Blanca Eugenia Giraldo
LA PATRIA | MANIZALES
Es Navidad y las luces multicolores en adornos y pesebres encienden el espíritu navideño. Hay alegría por doquier y los buenos deseos se reparten con mucha calidez.
Es una época que invita a compartir y a celebrar en familia, pero para algunas personas carece de sentido, porque también es una etapa de balance, de ambigüedad por lo vivido, lo que se vive y lo que vendrá. En otros es una fuente de estrés y tanto su familia como quienes los rodean se preocupan para que cambien de actitud.
Estos estados de ánimo negativos y el estrés durante la Navidad, según el psicólogo Eduardo Henao, son una depresión estacionaria, y aducen a los cambios que se producen a fin de año o los que han operado en su vida. Estos son factores motivacionales para aquellas personas con tendencia depresiva, que trae dificultades para asumir los cambios.
Es normal que la depresión en época navideña tenga manifestaciones diversas, advierte el psicólogo Henao. Por ejemplo, en los jóvenes es común que la expresen con intolerancia y cólera, es decir se vuelven muy irascibles. Pero también hay otras actitudes que dan señales claras de incomodidad con estas fiestas.
Las personas presentan cambios en los hábitos, algunas optan por posiciones extremas, comen demasiado o pierden el apetito, duermen más tiempo de lo habitual, aunque les cuesta conciliar el sueño. "Se les dificulta levantarse en la mañana y les gusta estar debajo de las cobijas y recogidos en posición fetal, señales claras de que quieren apartarse del mundo circundante y simbólicamente quieren regresar al seno materno para no tener contacto con el mundo exterior".
Algunas personas con depresión mantiene su mirada baja, con dirección hacia el piso, lo que favorece su diálogo interno y experimentar las situaciones incómodas del cuerpo.
Una estrategia efectiva que se puede aplicar, según el psicólogo es hacer que trate de sostener la mirada al menos dos minutos al frente y hacia el horizonte, lo que lo desconecta automáticamente de su rollo interno y de las sensaciones incómodas que lo aquejan. Aduce Henao que esta técnica psicológica disminuye en un 45 % el estado depresivo y si la depresión es tan aguda que hace que la persona tenga impulsos suicidas, está comprobado que lo desconecta de la tendencia.
Aunque hay estados depresivos severos en los cuales es mejor buscar ayuda profesional, Henao recomienda que cuando la depresión es menor lo que hay que hacer es respetar los sentimientos de la persona afectada, no criticarla.
"Hay que facilitar que nuestro familiar o amigo exprese su sufrimiento, su desengaño, su desmotivación, sin interrumpirlo". Y agrega que si tiene necesidad de confrontarlo siempre debe hacerlo bajo procesos de interrogación: ¿Cómo te sientes?, ¿qué pasa después?, ¿qué has pensado hacer?, ¿qué soluciones crees que puedes aplicar en este caso?, ¿crees que te puedo ayudar o cómo podemos salir de este caso?.
Recuerde que las posiciones dictatoriales no funcionan, no despiertan simpatía y la persona se siente más incompredida y más distante.
Estas situaciones son “netamente humanas”, por lo tanto:
. Respete la posición del otro frente a las festividades.
. El estado de ánimo es una experiencia personal.
. No lo enjuicie y acompáñelo hasta donde se sienta bien.
. Evite temas en los que se incluya la evaluación bien sea económica, relaciones de pareja o de trabajo.
. Utilice la psicología positiva, siempre hay alguno bueno qué agradecer y sobre qué construir.
. No le exija más de lo que anímicamente puede dar.
. Deje que viva entre sus propios espacios, sus silencios y haga presencia hasta donde se lo permita.
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