Vanessa Sánchez
LA PATRIA | Manizales
Cuando tiene una hemorragia nasal, ¿se ha preguntado qué hacer? Es común que las personas, en un acto inconsciente y extendido, la lleven hacia atrás sin saber que les puede producir un ahogamiento por sangre.
Estos y otros hábitos comunes entre las personas suelen ser heredados y, en algunos casos, son contraproducentes para la salud. En otros no sirven de nada.
LA PATRIA se basó en un informe de la agencia EFE para indagar con especialistas sobre el impacto de estas prácticas.
1. La cabeza hacia atrás
El reflejo natural cuando hay una hemorragia nasal es llevar la cabeza hacia atrás. Sin embargo, esta práctica es incorrecta, ya que puede tragar sangre, ahogarse o asfixiarse con ella. En este caso, la médica general Alejandra Guzmán recomienda presionar las fosas nasales con los dedos a modo de pinza e inclinar la cabeza hacia delante. Así, la sangre drena y se evita que llegue a las vías respiratorias.
“La aplicación de compresas frías o de hielo sobre el puente nasal ayudan. No tapone el interior de la nariz con gasa, papel o algodón”, explica y agrega que lo mejor es consultar al médico ante hemorragias frecuentes, porque puede ser indicio de un tumor en el tabique.
2. Abrigarse para sudar la fiebre
Es común que cuando los adultos y los niños tienen fiebre se abriguen para sudar y bajar la temperatura. Sin embargo, la médica Guzmán señala que no solo esto está mal, sino también bañarse con agua helada y untarse alcohol (esto puede ocasionar una intoxicación etílica, sobre todo en los niños). Lo recomendable es tomar un medicamento que disminuya la fiebre (antipirético), destaparse o tomar baños de agua tibia. Acuda a urgencias en caso de que el cuadro persista, pues podría tratarse de una infección u otra enfermedad que se manifiesta con fiebre.
3. Consumir fruta de postre
Las frutas aportan agua, vitaminas, minerales, fibra y diferentes compuestos beneficiosos para el organismo. Sin embargo, consumirla después del almuerzo puede ser perjudicial. La nutricionista Consuelo Pardo aclara que la fruta contiene un monosacárido denominado fructosa que, ingerido tras la comida, provoca un aumento rápido de los niveles de insulina en sangre y provoca que todo lo ingerido se convierta en grasa con facilidad. Además, en ocasiones produce gases. “Lo ideal es comer la fruta antes y elegirlas bajas en azúcar como piña, melón, uchuvas, ciruelas y uvas verdes”.
4. Saltarse el desayuno
La nutricionista Consuelo Pardo asegura que una dieta equilibrada requiere cinco comidas al día: desayuno, onces, almuerzo, merienda y cena. El primero aporta energía para afrontar las tareas de la mañana y evita comer demasiado durante el almuerzo y la comida, a raíz del hambre provocada por no desayunar. Esto es más importante en los niños, porque sin desayuno y sumado al sedentarismo se aumenta el riesgo de obesidad infantil.
5. Hacer la dieta de la vecina
A la hora de ponerse en régimen es preciso tener en cuenta factores como el sexo, la edad, las alergias e intolerancias alimentarias y enfermedades como la hipertensión o la diabetes. Estos aspectos condicionan el componente nutricional y calórico de la dieta. Por eso es fundamental no tener el mismo régimen de otras personas sin la evaluación previa de un médico o nutricionista: podría alterar, generar enfermedades y efecto rebote, con el que las personas bajan de peso, pero lo recuperan con facilidad al comer.
6. Tomar café recién levantado
¿Ha escuchado hablar del ciclo circadiano? Consiste en un reloj interno que aumenta los niveles de cortisol cuando usted se despierta. Si toma café en ese momento no tendrá efecto, pues esta hormona tiene la función de ponerlo en estado de alerta. Se recomienda consumirlo dos o tres horas después de levantarse, cuando el grado de cortisol haya disminuido.
