LA PATRIA | MANIZALES
Es casi imposible hablar con Germán Vargas Lleras sin que traiga a colación lo que hizo cuando fue ministro de Vivienda o vicepresidente de Colombia, encargado de infraestructura, vivienda y agua potable en el país.
Saca pecho por esto y por la construcción de su programa de gobierno para llegar a la Presidencia de la República, que ya va en 20 tomos, de 25 que tiene elaborados y que distribuye a donde llega, como el pasado viernes en Manizales.
A pesar de su labor en el área de las obras civiles, reconoce que el país tiene un rezago en la red de vías terciarias, que golpea fuerte al campo, y como las cifras las tiene claras, dice que el costo de intervenirlas supera los $200 billones.
"Esta responsabilidad es del orden municipal, pero somos conscientes de que muy pocos municipios cuentan con los recursos para intervenir su red terciaria. Reitero mi compromiso, en los siguientes cuatro años del próximo gobierno, cada municipio recibirá 20 kilómetros de placas huella".
Sin intermediación
- Como vicepresidente evitaba hablar de los temas de paz y se concentró en sus asuntos de infraestructura. Cuando renunció, salió haciendo duras críticas al proceso de paz, pero en los últimos días quiere aparecer como el gran defensor del proceso, ¿qué ha pasado?
Expresé críticas como vicepresidente, que luego reiteré. Jamás desconocí el logro de que las Farc se hubieran desmovilizado y celebré la entrega de las armas, pero tenía dos preocupaciones: la reincidencia de algún miembro de las Farc en la comisión de delitos y el alcance de la Jurisdicción Especial de Paz (JEP). Ambas inquietudes fueron zanjadas por la Corte Constitucional, que dejó claro que miembro de las Farc que reincida en sus delitos, perderá los beneficios, aún el de la no extradición, y precisó en sentencia que la JEP solo tiene jurisdicción para los miembros de las Farc incursos en delitos atroces o de lesa humanidad, que por extensión tendrán competencia sobre los miembros de la fuerza pública que quieran gozar de esos beneficios.
- La implementación de los acuerdos de paz tendrá desarrollo en el próximo periodo presidencial, ¿de llegar al cargo les haría cambios?
Aún me preocupa qué va a pasar con las disidencias de las Farc, creo que el mal ejemplo cunde. Toda la decisión y la determinación del Estado y la fuerza pública para combatirlas, no en vano esas disidencias hoy ocupan los territorios de mayor producción de coca o de tránsito de la misma, están dedicadas a la minería ilegal. Ese problema lo va a tener que enfrentar el próximo presidente.
- Pero de los acuerdos, ¿que le preocupa?
Este país tiene una enorme deuda con el sector rural. Pienso acometer el más ambicioso plan para intervenir la red terciaria, también las brechas en educación son muy grandes, las coberturas en salud son muy deficientes, al campo no ha llegado la Vivienda de Interés Social, tenemos a cuatro millones de colombianos sin un adecuado servicio de agua potable. Eso es una responsabilidad del Gobierno y la pienso enfrentar, pero no voy a permitir que los recursos y ese esfuerzo me los intermedien las Farc.
Ojos en el agro
- La crisis severa en los precios del café está haciendo que no remuneren siquiera los costos de producción, ¿cómo ve el sector cafetero?
Hay que establecer un mecanismo para que la productividad no sea tan dependiente de la caída o de la subida del precio del dólar. Lo que nos ha pasado con el sector agrícola en los últimos 50 años es calamitoso. En el año 70 Colombia no importaba ni un gramo de alimentos, hoy lo estamos haciendo en 15 millones de toneladas; el sector contribuía con el 76% del Producto Interno Bruto, y se ha reducido a un 6%; teníamos algo más de 5 millones de hectáreas, en 48 años no hemos avanzado sino a 7 millones. Proponemos acoger una política similar a la de países como Perú, que en cinco años ha logrado multiplicar por cuatro su producción agrícola, el enfoque es seguridad sobre la propiedad de la tierra.
- ¿Qué propone para el problema de tierras en el país?
