LA PATRIA | MANIZALES
Un robo marcó el inicio del 2020 en el Hospital San José de Viterbo. Para completar, el viernes pasado 24 de enero sucedió un caso similar en el Hospital San Rafael de Risaralda.
En Viterbo delincuentes se robaron un desfibrilador al amanecer del 1 de enero, equipo que tiene un costo cercano a los $17 millones 800 mil.
En Risaralda el saqueo ocurrió en la ambulancia medicalizada, que estaba cuadrada frente a la sede de Urgencias del hospital. "Era la 1:00 de la tarde y los ladrones aprovecharon que a esa hora hay poca gente y sin dañar la chapa abrieron el carro, se llevaron un desfibrilador y un equipo de monitoreo", aseguró Gloria Patricia Ríos, gerente del Hospital Departamental de Risaralda.
Dijo que el centro asistencial cuenta con otros dos desfibriladores y que le tocará buscar recursos para dotar de nuevo la ambulancia, porque este equipo es esencial para salvar vidas.
Según Ríos, en Fresno (Tolima) reportaron un caso similar.
La gerente del centro asistencial de Viterbo, Marisol Franco, narró que el 31 de diciembre por la noche al parecer ingresó a Urgencias el ladrón como acompañante de un paciente. "Como en esta área los médicos y el personal asistencial están ocupados en el área de trauma, los delincuentes tomaron el desfibrilador y lo empacaron al parecer en un morral".
Contó que aunque hay cámaras en ciertas áreas del hospital, en lugares de atención como es Urgencias no debe haber.
Franco precisó que el hospital cuenta con dos desfibriladores, uno en el área de rehabilitación y el otro, que permanece
en la ambulancia, pero le tocó pasarlo para Urgencias donde se hace reanimación a pacientes infartados.
Añadió que como el H. San José está protegido con un seguro contra el robo de equipos, ya se reportó y esperan el desembolso para reponerlo.
"Es bueno alertar sobre esta situación. Es evidente que los delincuentes iban tras este equipo, debe haber un comercio negro con desfibriladores".
Este aparato electrónico aplica una descarga eléctrica al corazón de forma controlada, sincronizada y espaciada en el tiempo. Las paletas (electrodos) se conectan directamente al pecho del paciente, formando una trayectoria cerrada (circuito) entre el aparato y el paciente, permitiendo que por su corazón fluya una corriente eléctrica para generar un electroshock. La descarga eléctrica hace que el corazón se detenga por un tiempo mínimo, cesen esos ritmos anárquicos y se reinicie con un ritmo normal. En otras palabras, es un reinicio que se le hace al corazón.
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