MARTHA LUCÍA GÓMEZ
LA PATRIA | MANIZALES
La felicidad que colombianos y extranjeros sintieron el 23 de junio del 2016, cuando el entonces presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, y Rodrigo Londoño alias Timochenko, jefe del secretariado de las Farc, se apretaron las manos como sello de la firma de un acuerdo para el cese al fuego y de hostilidades bilateral y definitivo y la dejación de armas, contrasta con la tristeza que se vive dos años y un mes y medio después.
Para el profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de La Sabana, Iván Garzón, decir que este acuerdo entre Gobierno y Farc fue histórico, es llover sobre mojado. "Es una paz bien firmada, pero mal implementada, ese es el gran talón de Aquiles. Santos parece haber firmado la paz y se olvidó de que lo que venía después era tan difícil como haberla firmado, y eso se evidencia en muchos aspectos".
En posconflicto violento
Garzón se refiere a que no ha sido exitosa la reincorporación de los guerrilleros; a que la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) ha tenido muchos problemas y muy poca legitimidad, porque hay un problema presupuestal del que hablan quienes conocen la materia; a que es la hora en que no se sabe qué va a pasar con la cúpula de las Farc, convertidas con la firma del Acuerdo en el Partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, si va a tener representación política.
"Son vacíos que amenazan con dar al traste la situación, pero creo que el principal defecto es que el Estado no ha hecho presencia en los territorios y se recrudeció la violencia en muchas regiones, que ahora están asoladas por varios actores. Creo que estamos ante un posconflicto violento, que es de los escenarios más negativos que se podían vaticinar", asegura.
Fallaron
Mauricio Uribe, jefe del Departamento de Gobierno y Ciencias Políticas de la Universidad EAFIT en Medellín y columnista de LA PATRIA, también se expresa en esa línea. "Fue un gran acierto haber buscado una solución política al conflicto armado con las Farc, con la guerrilla más grande de América Latina, la más vieja de la región; tal vez la mayor fractura de nuestra comunidad política, y había que resolverla políticamente. El expresidente Santos lo hizo muy bien, en el sentido de lograr un proceso de negociación política que culminó en un acuerdo razonable, pero él y su gobierno fallaron".
Explica que no solo era tomarse en serio el proceso de hacer la paz sino también el de construirla, en fortalecer la capacidad del Estado para gestionar los conflictos en las regiones. "Fallaron en la capacidad de prever los retos de la implementación. Falló en haber polarizado al país, en un discurso de amigos de la paz y amigos de la guerra, en lugar de haber aprovechado el proceso para convocar un gran debate y un acuerdo nacional. También faltó mucha capacidad comunicativa y pedagógica de su gobierno para minimizar o reducir esa polarización".
Lento
El director del Departamento de Historia en la Universidad de la Sabana, Hernán Olano, también piensa que los acuerdos son algo realmente importante, pero que fue un trámite demasiado dispendioso haberse gastado seis años, más los dos años previos en que el hermano del expresidente, Enrique Santos, trabajó en forma privada con las Farc para lograr ese acercamiento.
"Habiéndose aprobado el primer punto relativo a tierras, a los dos años de los trámites, ha debido implementarse de una vez y no esperarse hasta el final, porque hasta este momento estamos viendo que ha se iniciado el proceso de titulación de tierras y de reivindicación de baldíos, reclamación de derechos de los titulares que fueron despojados en su momento, entonces la implementación de la política de tierras ha debido tener mayor agilidad".
Para Olano, la JEP también es otro bache, en especial por la participación de extranjeros, la creación inicial de unas plazas de magistrados para abogados no graduados en Colombia con lo que se estaba facilitando una práctica ilegal en la profesión del Derecho. Considera que es un panorama complejo el que se vive, por falta de recursos para echar a andar todos los temas del acuerdo.
El profesor Garzón agrega que el gobierno Santos le insistió demasiado a lo simbólico y a lo normativo, pero se olvidó que en buena forma la política es ejecución, decisiones y preparación de contextos y escenarios. "Se quedaron en una visión muy moderna de la política y se olvidaron de que aquí hay unas dinámicas más bien posmodernas, que requerían más gestión y liderazgo. A estas alturas parece hasta cómico recordar que Rafael Pardo fue el viceministro del posconflicto, alguien que se sabe no tiene liderazgo alguno en esa materia".
* "Hay que ver cuáles pasos va a dar el nuevo Gobierno. Evidentemente tiene que normalizar la situación, poner orden y poner el Ejercito a la defensiva. Es un buen escenario político para un gobierno de derecha, mostrar qué tan capaces son de revertir una situación de relativo desorden. La derecha se precia de orden y autoridad", profesor Iván Garzón.
* "Habrá cambios drásticos en lo económico. Hay que tener en cuenta que por ejemplo en el punto tres, aspecto agrario, se necesitaban $19 billones prácticamente para arrancar, con una proyección a futuro. Por otro lado, las instituciones creadas: Comisión de la Verdad y la de Implementación, que tiene gente del Ejército vinculadas, y la misma JEP, tienen un impacto fiscal grande que no se ha considerado. Esto, de entrada, hará más impopular al nuevo Gobierno que al saliente, porque tendrá que comprometerse en buscar el dinero para cubrir muchos de estos puntos que todavía están volando en el acuerdo de paz", Hernán Olano, Director del Departamento de Historia en la Universidad de La Sabana.
* "La posición del Centro Democrático sobre el proceso de paz es motivo de preocupación para quienes creemos en la necesidad de implementar apropiadamente el acuerdo; sin embargo, nos debe tranquilizar que el corazón del proceso quedó consagrado en el acto legislativo, quedó incorporado como compromiso de Estado, y estoy seguro que así haya ajustes, todo lo que tiene que ver con completar el proceso de reincorporación de los excombatientes va a tener cabal cumplimiento. La disposición del presidente, Iván Duque, de dialogar, de hacer un gobierno sin sectarismos, ayudará a que el diálogo sobre la importancia de la reforma agraria se lleve a cabo", Mauricio Uribe, jefe del Departamento de Gobierno y Ciencias Políticas de la Universidad EAFIT en Medellín.
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