Elizabeth R. Rojas
LA PATRIA | Manizales
El corazón de Luisa Fernanda Martínez Rojas, niña de 10 años, que reside en el Kilómetro 41, hoy late con más fuerza. Eso luego de la intervención quirúrgica a la que fue sometida en la Fundación Cardioinfantil (Bogotá), con la ayuda de la Fundación Pequeño Corazón, de Manizales. Su historia se trae hoy en la previa al Día Internacional de las Cardiopatías Congénitas.
Ella padecía de un ductus arterioso persistente, lo que puede conocerse popularmente como un soplo, y de eso sabían en su familia. Luz Esmeralda, su mamá, contó que siempre estuvo pendiente de esta anomalía con la que nació la pequeña, pero que en la EPS siempre le dijeron que la niña iba bien.
Cuando esta familia creyó que el caso no tendría más desarrollo, llegó Pequeño Corazón a la Institución Educativa Giovanni Montini, donde Luisa adelanta el quinto grado. Arribaron para llevar una brigada de salud, denominada Un Viaje a Ritmo de Corazón. Eso les cambió la vida.
"Se agitaba corriendo o cuando le hacían cosquillas. Se ponía moradita", subrayó Luz Esmeralda que, junto con su esposo Jorge Alberto, laboran como vendedores informales para sacar adelante a sus hijas. Son padres de otra adolescente.
La progenitora contó que ese día revisaron a todos los niños y que a ellos los contactaron, desde Pequeño Corazón, 15 días después para hablarles del caso. En eso, según ella, iniciaron con un proceso en el que nunca tuvieron que poner dinero.
"La operaron este 25 de enero, nos hospedaron en la Casa Ronald Mcdonald y hoy está en recuperación. Estoy muy agradecida con Pequeño Corazón. Mi hija hoy está muy bien. Si no hubiese sido por ellos, estuviéramos aún detrás de la EPS esperando que le hicieran algo", criticó Luz Esmeralda.
Fundamentación
La condición de nacimiento de Luisa Fernanda (ductus arterioso persistente) fue explicada a LA PATRIA por María Helena Garzón Mejía, cardióloga pediatra adscrita a la Fundación local, al SES Hospital Universitario de Caldas y Meintegral.
Garzón contó que esto se padece cuando el conducto arterioso persistente, que es un vaso cardíaco que tenemos abierto cuando estamos en la etapa fetal, no se cierra después del nacimiento, que es lo normal.
"Con ello viene la dificultad para respirar, no se crece bien y presentan neumonías a repetición. En estos pacientes se realizan intervenciones quirúrgicas tempranas o cierres del defecto mediante cateterismo cardíaco, dependiendo de la edad y tamaño del defecto", dijo la especialista.
Garzón también realizó un top 5 de las cardiopatías congénitas más frecuentes: "Algunas de esas patologías pueden tener correcciones completas; otras ciertos manejos que permiten que el niño y/o el adulto (cuando ya crecen) tengan una vida normal", subrayó antes de detallarlas.
1. Comunicación interauricular
"Hay un defecto (agujero) que comunica ambas aurículas. Dependiendo del tamaño del defecto puede que, con el tiempo, el corazón se vaya dilatando. Los pulmones se mantienen más húmedos de lo normal. Son niños que no crecen bien, tienen neumonías y sudan mucho".
2. Comunicación interventricular
"Existe un agujero que separa los ventrículos. Se cansan bastante, sudan con la alimentación o con el ejercicio. No crecen adecuadamente y hacen neumonías a repetición. Cuando no se intervienen a tiempo, presentan hipertensión pulmonar, la que puede ser muy severa y comprometer la vida".
3. Coartación de aorta
"Obstrucción de la arteria que lleva ese nombre y que es la encargada de conducir la sangre a todo el organismo. Nacen en condiciones muy críticas. Suelen llevarse a cirugía en los primeros días. Algunos tienen manifestaciones tardías y requieren cirugías o cateterismos cardíacos".
4. Canal AV completo
"Frecuente en niños con síndrome de Down. Hay un defecto que altera tanto el tabique que separa las aurículas, como el que separa los ventrículos y las válvulas mitral y tricúspide. Tienen aumento del trabajo respiratorio, dificultad para la alimentación, sudan mucho, no alcanzan las metas de crecimiento y pueden desarrollar hipertensión pulmonar. Requieren intervenciones quirúrgicas en los primeros meses de vida".
5. Tetralogía de Fallot
"Existen diferentes tipos. En el Fallot Rosado, el niño tiene una coloración sonrosada, porque su oxigenación es normal. Se hace el diagnóstico por el hallazgo de un soplo cardíaco. Es preferible corregirlo antes del año. En el Fallot Azul, el niño tiene una coloración morada en la piel, en las mucosas y en las uñas, debido a que no alcanza a llegar suficiente sangre a los pulmones para oxigenarse correctamente. Se manifiesta desde el nacimiento. Es el niño que cuando come o está en el seno, respira con dificultad, se cansa y le toca parar. Son muy sudorosos. Son los que pese a una buena alimentación, no suben de peso".
La profesional insistió en que el pronóstico cambia, cuando el abordaje de la condición se hace de manera temprana. Si ello es tardío, advirtió Garzón, pueden tener retrasos en su desarrollo y crecimiento; además de limitación para su actividad física y académica.
"Cuando hacemos una pronta detección, lo que logramos es que ese niño reciba el manejo que requiere, bien sea una corrección completa o un procedimiento paliativo que le permita tener una mejor calidad de vida y pueda llegar más sano a su adultez".
Vigilantes
María Helena Garzón Mejía, cardióloga pediatra, pidió a aquellos padres primerizos llevar muy buenos controles prenatales para saber cómo está el bebé que viene en camino. A los progenitores con más experiencia, los instó a estar estar vigilantes de los signos de alarma. Entre estos se cuentan la sudoración excesiva, el color azulado o morado de la piel, el cansancio o dificultad para respirar al alimentarse o al realizar actividad física, la poca ganancia de peso e infecciones respiratorias, como neumonías a repetición".
Un trabajo con corazón
Mónica Giraldo Mejía, gerente de la Fundación Pequeño Corazón, habló de las acciones de la entidad que representa, las que -aseguró- son posibles gracias a la colaboración de benefactores anónimos y compañías que creen en su trabajo.
Resaltó el acompañamiento del Club Rotario Manizales y del Club Rotario Alpharetta, de Estados Unidos, que donaron el ecocardiógrafo portátil con el que atienden en la móvil de las jornadas Un Viaje a Ritmo de Corazón.
"Trabajamos para darle una oportunidad de vida a niños(as) y adolescentes con enfermedades congénitas, de los estratos 1 y 2 y hasta con 18 años. Vamos por instituciones educativas y jardines infantiles haciendo valoraciones gratuitas que cambian sus vidas", puntualizó la médica.
Únase a las iniciativas de la Fundación. Entérese de sus actividades y proyectos, ingresando a www.pequenocorazon.org.co. También marcando al (606) 885 8742, ext. 21; o al 3168782927. Están ubicados en la carrera 24 No. 53-41.
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