Vanessa Sánchez
LA PATRIA | Manizales
Tulia se ha perdido en dos ocasiones. Sus hijas le pusieron un brazalete para que quién se la encuentre sepa dónde ubicar a sus familiares. Al principio le decía a su hija que le robaba, y cuando está muy ansiosa se aplica todo el frasco de crema corporal para llamar la atención.
Marina, la hija de la señora de 85 años, relata cómo el alzhéimer les transformó su vida. A Tulia se le olvida comer y cuando lo hace pregunta porqué no le sirvieron su plato. Se rehúsa a bañarse, porque no recuerda que ya lo hizo y en continuas ocasiones enfrenta discusiones porque su familiar pierde la paciencia.
En consulta con el geriatra, Tulia se toca el cabello y mira hacia la pared blanca del consultorio, mientras el equipo de la Clínica de la Memoria de la IPS de la Universidad de Caldas habla con ella.
Se le va el pensamiento y luego se conecta. Poco parece entender, pero le aconsejan, así olvide segundos después, que tome los medicamentos y siga las instrucciones de su hija. Ella se convierte en sus segundos ojos y manos para saber qué hacer y cómo hacerlo.
Pese a que la causa exacta del alzhéimer se desconoce, de acuerdo con el neurólogo Daniel Hedmont, miembro de la Asociación Colombiana de Neurología, la enfermedad tiene una estrecha relación con el envejecimiento. A medida que aumenta la edad, la probabilidad de padecerla es aún mayor.
"Eventualmente se puede presentar en personas más jóvenes, pero es menor del 5%. Cuando una persona padece de este deterioro cognitivo hay una pérdida acelerada de neuronas, sobre todo en las regiones que están relacionadas con las funciones de memoria. En las autopsias lo que se encuentra es el aumento de los depósitos de una proteína llamada amiloide, responsable de los recuerdos a corto, mediano y largo plazo", indica.
En el mundo cada tres segundos se diagnostica un paciente con alzhéimer. Como empeora con el tiempo, las personas pueden llegar al punto de borrar todos los recuerdos hasta no reconocer a sus familiares, olvidar su nombre y no saber quién es la persona que se mira en el espejo.
Dificultad
Quien padece de esta condición también pierde la capacidad del lenguaje, pensamiento y decisión. Los más afectados son los ancianos quienes quedan en una especial situación de vulnerabilidad y dependencia. Es una enfermedad que sufre una persona, pero padece toda la familia.
El neurólogo Hedmont describe las señales a las que hay que estar alerta:
* Le cuesta recordar las cosas, hasta el punto que requiere la ayuda de alguien más para hacer las actividades del día a día.
* Olvidos frecuentes (pagar cuentas, dar razones, cumplir compromisos, olvidar la ingesta de medicamentos, los mismo que los alimentos o rutinas como el aseo personal).
* Repetir una y otra vez la misma cosa en un lapso de horas.
* Dificultades con el manejo del dinero. Compra cosas y se olvida dónde las deja o qué adquirió.
* Problemas para recordar el nombre de las cosas y personas.
* Cambios en el estado de ánimo y/o en los hábitos, tendencia a la ansiedad y alteraciones en la conducta.
* Orientación en tiempo y espacio.
* Cambios en la expresión del lenguaje.
* Dificultad para realizar actos motores.
* Cambios en la forma de caminar.
* Pérdida de la capacidad de planear, organizar o tomar decisiones.
Cuidado con el cuidador
Marina no tiene quién la cuide, ella vela por su mamá y cuando pensó que disfrutaría su pensión al lado de ella, un año después le diagnosticaron alzhéimer. De acuerdo con el geriatra Felipe Marulanda, director de la Clínica de la Memoria de la U. De Caldas, la importancia de los cuidadores es vital, ya que de los 70 tipos de deterioros cognitivos, el alzhéimer es el más común y el más complejo de sobrellevar en la vida diaria.
"Presentan muchos trastornos del comportamiento y de conducta que hace que el cuidador necesite entrenamiento y ayuda psicológica, pues en ocasiones hay cuidadores deprimidos, ansiosos que no duermen bien presionados por la familia", aclara.
Marulanda expone que la Clínica de la Memoria lleva 15 años trabajando con un equipo interdisciplinario, compuesto por internista geriatra, neurólogo, psiquiatra y enfermera superior y brinda una atención y evaluación integral para personas con deterioro cognitivo.
"Cada mes hacemos encuentros con los cuidadores, porque en las demencias las personas se vuelven muy frágiles y requieren que otros estén pendientes de ellas. No es fácil, por ejemplo, dejar el empleo por cuidar a un familiar. A veces es tan alta la sobrecarga que la persona se enferma más que el mismo paciente", afirma.
Por eso recomienda que el cuidador debe entrenarse en cosas mínimas de la cotidianidad para que aprenda a ser resolutivo. Lo ideal es no perder la paciencia, y en caso de que suceda, no enfrentarse con el enfermo, porque será una guerra perdida, incluso olvidada.
Sin cura e irreversible
Marina explica que enfrenta situaciones caóticas con su madre. Amanece agresiva y no quiere que nadie se le acerque. A veces su comportamiento es irreconocible y su hija señala que los ataques en contra de ella le producen depresión.
Los medicamentos disponibles solo disminuyen la velocidad de progresión de la enfermedad. Por eso el neurólogo explica la importancia de cuidarse en la juventud y evitar la aparición de diabetes, hipertensión y golpes a repetición en la cabeza, factores de riesgo para desarrollarla.
"Si las personas tienen estilos de vida saludables, el cerebro se fortalece, las neuronas son más resistentes y pueden retrasar la edad en la cual que aparece la enfermedad, o en el caso de que aparezca puede tener un curso más benigno".
Muévale el piso al cerebro
Se calcula que la incidencia del deterioro cognitivo puede disminuir si el cerebro está en continua actividad.
1. Practique ejercicio regular. Tres veces por semana durante 30 minutos es la recomendación.
2. Consuma una dieta sana que no contenga grasas animales. Elija mayor cantidad de frutas y verduras.
3. Ejercite su cerebro: el ejercicio es un órgano que si no se activa, se atrofia. Se ha visto que las personas con alto nivel educativo tienen mayor protección frente al deterioro cognitivo.
5. No repita oraciones o tareas para no olvidarlas. Opte por actividades variadas en la semana para estimular la mente.
6. Escuche música nueva todos los días, así estimula las neuronas.
7. Realice juegos como crucigramas, sudokus y sopas de letras.
8. Active el cerebro buscando palabras nuevas en el diccionario
9. Busque lecturas complejas. Se ha comprobado que el cerebro se activa completamente con este ejercicio.
10. Aprenda un segundo idioma.
11. Mantenga una actividad social activa.
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