Kelly García Cruz
EL PAIS | LA PATRIA | Cali
Rebelarse contra la disciplina del hogar o mentir son conductas comunes en los jóvenes de hoy con los que buscan sentirse mayores y llamar la atención.
Mariana es un ejemplo de ello. Tiene 15 años y a veces se escapa los fines de semana para ir a discotecas, usando contraseñas falsas. De vez en cuando, también pide permiso para ir a hacer tareas a casa de sus compañeros, pero lo que ignoran sus padres es que esas reuniones esconden otro fin.
La adolescencia, la etapa que ella está viviendo, puede resultar bastante difícil, incluso en las mejores circunstancias. “De acuerdo con el consenso médico, suele empezar entre los 10 y 11 años para las mujeres y entre los 11 y 13 años para los hombres, para finalizar en ambos casos hacia los 20”, explica Diego Fernando Correa, médico especialista en Programación Neurolingüística.
La psicóloga Lizeth López Cobo, coach profesional de Esencia de Crucigrama & Coaching, manifiesta que en esta etapa los cambios de comportamiento se caracterizan por picos altos y bajos en el estado de ánimo y dificultad para regular las emociones. “Ni ellos mismos pueden describir lo que sienten; algunos adoptan actitudes de defensa, contra ataque, gritos, negación, mentiras y otros un silencio tenso, sumidos en la intelectualidad”.
Añade que estas reacciones se fundamentan en el desarrollo de su cerebro, porque empieza a eliminar conexiones, que vienen desde la infancia y que ya no le sirven para entender su experiencia de vida.
Para los padres
Javier y Mónica, los padres de Mariana, trabajan todo el día, que suele estar sola después del colegio. Una llamada de la mamá de una compañera los alertó, su única hija estaba consumiendo drogas y alcohol.
Este hecho suscitó una discusión en la que ambos se culpaban, se sentían confundidos y con dudas sobre la crianza y su rol como padres. Se preguntaban: “si trabajamos tan duro para que ella lo tenga todo, ¿qué hicimos mal?”
Como ellos, hay padres que no saben cómo manejar este tipo de situaciones, lo que se agudiza porque ambos suelen ser progenitores que trabajan o son familias separadas donde la madre es la que lleva el peso de la crianza. “Se desplaza la autoridad del padre hacia la madre, lo que resulta en un ambiente complejo donde se debe reprender y al tiempo dar ternura y comprensión”, expone Correa.
Lo que también ocurre es que los padres han perdido autoridad. Al respecto, María Lucía Vargas Lozada, psicoterapeuta especialista en familia de la Universidad Javeriana, enfatiza que hay padres más preocupados por caerle bien a sus hijos y evitar generarles frustración, que ejercer su rol de orientadores que acompañan.
La experta concluye que los errores más comunes que cometen los padres con sus hijos adolescentes son: no ponerles límites claros, solucionarles todas las dificultades, decirles sí a todo y no entregarles ninguna responsabilidad.
Torpeza neuronal
El especialista Diego Correa asegura que para entender lo que ocurre con el comportamiento de los adolescentes hay que apoyarse en la neurofisiología.
Expone que hay estudios que muestran una extensa remodelación del cerebro en esta etapa (adolescencia) y que se apreciar situaciones de aprendizaje para las cuales ellos apenas dan sus primeras respuestas, lo que puede originar algo que denominan torpeza neuronal.
“Esto los puede llevar a fallos que generan conductas como estupidez, precipitación, angustia, impulsividad, egoísmo e imprudencia incompetente, entendidas por nosotros los adultos como irritantes o desconcertantes”.
Ademas, advierte que muchas veces los padres juzgan en sus hijos su gusto por las emociones fuertes, pero aclara que esta búsqueda no es impulsiva; es el reflejo de una apertura hacia lo nuevo, que en algún momento lo conducirá a experiencias más útiles para su vida. “Esto sin hablar de lo que en la adolescencia alcanza su pico máximo, que es la propensión a correr riesgos, pues no se trata de la ausencia de reconocimiento del peligro, sino del valor que les puede generar la recompensa”.
Tareas
La psicóloga Lizeth López Cobo recomienda a los padres:
1. Verlos desde que nacen como seres capaces de lidiar con su propia vida y que solo se diferencian de nosotros por su edad y la experiencia emocional que cada uno percibe de su vida.
2. Reconocer que tienen y sienten las mismas emociones nuestras y que también se les dificulta autorregularlas y entenderlas; pensar así es el inicio para crear un vínculo emocional con ellos, dejándolos en un mismo nivel.
3. Para los adolescentes no existe la crítica constructiva. Cualquier corrección se les convierte en: “todo lo que hago es malo” y otras respuestas que solo quieren decir “tengo miedo, soy vulnerable, acompáñame”, de ahí la importancia de mantener la comunicación.
Lecciones
* Conocer a sus amigos
* No complacerlos en todo
* Enseñarles que también hay adversidades, que no todo es felicidad
* Demostrarles que las cosas se ganan y hay que ser agradecido.
* Enfatizar que la red de apoyo más segura es la familia.
La frase
“Los errores más comunes que cometen los padres con sus hijos adolescentes son: no ponerles límites claros, solucionarles todas las dificultades, decirles sí a todo y no entregarles ninguna responsabilidad”.
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