ANDRÉS RODELO
LA PATRIA | MANIZALES
Ella aceptó integrar la lista de candidatos a la Cámara de Representantes de un partido de Caldas. La embargó la ilusión de llegar al Congreso, anhelo que se transformó en decepción tras inscribirse. Solicita la reserva de su nombre para explicarlo: "Ellos (los partidos) tienen a su candidato principal. Siento que me llamaron solo para llenar una lista y que en el fondo el apoyo era para él. Me insistieron para que me inscribiera en la Registraduría y luego quedé a la deriva".
Pasó de ser candidata a ser una toña, término que define a las mujeres que prestan sus nombres para que los grupos políticos cumplan con la cuota de género que establece la ley 1475 del 2011. El Capítulo 1 del Título III de esta normativa indica: "Las listas donde se elijan 5 o más curules para corporaciones de elección popular (…) deberán conformarse por mínimo un 30% de uno de los géneros".
Esto significa que, por ejemplo, una lista de un partido político a la Cámara de Representantes integrada por cinco aspirantes debe cumplir con una cuota mínima de dos mujeres o dos hombres, en caso de que los tres miembros restantes sean del género opuesto.
Desigualdad
Elisabeth Ungar, analista y exdirectora del sitio web Congreso Visible, afirma que también hay toños. "Lo que pasa es que es más visible el fenómeno de las mujeres, porque siguen siendo minoría en el Congreso".
Las cuotas de género se aplicaron para incrementar la presencia de mujeres en las listas. La Ley 1475 del 2011 establece en su artículo 1: "Los hombres, las mujeres y las demás opciones sexuales gozarán de igualdad real de derechos y oportunidades para participar en las actividades políticas".
Medida que surgió a raíz de cifras tan preocupantes como estas: de los 102 senadores electos en las legislativas del 2006, solo 12 eran mujeres, es decir, el 11,8% de la corporación. De los 166 representantes a la Cámara elegidos en el mismo periodo, solo 7 eran mujeres, lo que representa el 4,3%.
Relleno
Implementadas estas acciones, la situación mejoró: de 19 mujeres en el Congreso del 2006 se pasó a 52 en el 2014. Sin embargo, las cuotas tienen un efecto irónico: se prestan para trampas a la ley que perjudican a las mujeres. La culpa la tienen unos partidos que buscan candidatas para cumplir con la norma y, tras conformar las listas, concentran su estrategia en otros aspirantes que son sus verdaderas cartas al Congreso. Por consecuencia, la toña no hace campaña política, como en el caso citado al principio.
Difícil solución
¿Se podría sancionar esta práctica? Camilo Vallejo, gerente de la Corporación Cívica de Caldas, indica que no. "La cuota solo pide que haya mujeres. Si alguien se inscribe y no quiere hacer campaña es problema de esa persona, pues no está obligada. La única sanción posible es política y social, no judicial", señala.
Elisabeth Ungar comenta que reformar las cuotas no es el remedio. "Mejor que los partidos políticos den mayor estímulo a las mujeres para que participen en los procesos electorales. Que las capaciten y que se establezcan espacios para que desempeñen la política".
Lorena Delgado, coordinadora del programa de Ciencia Política de la U. Autónoma de Manizales, está de acuerdo: "Sí, capacitar a las mujeres, pero también a los hombres. La participación no puede ser impuesta por ellas, sino acordada por todos para que se valore que la política equitativa es necesaria".
Los partidos deben formar
Estas capacitaciones deben realizarse con los recursos que el Estado entrega a los partidos políticos. El Capítulo 1 del Título II de la Ley 1475 del 2011 indica que estos rubros deben destinarse, entre otras cosas, para la "inclusión efectiva de mujeres, jóvenes y minorías étnicas en el proceso político".
"Los partidos se gastan ese dinero en flores o en la celebración del Día de la Madre, cuando debería invertirse en fortalecer y empoderar a las mujeres", lamenta Luz Adriana Moreno Marmolejo, representante por Caldas a la Cámara del Partido de la U.
Fabián Hernández, coordinador de comunicaciones de la Misión de Observación Electoral (MOE), expresa sobre el tema: "Observamos que no hay manera ni información para corroborar que los partidos están destinando estos recursos para tal fin. No es lógico que les giren estos rubros y que a la vez utilicen a las mujeres como relleno en sus listas".
Empoderamiento y dinero
Moreno Marmolejo agrega que las interesadas no deben esperar que la ley y los partidos les brinden espacios. "Debemos empoderarnos y convencer a los grupos políticos de que hay mujeres capaces para integrar las listas, de tal manera que logremos una igualdad. Las mujeres tienen que trabajar, se tienen que hacer elegir".
Lo que implica que rechacen la invitación de completar una lista, según Camilo Vallejo: "Las que se prestan para cumplir con la cuota tienen que reflexionar. Mejor que reclamen esos espacios para otras que sí estén interesadas en hacer política", y agrega que en las presentes elecciones a la Cámara observa, a diferencia de años anteriores, que hay mujeres de Caldas que están haciendo campaña, lo que es positivo.
Moreno también sostiene que el dinero es otra limitante. "Hombres y mujeres no hacen el ejercicio político por el costo de la campaña. Los más opcionados de una lista son los que tienen más recursos. Sin dinero no se llega al Congreso, por más trabajo social que se haga. Hay muchos que desean llegar, pero se dan cuenta de que la logística, la papelería, el transporte, entre otros gastos, representan mucha plata".
Perspectivas
La participación femenina mejora, pero Colombia está lejos de tener un Congreso de 50% hombres y 50% mujeres, dice Beatriz Hoyos, coordinadora de la Red Nacional de Mujeres. "Mirando la tendencia nos tomaría 50 años alcanzar esos porcentajes. Sin embargo, hay que resaltar el nivel de congresistas como Claudia López, Angélica Lozano y Clara Rojas. El país las reconoce cuando antes eran solo hombres los que gozaban de este privilegio".
Renuncias en el Centro Democrático
Rafael Nieto, coordinador de la campaña al Congreso del Centro Democrático, se refirió a las renuncias de Beatriz Hoyos González y Luz Adriana Mejía Álvarez como candidatas del Partido a la Cámara por Caldas: "En ocasiones, la dinámica de la política consiste en que hombres y mujeres entienden que sus compañeros tienen más posibilidades. Por eso renuncian y deciden apoyarlos. Que sean mujeres es anecdótico, pues habrían podido ser hombres".
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