7. Ver televisión para dormir
Prender el televisor o emplear otros dispositivos electrónicos con pantalla para dormirse afecta el tiempo y la calidad del descanso. Se debe a que la luz que emiten estos aparatos tiene una longitud de onda que dificulta la producción de la melatonina en el cerebro, hormona encargada de inducir y mantener el sueño.
8. Fumar para relajarse
La sensación de alivio y relajación que se experimenta con un cigarrillo se debe a que calma el síndrome de abstinencia. No obstante, fumar provoca ansiedad. Lo ideal, según la terapeuta respiratoria Alba Lucía Amador es abandonar el cigarrillo para siempre, porque este alivio temporal produce más dependencia. “Los estudios revelan que los efectos del cigarrillo van desde envejecimiento prematuro, cambios en la piel, manchas en los dientes, osteoporosis, impotencia sexual y daños más graves como efisemas pulmonares y bronquitis crónica”, advierte.
9. Cruzar las piernas
Este acto involuntario y mecánico casi en todas las mujeres afecta a la espalda, pues la obliga a cargar todo el peso en un solo lado del cuerpo haciendo que la columna se incline y se sobrecarguen los músculos de la cadera. La fisioterapeuta Valentina Aristizábal, de la U. Autónoma de Manizales, sostiene que la posición correcta es con los pies tocando el suelo y formando un ángulo de 90 grados entre las rodillas y la cadera.
“Pasar mucho tiempo en la misma postura provoca entumecimiento o calambres en los pies. Esto sucede porque se ejerce presión sobre el nervio peroneo, situado detrás de la rodilla. Asimismo se comprobó que este hábito aumenta la presión arterial”, indica.
10. Beber agua en exceso
Demasiada agua obliga a los riñones a eliminar más líquido, así como electrolitos necesarios para el organismo como el calcio, el potasio, el magnesio y el sodio. Alejandra Guzmán afirma que lo recomendable son dos litros y medio al día. Al hacerlo también tenga en cuenta que el líquido está presente en otros alimentos. Por ejemplo, las frutas, los jugos y las infusiones. Un trozo de carne a término medio contiene un 40% de agua.
11. Tomar analgésicos sin fórmula
Hay que ser cuidadosos con el consumo de analgésicos. No es recomendable tomarlos con frecuencia, porque pueden generar tolerancia y producir efectos renales o gástricos. Una investigación publicada en la revista Lancet y realizada por médicos de la U. de Oxford comprobó que quienes consumen analgésicos como el ibuprofeno y el diclofenaco tienen mayor riesgo de sufrir problemas cardíacos. El estudio tuvo en cuenta 353 mil historias clínicas.
12. Aplazar lo difícil para el final
Si está acostumbrado a dejar lo más difícil para el final, se equivoca. Comenzar por las tareas más complejas transmite un mensaje de confianza y de no evitar el reto, para afrontar el resto de tareas con una mayor seguridad (con esa sensación de que lo peor ya ha pasado). La psicóloga de la Universidad de Manizales Angélica Rueda indica que empezar por lo más complejo es una manera de retarse y obtener tranquilidad al final del día. Así evitará tener cuadros de estrés por represamiento laboral o académico.
13. Cepillarse los dientes después de comer
Si ingirió alimentos con alto contenido de ácido (frutas, zumos, vinos o café) lo aconsejable es esperar 20 minutos para lavarse los dientes. Hacerlo después de comer distribuye el ácido por toda la boca y genera caries. “Hay que dejar que la saliva neutralice el pH de lo consumido y darle tiempo para que efectúe su acción antiséptica. Mientras espera puede iniciar con la seda dental para ganar tiempo. Luego cepillar en forma horizontal y limpiar la lengua con un barrido hacia afuera”, indicó Valentina Alba, odontóloga de la clínica Tu Mejor Sonrisa.
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