y usar zapatos, ojalá que no sean sintéticos.
Un mal con varias causas
A veces la crema dental y el cepillo no detienen un mal olor de boca y puede que la persona sufra de halitosis, una condición en la que el 75% se origina en la boca. “Otras causas incluyen problemas gástricos, infecciones de senos nasales o enfermedad severa de encías, según la odontóloga Valentina Mejía, de la Clínica de Sonrisas.
Para un aliento fresco, la profesional recomienda visitar el odontólogo dos veces al año. Cepillarse tres veces al día, usar el hilo dental después de comer y vigilar que no haya sangre en el cepillado.
1. Factores externos: alimentos como cebolla, ajo, especias como el curry, el café, alcohol y fumar producen un sabor temporal que tras un estricto cepillado y consumir frutas como manzana verde o el perejil desaparecen el mal sabor y olor.
2. Mala higiene oral: cuando la persona pasa más de un día sin cepillarse o pasar seda dental la placa y los residuos de alimentos se acumulan al igual que quienes usan dentadura postiza. El acto repetitivo produce mal aliento y terminan con gingivitis o periodontitis.
3. Enfermedades orales: las bacterias se adhieren a los dientes y secretan ácido. Así se contribuye a la formación de caries, pero las encías también se afectan causando gingivitis. “Cuando hay enfermedad periodontal en la que se afecta el hueso y hay presencia de tejido muerto el olor se podría comparar con el de un huevo descompuesto”.
No obstante, si el mal aliento se produce en la parte posterior de la garganta, es probable que se deba a la sinusitis, el goteo nasal y amígdalas. Otras se deben a enfermedades del tracto respiratorio o la boca seca, en el que las glándulas salivales, medicamentos, respiración bucal y quimioterapia o radioterapia.
En el estómago
Si ya se descartaron las anteriores causas, pueden haber condiciones gástricas. El gastroenterólogo Fabián Puentes señala que la halitosis se puede producir por las infecciones producidas por hongos como las candidiasis o el helicobacter pylori. Explica que también se debe a lesiones más serias como los tumores que por tamaño, crecimiento y por el mismo proceso de necrosis emiten un olor desagradable.
“Algunas veces sin que haya lesiones o tumores, la halitosis también se produce por el reflujo gástrico. La bilis puede hacer que se emitan vapores que si se tiene una hernia hiatal son fétidos al salir por la boca”, indica.
Los diabéticos pueden padecer de vaciamiento estomacal y la mezcla de alimentos con jugos gástricos que no se evacuan en tiempo normal, se fermentan y se produce el mal aliento. Añadió que con la endoscopia alta los gastroenterólogos analizan las causas y dependiendo de la condición se brinda tratamiento.
“Todos tenemos hongos intestinales que hacen parte de la flora. Cuando el cuerpo está bajo de defensas estos hongos aprovechan para hacer un sobrecrecimiento. Prevenirlos es imposible, pero tener una alimentación adecuada sí está en nuestras manos”.
Con alimentación
Otro factor que contribuye a que el mal olor en la boca se intensifique es el de la alimentación y, según señala el gastroenterólogo Puentes es importante alejarse de tóxicos como el alcohol y el tabaco, así como de las especias, la cebolla o el ajo.
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