Elizabeth R. Rojas
LA PATRIA I Manizales
"La noticia de un diagnóstico positivo para cáncer de mama causa un gran impacto, que implica desajustes en la vida diaria. Esto cambia las dinámicas familiares, de trabajo, académicas; cualquier rol que se desempeñen".
Eso dijo Daniela Ramírez Zárate, psicóloga de la sala de quimioterapia Carlo Acutis del SES Hospital Universitario de Caldas, sobre el efecto que tiene dicha novedad en la vida de las pacientes.
La experta en duelo explicó que es el oncólogo el encargado de anunciar el resultado de los exámenes previos. Esto debe hacerse de manera asertiva, a manera de realidad aceptable, para que la mujer tenga conocimiento de lo que le pasa sin perder la esperanza de la recuperación.
"De ahí es que se hace el acompañamiento psicológico con el fin de empezar el proceso de ajustes. Tienen que sentirse acompañadas. Se está con ellas en el tratamiento, durante las recaídas y la fase de remisión, que es cuando se dice que se curó del cáncer", subrayó.
Enfoque interdisciplinario
La profesional detalló que junto a ella, para efectos de esta sala y la institución, trabaja un grupo interdisciplinario que integran médicos, enfermeras, nutricionistas, fisioterapeutas, entre otros.
"La idea siempre es el acompañar los procesos psicosociales y familiares del paciente durante el transcurso de la enfermedad. Todos los profesionales pasan a ser parte de ese reajuste de vida".
Ramírez apuntó que en las mujeres el cáncer de mama representa unos cambios más significativos a cuando la enfermedad se presenta en hombres, esto por las variaciones corporales que trae consigo.
"Eso afecta tres esferas: autoconcepto, heteroconcepto y autoestima. Las mujeres están más enfocadas en la estética física. Llegan a una imagen que nunca quisieron ver, pero que las hará persistir en el tratamiento".
La psicóloga explicó que las mujeres tenemos una capacidad de adaptación mucho más afianzada que los hombres. Que tratamos de hacer más rápido el proceso de duelo frente a la pérdida de nuestra salud o de una parte corporal (en este caso el seno).
"Igual no deja de ser un golpe no tener el cabello, las cejas, de tener las uñas más débiles", agregó.
Sobre las rutinas
La experta dijo que el acompañamiento que se hace -desde lo psicológico- busca que se reajuste el funcionamiento del rol dentro del hogar. Deben desprenderse un poco de su labor como amas de casa, hijas, compañeras de trabajo; pensar en ellas mismas y dedicarle tiempo a su recuperación.
"Ese entorno que cuidaban pasa a cuidarlas a ellas. Se tienen que adaptar a eso y -a muchas- les cuesta. La idea es darles unas pautas para seguir dentro de esa nueva normalidad".
Ramírez detalló que -las pacientes- viven momentos de ansiedad y depresión que son normales en su enfermedad, por lo que se busca integrar a quienes viven con ellas.
"Todos los duelos de las pacientes son diferentes, por lo que no hay un trabajo preestablecido. Atraviesan por el cambio de lo físico, por lo funcional, pierden la independencia. Y todo lo tienen que vivir rápidamente", lamentó.
Sobre las recaídas
"Es complicado para quien lo vive; también para sus allegados y el personal de la salud. Con las recaídas (metástasis), vuelven las ideas de minusvalía, ese tener que volver a empezar. Es como si hubiesen escalado una montaña muy alta y sentir que no alcanzaron la meta. Hay que trabajar en sus recursos emocionales para salir del proceso", dijo Daniela Ramírez Zárate.
Foto I Cortesía I LA PATRIA
Daniela Ramírez Zárate.
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