Hace casi tres años el país enfrenta una batalla sin precedentes en la lucha contra la desnutrición en todos los frentes, pero especialmente, para curar ese problema entre los menores de edad.
Las deficiencias en la alimentación, en la mayoría de los casos, desencadenan en problemas de extrema delgadez, ausencia de vitaminas y afecciones como la anemia. Cifras del Ministerio de Salud reflejan que la prevalencia de este mal en menores de cinco años es de 27,5%. Además, los índices más altos se concentran en los niños y niñas entre los 6 y 11 meses de edad, con un 59,7%, seguida por los niños entre 12 y 23 meses, con el 29%.
A mediados de este año, el Ministerio de Salud anunció estrategias que se están implementando con miras a prevenir y reducir de manera sostenida los casos de anemia por deficiencia de hierro en la primera infancia.
El problema va más allá de la ausencia de algunos nutrientes en el organismo. Aproximadamente el 75% de las conexiones neuronales en los humanos se efectúa en los primeros mil días de vida. Por eso la primera infancia es el tramo de la vida en el cual se fundamenta el desarrollo de cualquier persona.
¿Qué es la anemia?
Esta enfermedad consiste en la disminución de glóbulos rojos circulando por el organismo, lo cual puede afectar el rendimiento físico y cognitivo de una persona, debilitando al paciente, con una sensación de fatiga constante. Como no hay una buena cantidad de dichos glóbulos (que transportan el oxígeno), o son de mala calidad, el cuerpo no tiene un buen rendimiento.
Según expertos, hay varios tipos de deficiencias nutricionales que podrían acarrear anemia. La primera, y más conocida, es la que se da cuando no se consumen las cantidades necesarias de hierro. La segunda aparece cuando el organismo no recibe buenas proporciones de la vitamina B12 y la última, cuando el paciente no ha sido consumidor habitual de alimentos ricos en ácido fólico.
Para Claudia Angarita, nutricionista y directora del Centro de Nutrición Integral, la aparición de esta enfermedad puede afectar el sistema nervioso central en algunos niños y en las madres gestantes puede aumentar el riesgo de que los bebés nazcan con el mal de la espina bífida. Explicó además, que en cuanto a la anemia por falta de hierro, los pacientes se deben asegurar de que en su dieta no falten las carnes rojas, vísceras, frijoles o plátano, así como una dieta rica en verduras verdes, la cuales contienen altas cantidades de ácido fólico. “Una de las recomendaciones cuando se consuman carnes rojas es que las combine con un alimento fuente de vitamina C, como por ejemplo el limón o el jugo de guayaba, para que esa combinación permita que la absorción sea mejor”, señaló Angarita.
Por su parte, Beatriz Amaya, bacterióloga y hematóloga de la Unidad de Hemato-oncología del Hospital Militar Central, aseguró que se puede detectar fácilmente cuando el paciente sufre algún tipo de anemia, ya que ésta ,casi siempre, tiene una sintomatología muy clara. Sin embargo, según la experta, los pacientes deben entender que la anemia es consecuente a algo. “Algo pasó primero en el organismo, para que haya anemia”, dijo.
Amaya también indicó que esta enfermedad se da por dos factores. Uno de carácter carencial, es decir, cuando falta el hierro, la vitamina B12 y el ácido fólico; y el otro cuando hay una producción baja o de mala calidad de los glóbulos rojos. Allí también se desata la afección. “Sobre todo los países subdesarrollados son más propensos a tener población anémica, pues sus índices de alimentación sana y balanceada son más bajos que los otros”, agregó.
No llega sola
Aunque las especialistas coincidieron en que la aparición de la anemia siempre está precedida de otros factores de salud, también indicaron que si no se trata de buena manera, con los suplementos médicos y dietarios del tipo de anemia que se tenga, ésta podría traer otras complicaciones a futuro.
“Si es menor de edad el comportamiento en la escuela se va a ver afectado en su parte cognoscitiva y si es adulto habrá sensación de cansancio. Cuando falta la vitamina B12 se puede afectar todo el sistema nervioso. También se siente hormigueo en las manos, en los pies y en las articulaciones, un hormigueo a nivel muscular, la apariencia puede ser muy pálida, caída del cabello y piel reseca”, dijo Angarita.
