B. Eugenia Giraldo
LA PATRIA | MANIZALES
¿Hace cuánto no escucha el trino de los pájaros, camina por el pasto o se sienta cerca de un árbol?
Si no lo recuerda es probable que necesite la única vitamina que está disponible y no cuesta, la N, la que provee la naturaleza.
Por eso, la Fundación Colombiana del Corazón y Parques Nacionales Naturales de Colombia invitan a la comunidad médica y de la salud a prescribirla como complemento terapéutico.
Los beneficios son notables para la salud física y mental, según recalca el médico del deporte Héctor Parra, de la junta directiva de la Asociación de Medicina del Deporte de Colombia.
Explica que aparte de la fórmula con medicamentos los profesionales en salud deberían entregar otra con estilos de vida, porque en estos últimos, dice, es inherente el contacto con la naturaleza.
Alexis Llamas, cardióloga y presidenta de la Fundación Colombiana del Corazón, insiste que estar en contacto con la naturaleza es estar en contacto con la vida.
“La prescripción de esta vitamina permite formular naturaleza para elevar la calidad de vida y para mejorar la adherencia de los medicamentos tradicionales. Es un enfoque terapéutico complementario para la medicación tradicional”.
Exhausto, Javier Ospina deja de correr. Se agacha y apoya sus manos en las rodillas, pero la voz de Sergio, su entrenador, lo aparta de esos segundos de reposo y con una orden lo pone de nuevo en marcha. “10 sentadillas, no puedes descansar”, le dice. Son 45 minutos de entrenamiento físico y mental que terminan con 10 de estiramiento.
Esta escena no sucede en un gimnasio, sino en medio de los árboles que hay en el Bosque Popular El Prado, cuando los pájaros con sus trinos, a las 7:30 a.m., orquestan una melodía que ayuda a relajar y a descansar la mente.
Son pocos los asistentes a esa hora de la mañana. Está Johny Orozco, que vive en Los Rosales y asiste de lunes a vienes desde las 6:00 a.m.
Su motivación, además de pasear sus dos perros, es que puede ejercitarse en total calma. “Debería venir más gente, dice. “Si no vengo me hace falta. Este contacto con la naturaleza me recarga y me ayuda para estar bien durante el día”.
Cuenta que sus amigos, que viven en otra ciudad, describen este lugar como “el paraíso verde de Manizales”.
Héctor Parra Parra enfatiza que al pisar un césped o estar en un río, los estímulos no se concentran en la tecnología, sino en un ambiente natural y de esta manera ayudan a equilibrar el sistema nervioso que lo integran: el simpático y parasimpático que deberían permanecer en un mismo nivel, pero que casi siempre están inestables, especialmente por estrés.
El médico explica que las personas que viven en ciudades tienen más problemas de osteopenia, osteoporosis y déficit de vitamina D. “Vivimos cubiertos todo el tiempo, nos protegemos con filtros solares, y eso hace que no tengamos una exposición a los rayos ultravioleta y aunque en exceso es mala, por el cáncer de piel, también es indispensables para activar vitaminas del cuerpo como la D, esencial para la absorción del calcio.
Otra ventaja que el experto resalta, sobre todo en la gente del campo, tiene que ver con el sistema óseo y masa muscular, porque el entorno les permite estar más activos (agricultura) y sin percatarse, en ese ambiente natural hacen trabajo cardiovascular y de fuerza, mientras que, en la ciudad, la mayoría de oficios son más sedentarios.
Lo mismo sucede con el ritmo circadiano, que va de la mano de la liberación de hormonas. “Si me encierro todo el día en una oficina, a veces no sé qué hora es, mientras que si estoy en un ambiente natural veo el correr del sol, los cambios ambientales y mi ciclo circadiano se adecúa mejor. Sé cuándo es día, cuándo es noche y al regular mi ciclo circadiano regulo mi ciclo del sueño”. Agrega que este período de descanso será más reparador, horas buenas en cantidad y en calidad. “A veces dormimos muchas horas, pero nos levantamos cansados”.
Otro beneficio de la vitamina N es en el estado anímico. Al hacer actividad física en estos ambientes, hay un incremento de las endorfinas, lo que mejora el estado de bienestar.
La mayor ventaja, según el experto, es que esta vitamina no tiene contraindicación y recomienda que, si planea hacer un gasto energético superior o un esfuerzo grande, es mejor consulte a su médico, para que le diga qué no debe hacer.
“La actividad física y el ejercicio la podemos recetar a todos los pacientes y puede oscilar entre leve, moderada y alta y casi nunca está contraindicada”.
Anímese y aproveche las zonas verdes que tiene la ciudad. Salga todos los días un poco más temprano y procure que su organismo reciba un poquito de naturaleza, recuerde que es vida.
* Mejora la concentración
* Alivia el estado de ansiedad y depresión
* Estabiliza la hipertactividad en niños
* Libera el magnetismo (celulares, computadores), hay un equilibrio mente-cuerpo
* Se presta para la actividad física aeróbica como caminar y con ella regula su metabolismo, pierde peso, mejora la tensión arterial y la frecuencia cardiaca. También facilita el ejercicio anaeróbico, fortalecimiento muscular
* Facilita hacer estiramiento y yoga
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“Si prescribimos la vitamina N o la naturaleza vamos a tener mayor cantidad y calidad de vida porque mejoro los componentes fisiológicos y neurológicos de mi cuerpo”, Héctor Parra, médico del deporte.
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Los resultados son notables, especialmente para el tratamiento de las enfermedades denominadas no transmisibles, asociadas con los estilos de vida: cáncer, diabetes, obesidad y las enfermedades del corazón.
José Alfredo Gamboa Villamil y su esposa acuden al parque del barrio Estrella. Entrenan una hora y regresan caminando a su casa en el barrio Cervantes.
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