La próxima semana llevarán al Congreso una nueva ley de tierras, qué desaconsejable. Usemos la Ley de Zidres (Zonas de Interés de Desarrollo Rural, Económico y Social), pero seguir debatiendo el alcance de lo que es la propiedad privada en Colombia ahuyenta la inversión nacional y extranjera para proyectos con alto potencial agroindustrial.
- ¿Cree que políticas cafeteras como el subsidio a la producción deben funcionar en coyunturas como la actual?
Son alivios, pero transitorios. Tenemos es que garantizar mayor estabilidad. No hay política agrícola que funcione sin reglas a mediano y largo plazo, ese fue el éxito de Perú, que fijó reglas a 30 años y atrajo la inversión, motivó a la gente a vincularse a la producción agrícola. Soy partidario de recuperar todos los instrumentos del Gobierno para intervenir, subsidiar y apoyar al campo colombiano.
- Se ha criticado que los tratados de libre comercio golpean demasiado al sector agropecuario, ¿continuará con los existentes?
En una versión nueva del documento de política y comercio exterior que presentaré este martes en Cali, digo que ha llegado el momento de hacer un alto en el camino porque de los actuales tratados, ocho son deficitarios o no los hemos sabido explorar. Si nos abren la posibilidad o las cláusulas de algunos nos permiten renegociar aspectos en los que nos hemos visto muy lesionados, bienvenida la apertura de esas instancias.
Nuevos apoyos políticos
- Congresistas del Partido de la U lo van a apoyar, algunos conservadores y de otros partidos, ¿ese será el soporte de su campaña?
Después de la elección de Congreso, la mayoría de candidatos gestiona apoyos de partidos que no tienen candidato. Celebré que el Partido de la U haya decidido acompañarme. Espero también avanzar en un acuerdo institucional en los próximos días con el Partido Conservador, y hay sectores del Partido Liberal que me han venido expresando sus simpatías. El cúmulo de propuestas en materia de políticas públicas, que le he presentado a Colombia, me obliga a tener gobernabilidad. Nada más conveniente para el próximo presidente que tener aseguradas mayorías absolutas.
- Analistas dicen que esos votos de la maquinaria son difíciles de trasladar a la preferencia presidencial.
La elección presidencial siempre es distinta a la del Congreso. No comprendo cómo candidatos, a estas alturas, señalan que van a hacer reformas como la eliminación de las cortes, la reducción del Congreso, y no dicen si lo van a hacer por vía ordinaria o a través de un referendo. Para tener gobernabilidad, la rama legislativa es la que permite que las iniciativas y programas se puedan materializar sin mayores dificultades.
- Propone acabar con las contralorías
El control fiscal en el país está costando un billón de pesos al año y las contralorías en municipios y departamentos no ejercen sus funciones por la forma en que son elegidos los contralores y por debilidad institucional y técnica.
- Emprenderá reformas
Hay que aplicar la ley de ordenamiento territorial que señaló la Constitución del 91. Urge reformar el Código de Régimen Departamental cuyas normas parecen disueltas, el Código de Régimen Municipal, el concepto de áreas metropolitanas necesita nuevo impulso, modificar las competencias y el número de corporaciones autónomas. Proyecto crear el Estatuto de Ciudades Capitales, porque el país cambió y la mayoría de capitales son más importantes que sus departamentos y no pueden seguir en condiciones de subsidiariedad en el manejo de asuntos públicos.
- Nada de copiloto dormido, como le dijo el candidato Iván Duque
Lo del copiloto me permite también comentar, qué copiloto. No hay vicepresidente que en tres años haya trabajado más que yo. Y hablando de aeronáutica, comentaría más bien qué difícil va a ser para un candidato estar siendo dirigido a control remoto, como el doctor Duque.
- De la propuesta de Duque de integrar en una sola corte las existentes
Es absurda, demuestra gran desconocimiento de lo que es el Estado y las ramas del poder público. Cómo pueden revolverse temas penales y contenciosos con una jurisdicción civil y comercial, o los de control constitucional en una misma corte. Propongo es una nueva jurisdicción comercial, que se diferencia de la jurisdicción ordinaria para los temas civiles. Este país necesita es más justicia, más descongestión, más acceso.
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