La desigualdad está entre los principales factores de la no participación democrática

La desigualdad y la pobreza fueron los factores más preocupantes que reseñó el Barómetro de las Américas, un estudio comparativo entre los países de la región, adelantado por la Universidad de los Andes junto a la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), que pretende medir los indicadores democráticos.

Uno de los principales hallazgos del estudio tiene que ver con que todavía hay diferencias, no sólo entre ricos y pobres, sino que las mujeres y, especialmente, los afrodescendientes tienen ingresos y niveles educativos inferiores al resto de la población.

El director del Observatorio de la Democracia de la Universidad de los Andes, Juan Carlos Rodríguez Raga, explicó que “es claro que una persona que alcanza un nivel de educación superior tiene un ingreso de más del doble que una persona que no logra llegar allí”.

El estudio revela que las personas de color de piel claro en Colombia tienen mayor posibilidad de acceder a la educación que las personas de tez negra, lo que se deriva en la consecuencia lógica de que con un grado mayor de estudio los ingresos serán mayores.

Frente a las mujeres, el estudio reitera que si bien tienen comparativamente un nivel de estudio igual al del hombre, ganan por lo menos 3 puntos menos en salarios comparados.

“Mientras que más de dos de cada tres hombres encuestados en Colombia dicen ganar más que su pareja, menos de una de cada diez mujeres afirman lo mismo”, reza el estudio.

La investigación preocupa en la medida en que el nivel de educación de los padres impacta directamente en los hijos en Colombia. Es decir, entre menos nivel de estudio tengan los padres, los hijos tendrán menos posibilidades de educarse.

“Vemos que si una persona tiene una madre que no logró ningún nivel de educación, el hijo a penas alcanza los 6 años de educación. Mientras que una persona cuya madre alcanzó la universidad goza de 14 años de educación. Lo que implica menores ingresos y una suerte de herencia de la pobreza”, asegura Raga.

El especialista señaló que no en todos los países de la región sucede los mismo. “En Argentina la relación entre ingresos y educación de la madre no tiene una relación significativa, lo que muestra es que se pueden hacer cosas y que el Estado se debe apropiar de esta situación para que este tipo de situaciones no se perpetúen”.

Estos aspectos vienen afectando notablemente la participación democrática directa, ya que Colombia se encuentra en la mitad de los países encuestados, aunque dista mucho del primer lugar y se acerca a los indicadores del último.

Mientras en Perú el 91,5 por ciento de las mujeres y el 89,7 por ciento de los hombres contestaron que participaron en las elecciones de su país; en Colombia el 65,4 por ciento de las mujeres y el 61,9 por ciento de los hombres lo hizo.

El racismo y la segregación sexual siguen siendo lo más preocupante, ya que en Colombia el 22 por ciento de los encuestados piensa que las personas de piel oscura es pobre por su cultura. “Es como si esas personas pensaran que quienes pertenecen a la raza negra deberían ser pobres porque sí”, resaltó Raga.

Para el investigador el caso de las mujeres es igual de preocupante, ya que “el 31 por ciento opinaron que estaban de acuerdo en que los hombres son mejores líderes políticos que las mujeres”.

Pese a que el indicador es bajo con respecto a Guyana, que tiene un primer lugar con el 53.3 por ciento de la población, Colombia sigue ocupando un puesto medio entre los 24 países.

CORRUPCIÓN

En cuanto a la percepción de corrupción en los países de las Américas, Colombia se destaca con el índice más alto con el 81,7 por ciento, lejos de países como Surinam o Canada que ocupan los últimos lugares.

Comparándolo con los años anteriores del estudio, nuestro país en el 2004 tenía una percepción del fenómeno de 73,1 por ciento, resultado que en el 2012 se elevó casi 10 puntos. Cuando se dio la noticia de los indicadores de corrupción el presidente de la República, Juan Manuel Santos, sostuvo que al perseguirse la corrupción, el nivel de percepción se eleva por la cantidad de escándalos que salen a la luz pública.

INSTITUCIONES

Las instituciones colombianas tienen cierto nivel de aceptación entre los pobladores según la encuesta. En Colombia las Fuerzas Armadas generan un 67 por ciento de confianza, mientras que los Partidos Políticos son la institución en que menos se confía con un 31 por ciento.

La Presidencia de la República de Colombia tiene un nivel de confianza del 58,8 por ciento, mientras que el Congreso maneja un 46,4 por ciento. Cabe anotar, que la institución presidencial, ha venido decreciendo en confianza desde el 2008.

Por último, los colombianos han mostrado siempre una favorabilidad a la solución negociada con la guerrilla. Este año, el estudio compara los resultados que se han obtenido desde el 2004. La variable se ha mantenido entre el 60 y el 57 por ciento de favorabilidad. Llama la atención que en el periodo 2005, 2009, época de la seguridad democrática, el indicador nunca bajó del 64 por ciento.

EL BARÓMETRO

Este estudio se realiza cada dos años, el del 2012, presentado en la noche del miércoles, se basa en la “cultura política de la democracia en Colombia y las Américas y el camino que resta para llegar a una igualdad de oportunidades”.

Según Mitchell Seligson, coordinador de la investigación a nivel transnacional, “queremos medir las actitudes, comportamientos y la gama de actividades democráticas en cualquier país sin limitarnos al voto, sino a la participación cívica y política de los ciudadanos”.

El investigador asegura que las encuestas se hacen cara a cara, con tiempo con personas de todos los estratos y regiones que habitan los países participantes, “trabajamos en todos los idiomas de las Américas. Esta ronda de estudios incluyó 26 países y más de 41 mil entrevistas, esto es importante porque permite comparar los resultados de los países de la región”.

Las personas interesadas en los resultados del Barómetro pueden consultarlo en las páginas web www.LapopSurveys.org y www.ObsDemocracia.org.