Cuando la faringe lo pone en aprietos

Elizabeth R. Rojas

LA PATRIA | Manizales

La faringitis, que es la inflamación de la faringe por virus o bacterias, fue la quinta causa de consulta más frecuente en los servicios de urgencias del departamento durante el 2015. Se registraron 469 casos de pacientes con los síntomas frecuentes en la temporada de lluvias. Así lo reveló el Observatorio Social de la Dirección Territorial de Salud de Caldas (DTSC).

En el listado también aparecen otras afecciones como la amigdalitis, la laringitis. En el 2014, por ejemplo, las enfermedades de las vías aéreas superiores que más tuvieron que atender en los centros de atención fueron la rinofaringitis, con 3.571 casos, y la amigdalitis, con 1.665. La faringitis se dio en menor proporción.

Esta condición la tuvo que sufrir Fabián, que es empleado de una empresa nacional con sede local. Salir de su trabajo en moto en la noche le caía mal, luego de permanecer en el día en su oficina. Cuando iba por la calle no faltó el aguacero que empeoraba el clima.

"Se le quiere reventar a uno la garganta. Tragar es un problema, hasta hablar duele. No pensé que fuera tan horrible", apuntó.

Claridad

Para hablar de esta patología se invitó a Álvaro Augusto Zuluaga, médico especialista en rehabilitación cardiopulmonar, quien aclaró que la faringitis afecta tanto a niños como adultos y que se disemina con rapidez.

"La faringitis cuando es viral, que tiene que ver con los cambios ambientales, se pasa en tres o cuatro, pero cuando la descuidamos se convierte en una infección que dura más. Inicialmente nuestro cuerpo recibe todo en nuestra boca, depositándose en las amígdalas que son la principal barrera. Pero algunas veces, pasan hasta la garganta y, por consiguiente, a la faringe", reveló.

- ¿Cuáles son los principales síntomas?

Dolor e inflamación. También hay secreciones (blanca, verde o amarillenta), irritaciones, enrojecimiento y tos. Por la misma irritación de la garganta puede haber hasta sangre. Se puede ver como si fuera una gripa común.

- Entonces, ¿se confunde con gripa?

La faringitis puede confundirse con la laringitis, pues sus sintomatología, es similar, con las mismas molestias de la garganta. Lo que diferencia a la laringitis es que a esta la acompaña una afonía (no se puede hablar) o una disfonía (estar ronco).

La faringitis puede asociarse con la rinofaringitis (donde se afecta también la cavidad nasal), la rinofaringoamigdalitis o la rinofaringolaringitis. Es que pueden estar comprometidas tanto las vías aéreas superiores como las inferiores. La severidad se determina evaluando qué estructuras cercanas se afectan.

- ¿Qué grupo poblacional la sufre con mayor frecuencia?

Ataca a cualquier persona. Lo que pasa es que en los adultos, la sintomatología es mucho más evidente. El adulto puede hablar, el niño no y eso obliga a que se tenga que investigar de una manera más profunda qué es lo que pasa.

- ¿Cuál es el tratamiento regular?

El tratamiento se aborda de acuerdo con la severidad. Cuando es viral, le enseñamos a la persona a que haga gárgaras con bicarbonato de sodio, limón, agua con sal, o enjuague bucal, etc, para desinfectar la zona y desinflamarla. También está la miel de abejas con zumo de limón, de cebolla de huevo o de ajo. Esto se puede tomar caliente por las noches para disminuir la tos y la inflamación. Hay que valorar las propiedades antibióticas que tienen. Son astringentes.

- ¿Qué bebidas ingerir?

Se recomienda tomar mucho líquido y aumentar el consumo de vitamina C para que la persona pueda eliminar los virus de manera natural y que su propio cuerpo coja defensas. Si el proceso es infeccioso, hay que abordarlo con otra terapia.

- ¿Hay factores de riesgo?

El contacto directo con la enfermedad es el principal factor de riesgo. La diseminación de estas molestias respiratorias es rápida en los jardines infantiles, pues los niños se limpian con la mano y luego van y tocan a otro. Tosen y algo de la expectoración puede caerles a los demás, así se contagian (Ver recuadro Prevenga desde lo colectivo). Pero también pasa con los adultos cuando permanecen mucho tiempo en lugares cerrados.

Sucede que a veces estamos en sitios y salimos a la intemperie y eso afecta. Si estamos bajos de defensas con más facilidad va a afectar el frío. Por eso es importante que nos protejamos, que nos cubramos y que evitemos los impactos fuertes de cambio de clima.

- ¿La alimentación es una defensa?

Sí. Una buena alimentación disminuye las posibilidades de que se den. Una ingesta considerable de vitamina C, de productos que la tengan, es muy positivo. Tomar muchos líquidos y evitar los lácteos, los enlatados, los embutidos, los azúcares, también es bueno. Estos lo que hacen es bajar las defensas del cuerpo. Las frutas, las verduras, las proteínas, son fundamentales en la prevención.

Prevenga desde lo colectivo

El especialista Álvaro Augusto Zuluaga aconsejó a padres, cuidadores y directivas de instituciones educativas, a estar muy pendientes de los síntomas iniciales en los pequeños para evitar la propagación y el contagio.

* Si el niño(a) llega mal, enfermo, lo que hay que hacer es no ponerlo al lado de los demás, pues la situación se convierte en una epidemia.

* Lo mejor es no llevarlo a estudiar por unos días, mientras se recupera.

* La idea es no repartirle el virus a los demás pequeños, estos se los pasan a los papás, estos últimos a sus compañeros de trabajo y así sucesivamente.

Propensos

Los más propensos a adquirir enfermedades del sistema respiratorio son aquellos que viven donde hay frío húmedo, según el profesional Álvaro Augusto Zuluaga.

"Manizales, Pereira, Armenia son ciudades donde la gente se queja mucho por estas afecciones. En estas dos últimas, por ejemplo, los vientos que vienen del Nevado se encuentran con los que vienen del río Cauca, escenario que favorece la proliferación de microorganismos como los ácaros, ciertos virus, etc", apuntó.