Entre tanto, Amaya aseguró que los pacientes que sufren enfermedades crónicas son más propensos a tener anemia en cualquiera de sus modalidades. La especialista explicó que, por ejemplo, enfermos de cáncer o VIH, son quienes más están expuestos a sufrir de fatiga o debilidad, debido a la disminución de sus defensas y glóbulos rojos. La anemia también puede ser desarrollada cuando se padece artritis, lupus o tuberculosis.
No obstante, la bacterióloga aseguró que las anemias que se producen de forma no carencial, es decir, cuando su causa no corresponde a ausencia de ninguna sustancia, se generan cuando los glóbulos son de mala calidad. “La vida media del glóbulo rojo es de 120 días, es decir, los que duran menos de ese periodo pueden ser catalogados como defectuosos y se están rompiendo”, dijo.
Niñez afectada
Sin duda en la etapa en que más se es propenso a sufrir de anemia es en la niñez. En toda la población pediátrica hay alta incidencia de este mal. Los otros grupos más afectados podrían ser los adultos mayores y las madres gestantes, por la mala alimentación. Para los especialistas, en los niños menores de cinco años es entre los que se presentan más casos, siendo muy preocupante el primer año de vida, ya que no se les da bien la alimentación complementaria y porque no hay una lactancia materna adecuada.
Los expertos aseguran que las malas condiciones nutricionales se ven agravadas en las zonas rurales, donde aún hace falta más conciencia sobre cómo debe ser una alimentación rica en nutrientes para la población infantil.
Esta situación se presenta por la falta de oportunidades a la que se enfrentan las familias numerosas, lo que hace difícil un balance nutricional. Por eso, la anemia en las zonas rurales se presenta más en adolescentes, jóvenes y madres gestantes en edades fértiles, que en las zonas urbanas. “Colombia se comporta como un país subdesarrollado, ya que nuestra población infantil sufre mucho de anemia. No solo influye la parte nutricional sino la presencia de parásitos, especialmente agravada en el campo”, aseguró Amaya.
Cómo obtener glóbulos rojos
Antes, una forma fácil de obtener glóbulos rojos era a través de las transfusiones de sangre. Hoy ya no es tan sencillo porque hay unas medidas muy claras en los bancos de sangre debido al déficit de unidades. "Hoy hay una política clara: que a ninguna persona se le dará sangre si no es estrictamente necesario y si realmente no hay una emergencia que lo amerite”, señaló Amaya.
La otra forma fácil es la que hacen algunos deportistas y que para ellos es considerado dopaje: inyectarse unas sustancias para activar el nido de producción a nivel de médula ósea, lo que produce más glóbulos rojos y su oxigenación va a ser mucho mejor.
Recomendaciones
“Tratar de consumir al menos una vez al día carnes rojas y siempre que se consuman alimentos fuentes de hierro, tratar de combinarlas con uno fuente de vitamina C, para optimizar su absorción. Es importante señalar que hay alimentos que impiden esa correcta absorción. Por ejemplo, si se consume una fuente de hierro con café, ese hierro no se va a absorber”, explicó Angarita.
La clave para evitar casi todos los trastornos alimenticios es tener una dieta sana y balanceada, acompañada por un buen desempeño físico y deportivo. Evitar el cigarrillo también resulta clave a la hora de ver la correcta producción de glóbulos rojos en el organismo.
Los tratamientos, cuando se sabe qué tipo de anemia es, van enfocados hacia la suplementación en la comida, ayudado de algunos medicamentos que pueden ayudar a ese proceso.
Datos en Colombia
- Según la última Encuesta Nacional de la Situación Nutricional (Ensin 2010), las regiones más afectadas con anemia son la Pacífica, en menores de 5 años; la Oriental, en niños de 5 a 12 años y mujeres en edad fértil, y la Caribe, en mujeres gestantes.
- Dicha encuesta también arrojó que en general la anemia se presenta en mayor proporción en el área rural y en la población clasificada con niveles 1 y 2 del Sisbén.
- Ensin afirma que uno de cada 4 niños de 6 a 59 meses presenta anemia; esta proporción es del 1% en jóvenes entre 13 y 17 años.
-La Organización Mundial de la Salud (OMS) la cataloga como leve cuando la prevalencia oscila entre el 5% y 19,9% de la población afectada; moderada (20% - 39,9%); y grave, cuando es mayor al 40%.
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