
Elizabeth R. Rojas
LA PATRIA | Manizales
"Cuando usted cuida de un paciente, cuida todo de él: Su cuerpo, su alma y su espíritu. La enfermería es un acto de cuidado divino". La frase apareció en una foto de Cándida Rosa Castañeda Valencia, la profesional en esta área de la salud que falleció el pasado 22 de noviembre a causa del coronavirus.
Los allegados recuerdan a esta mujer que se destacó en lo familiar, lo deportivo, lo profesional y en la docencia universitaria, en la que marcó -sobre todo- a los estudiantes que estuvieron a su cargo.
La mujer, de 53 años, padeció varios días en una Unidad de Cuidado Intensivo (UCI) de la Clínica San Marcel y su cuadro médico se complicó, debido a una comorbilidad que la aquejaba: Era asmática.
En lo familiar
El pediatra Carlos Montoya era su esposo. Duraron siete años de novios y contrajeron nupcias hace 11. Por decisión conjunta no tuvieron hijos, pero sus esfuerzos los dedicaron a otros menores de edad y, en casa, a cuatro gatos y dos perros. También les dio la mano a otros animales de la calle.
"Su partida me deja lleno de agradecimiento, esto por haber compartido tantos años con un ser absolutamente maravilloso. Una mujer espectacular que marcó mi vida y la de mi familia", comentó Montoya.
Cándida, según su esposo, tenía la particularidad de vivir el dolor ajeno de una forma excepcional, lo que la llevaba a ser una mujer muy querida. Montoya relató que dejó un legado de servicio, alegría y coherencia; y que por eso, de ahora en adelante, la Clínica del maltrato que realiza mensual llevará su nombre.
"Tenía una alta espiritualidad, era de mucha devoción. Ya no la tengo de cuerpo presente, pero me llevo todas esas enseñanzas y esa felicidad por haberla conocido. Era buena hija, buena hermana, buena tía. Era integral. Todos dicen que detrás de un buen hombre hay una gran mujer, pero -en nuestro caso- ella estaba delante mío".
En lo profesional
El médico infectólogo y microbiólogo Jorge Iván Marín siguió de cerca el proceso de Cándida. La conoció como enfermera y como paciente. Dijo que su partida le dejó a él y a sus colegas tristeza profunda.
"Era una compañera, era una amiga. Su partida se dio en medio de una mezcla de sentimientos entre lo que es la impotencia, la desilusión y el temor. Ha sido una situación muy dura", apuntó Marín.
El experto mencionó que el deceso de la enfermera fue un fuerte impacto para todos, porque se dedicaron mucho a su caso, lo que se reflejó en que venía evolucionando bien. Estaban a punto de sacarla de la UCI.
"Desafortunadamente, este virus es muy traicionero y se nos la llevó en seis horas. Cuando mostró que iba bien. Venía respondiendo a las terapias que se estaban ejecutando en ella", subrayó Marín.
La también enfermera, María Cielo Holguín, quien ya está pensionada, departió con Cándida algunos momentos de su vida. Ambas eran docentes en la Universidad de Caldas.
"Compartimos clases con los estudiantes y desde ahí una relación laboral y de amistad. Eso nos llevó a compartir otros espacios. Estuve en su matrimonio con Montoya, en donde se le vio muy feliz", especificó Holguín.
A Cándida la definió como una mujer muy alegre, por su actitud en encuentros con los estudiantes y en fiestas a las que asistieron. Manifestó que le fascinaba el baile, particularmente la salsa. La calificó, además, como una mujer muy generosa.
"Quedé con la tristeza de no haberme despedido de ella y de no haberle dicho muchas cosas que merecía. Estábamos esperando que terminara su doctorado, que concluía en diciembre, para resaltarla", apuntó Holguín.
En la academia
Silvia Alejandra Ruiz Arias fue su alumna. Argumenta que la partida de la profesional le deja un vacío enorme. Ella compartió a LA PATRIA el último mensaje que le envió Cándida ya estando internada.
En este le detalló todo el avance de su caso médico (no se publica por reserva de los datos personales). En él se resalta la forma cálida y cariñosa en que se dirigía a sus estudiantes y pares.
Así lo cerró Cándida: "Tranquila. No puedo escribirte más, porque me fatigo muchísimo. Reza por mí. Te quiero mucho".
Se supo que al otro día de este intercambio de palabras, la enfermera fue trasladada a la UCI, donde perdió la vida en una semana.
Como deportista
A Cándida la conocieron por practicar distintas disciplinas deportivas. Le gustó nadar, hacía aeróbicos, áreas en las que siempre dejó los mejores resultados. En el baloncesto no fue la excepción.
Carlos Arturo Henao, conocido como Panelo, la dirigió por cinco años en este último deporte. Así se expresó de Cándida: "Siempre la eterna capitán, líder dentro y fuera de la cancha. Exquisita armadora que contagiaba al equipo de poderosa energía. Hacía del baloncesto una alegría y un estilo de vida para nuestro equipo del Seguro Social. Fue un hermoso grupo de amigas lideradas por un gran ser humano, ejemplar mujer y extraordinaria deportista. Paz en su alma", concluyó.
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