MATEO YEPES SERNA
LA PATRIA | MANIZALES
Las reacciones de los hijos al ver a sus padres separados pueden variar hasta por la edad. No hay una norma establecida, sin embargo, hay casos en los que, entre más pequeños los niños, peores pueden ser las consecuencias, ya que las edades tempranas son fundamentales para el desarrollo del menor, especialmente en el plano psicológico.
"Dependiendo de la edad, puede que no comprendan en su totalidad el problema, pues esperan de la figura ausente, más allá de una presencia cotidiana, una simbólica", subraya la psicóloga Laura Yepes.
Agrega que si el amor de los padres se acabó, deben primar otros valores como el compromiso y la responsabilidad con el proyecto de vida de los hijos, lo que pasa a ser la prioridad. Lo ideal es que la pareja se mantenga y los críe.
No obstante, si la decisión ya está tomada, recomienda a los padres evitar que los hijos sean partícipes de ese proceso, ya que "ellos, especialmente los menores, sí sienten inseguridad y temor por su futuro". Enfatiza en que la prioridad es su bienestar.
Cambios de rutina
En la mayoría de los casos, los hijos son quienes se acomodan a los ritmos de vida de los padres, se quedan un fin de semana en una casa y al siguiente en la otra.
Yepes recomienda que quienes deben cambiar la rutina son los padres: "Los niños deben continuar con una vida ajustada a lo que venía, ya que sienten que tienen que estar con el papá ausente, que tienen que ir a buscarlo y no, quienes deben buscarlos son sus padres".
Añade que si hay una nueva pareja, es mejor que esta no reemplace el rol de padre o de madre. Puede apoyar, pero guardando las distancias para que los niños tengan en cuenta a la figura paternal.
De abogados
Hay dos tipos de separación: de hecho y legal. En la primera no se realiza ningún proceso formal. En la segunda, un defensor de familia asesora a los padres, que permite la conciliación entre las partes y define quién queda con la custodia de los menores.
La psicóloga critica el proceso legal porque, según ella, "para el abogado no hay contemplación en los aspectos de la vida de los niños, pues generalmente se quedan con el padre que tenga más oportunidades económicas, así no tenga las condiciones idóneas para continuar la crianza".
Sin embargo, Santiago López, miembro del Consultorio Jurídico de la U. de Manizales, sostiene que ese procesos sí evalúa el interés del hijo y, además, tiene en cuenta los aspectos familiares, sociales, psicológicos y económicos del padre que tendrá la custodia.
LA PATRIA recogió historias de hijos de padres separados:
Papás a una cuadra de distancia
Mateo Albornoz:
"Yo soy hijo de padres separados desde que nací. Nunca tuve un hogar unificado y mis papás viven a una cuadra de distancia, por eso no es tan difícil. Cuando estuve en Canadá dos años con mi papá fue más compleja la situación, sobre todo, para mi mamá. Cuando era pequeño me afectó, porque veía a los demás niños con su familia y uno solo. Pero eso no cambió mi personalidad".
Velitas por el amor ajeno
María Paula Aranda:
"Mis papás se separaron cuando tenía 11 años. Para mí fue terrible, era muy mimada y sentía que tenía la vida perfecta. Cuando cumplía años, por ejemplo, le pedía de deseo a las velitas: 'por favor, que mis papás no se separen', pero pues uno no le puede pedir a las velitas por el amor ajeno. Se separaron y mi mamá se fue de la casa con otro hombre. Odié a mi mamá hasta los 15 años. Para mi papá fue muy duro también, llegaba borracho todos los días, casi lo echan del trabajo; a mí me empezó a ir mal en el colegio, cosa que nunca pasaba. Ya todo está resuelto y vivo con mi mamá desde los 17".
¿A quién quieres más?
Laura Alejandra Moreno:
"La relación de mis papás no duró mucho, porque cuando empezaron a salir eran muy jóvenes. Mi mamá tenía 16 años y mi papá, 22. Cuando nací, él estaba en la universidad y ella aún no salía del colegio. Era una relación inestable pero, sin importar eso, se fueron a vivir juntos seis meses y después vivieron con mis abuelitos paternos. Estuvieron juntos hasta que cumplí tres años. Eran muy jóvenes para tener esas responsabilidades. Tuve que ir a donde psicólogos que me preguntaban: '¿a quién quieres más?', y que me pedían que dibujara a mi familia. Al final me quedé con mi papá. El primer año, mi mamá me empezó a visitar mucho. Después se perdió por uno o dos años. Cuando volví a saber de ella, estaba embarazada. Y pasó lo mismo, se volvió a desaparecer por casi tres años. Cuando apareció, tenía otra niña".
Nos metieron a mi hermano y a mí
Ana María Carrillo:
"Un día estaba en la casa con mi hermano y llegó mi mamá llorando y nos dijo: 'Arréglense que les voy a mostrar lo que estaba haciendo su papá'. Nosotros bajamos y fuimos a la casa en donde estaba mi papá. Nos llevó un señor en una camioneta, que era el detective que ella había contratado para que lo siguiera. Entramos de forma violenta a la casa y mi hermano cogió a la otra mujer de mi papá y la acorraló. Él le quería pegar. Yo, en cambio, les reclamé a mis papás por meternos en la mitad del problema. Regresamos los cuatro a la casa.
Divorcios en Caldas en el 2018
Según datos del Ministerio de Justicia, hasta julio de este año se presentaron 342 separaciones:
*En Manizales: 227
*En los demás municipios: 115
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