Después de una noche de copas todo puede ser muy terrible. Hay que tener en cuenta ciertos consejos para brindar por el nuevo año sin tener efectos adversos. El médico internista José González da algunos consejos para disminuir y calmar los síntomas que produce la ingesta de bebidas alcohólicas.
No se trata de exaltar el licor pero lo cierto es que en la temporada de Navidad y Año Nuevo más de uno se pasa de copas y las consecuencias al día siguiente son terribles.
Para quienes gustan de las bebidas alcohólicas, es importante saberlo hacer, conocer las etapas propias de cada quien en cuanto a la reacción del licor para disfrutar de la vida social sin llegar a embriagarse y evitar al máximo esa sensación de enfermedad y cansancio que se padece al despertar después de una ‘buena farra’.
Cuando se empieza a beber, inmediatamente el sistema nervioso central comienza a recibir los efectos del alcohol y despliega las funciones del hígado, corazón y riñones para poder procesarlo, pues tiene la función de eliminarlo. En ese momento se dilatan los vasos sanguíneos, hay una relajación de los músculos, mayor sudoración y producción de orina, lo que inducen a una deshidratación moderada porque el alcohol es diurético, pero que puede agravarse si la persona se ‘pasa’.
El exceso de alcohol puede provocar un cuadro donde hay , falta de coordinación, mareo e incluso pérdida de la conciencia. Al día siguiente muy seguramente habrá dolor de cabeza, sed intensa, debilidad muscular, náuseas que desembocan en el vómito, sensibilidad al ruido y la luz y dolor de garganta, entre otros síntomas.
La respuesta del cuerpo a la ingesta de alcohol en una determinada cantidad es conocida en Colombia como la resaca o guayabo, “Cada organismo es diferente y dos o tres copas pueden generar efectos distintos en dos personas de la misma edad, talla y sexo. Podría decirse que la única manera de evitarlo es simplemente no tomar, pero siendo realista este es un consejo que ningún bebedor social tendrá en cuenta”, señala José González, médico internista.
Este refrán aplica a la hora de comprar teniendo como referencia la relación costo– beneficio de algunos licores. La razón es que todas las bebidas alcohólicas se obtienen por fermentación o por destilación, aquellos que pasan por un proceso de filtración adecuada son más caros, pero más puros y menos tóxicos.
“Comprar trago barato siempre produce aparte del guayabo normal un guayabo moral, pues por comprar baratijas se afecta la salud”, afirma Rosa Díaz, comerciante . Aléjese de los licores que no son reconocidos, de los cócteles embotellados, pues estos deben ser frescos y prepararse en el momento de ser consumidos con licores de buena calidad, ya que la mezcla con azúcar resulta aún más difícil de metabolizar para el organismo.
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