LA PATRIA | Manizales
-¿Cuáles su plan al recorrer el país proponiendo su nombre para la próxima contienda presidencial?
Empezamos en Santa Marta, fuimos hasta Pasto e Ipiales, y recoger firmas es un ejercicio de pedagogía, de aprendizaje, de oír, de humildad, de entender las realidades que tiene el país, departamento por departamento. A Colombia no hay que pensarlo más de Bogotá para abajo, sino de las regiones hacia adentro y hacia el mundo. Entonces, mirando las potencialidades que hay en Magdalena, Nariño, y por supuesto en Caldas.
-Usted ha sido un hombre público, pero no había estado en las lides políticas. ¿Cómo se siente en ese ambiente?
La acogida de las personas en todos lados es mayor cuando uno es una cara nueva y está recogiendo firmas. Hay una animosidad y una prevención frente a los partidos políticos y frente a la política. Parte de mi carta de presentación es que yo nunca he hecho política, nunca he pedido un voto, es la primera vez que entro en este procedimiento y eso hace que la gente diga que está muy bien que esté recogiendo firmas y que quieran hablar con uno, ambas cosas han servido. Hay muchas cosas por aprender, es un ejercicio espectacular, ojalá que por lo menos la gente que no quiera hacer política, los estudiantes de ingeniería, economía, derecho hagan la vuelta de ir y vivir un tiempo en las regiones y en el país, porque tenemos sobre todo la educación que damos en Bogotá, los funcionarios públicos están demasiado encerrados, demasiado lejos de lo que es el país y de la potencialidad que tenemos, entonces ha sido tremendamente pedagógico.
-Es la primera vez que llega alguien con su esposa y sus tres hijos en ese plan de campaña...
Esta es una pedagogía familiar, a mi esposa no le gusta la política, digámonos la verdad y tiene muchas prevenciones frente a esto, y mis hijos tienen tres posiciones distintas cada uno. Uno dice total apoyo papá, otro dice: cuando ganemos me llamas, y la menor me dice "por qué no hiciste esto hace diez años, antes de que yo naciera".
-Usted tiene ascendencia conservadora... pero realmente ¿cuál es la propuesta que lo hace diferente?
Tenemos una crisis política y de condiciones económicas muy profundas, cuando uno tiene dolor de muela va donde un odontólogo, cuando se tiene una crisis económica va donde un economista que tenga preparación en crisis. Yo, a través de los últimos 20, 30 años lo que he hecho es prepararme para manejar crisis, la de Ecopetrol, la de Planeación hace 20 años, y soy un economista que conoce el sector público y privado, y creo que lo que yo sé calza con lo que se necesita. Soy de una concepción de prudencia económica, de no dar saltos al vacío, me parece que algunas de las propuestas económicas que hay disponibles ahora son medidas a medio cocinar. La economía es muy frágil, parece una cosa sólida pero a la economía hay que cuidarla mucho, es una plantita que hay que regar todos los días y quererla, al país no podemos arriesgarlo en empresas temerarias como se está proponiendo ahora.
-Una propuesta económica seria es difícil que la gente la entienda. ¿Cómo hace para que el mensaje sea comprendido por los electores?
Hablamos mucho con la gente antes de empezar a salir en esta gira y el término "buena economía" salió de una madre de familia en Medellín, trabajadora. Decía que la buena economía le da a uno plata en el bolsillo, le da a uno cómo pagar el arriendo y los servicios públicos, la gente sí tiene un concepto de una buena economía en la cabeza y de la prudencia y de que las cosas hay que manejarlas con mucha seriedad. Hoy tenemos una crisis de empleo, de hambre en muchas ciudades en muchas regiones de la Costa Caribe, casi dos de cada tres familias están comiendo dos veces al día, muchas familias comiendo una vez al día, entonces la sensación de que la economía está débil, con desempleo, hambre, incertidumbre, esa sensación de que se necesita alguien que sepa de economía para salir de esto, después del covid un año y medio, está en la cabeza de la gente.
-¿Apropósito de esta "buena economía",cómo ve el proyecto de reforma tributaria que tendrá que discutir y aprobar el Congreso?
Es bueno porque es una reformulación profunda de lo que se planteó antes: no es sobre los hombros de la clase media sino sobre los hombros de los empresarios, segundo, no es de $32 billones sino de 10, 12 o $14 billones, que es razonable. No resuelve del todo el problema fiscal, pero yo no creo que la solución de fondo del problema fiscal sea a punta de reformas tributarias. Tendrían que matarnos a impuestos si pretendemos que es a punta de tributarias, hay que crear una nueva economía, la actual no da para los problemas que tenemos, hay que escalar esta economía en muchos municipios del país donde hoy no hay economía; en el sur de Bolívar, en muchos municipios de Caldas, en muchos municipios de todos los departamentos hay algunos, 3, 4, 5 muy prósperos y el resto no lo es, y allí hay agua, sol, tierra, hay genética, posibilidades de agroindustria. La nueva turbina de la economía colombiana, ahora que el petróleo y el carbón van a empezar a declinar paulatinamente, va a ser la agroindustria y los servicios. Volquémonos sobre las regiones, descentralicemos, dejemos de pensar el país desde Bogotá, vamos a exportar, a emplear gente y a resolver así el tema económico, en cada ciudad y cada departamento.
-Hemos sentido un deterioro de las condiciones de seguridad del país, es otro tema que se va a poner otra vez en la agenda de las campañas. ¿No lo cree usted?
Estuve en Buenaventura, en Cauca y en Pasto y yo sí creo que el orden público vuelve a estar muy alto en la agenda, de hecho cuando nos envían preguntas en un ejercicio que se llama "Usted es mi jefe, pregúnteme", me preguntaron eso: por qué usted sí sería alguien fuerte, decidido en orden público... entonces ese definitivamente es el tema, y hay que cambiar la estrategia que estamos teniendo contra el narcotráfico, no está sirviendo, tampoco la estrategia para el orden público, la Policía, mucha gente la quiere reformar, se necesitan más policías, eso es costoso pero es muy difícil pensar en 20 policías enfrentando mil o 2 mil personas, manifestantes. No se puso suficiente contingente para garantizar la paz, el orden de los que están protestando y de los que no están protestando. Tenemos una debilidad grande y hay que abordarla inmediatamente.
-Expertos coinciden en que la estrategia contra el narcotráfico es equivocada. Hace 25 años Jacques Chirac proponía comprar la hoja de coca, por ejemplo. ¿Cuál sería la estrategia que usted aplicaría?
Es impresionante este tema de hace 25 años. Hemos tenido un comportamiento pendular: Pablo Escobar dominaba, y derrotamos a Pablo Escobar y al Cartel de Cali; después las Farc y los paramilitares, los derrotamos en el cerco que teníamos sobre Bogotá y la Cordillera Oriental, pero estamos entre 8 y 12 mil millones de dólares de exportaciones de cocaína, es el triple a lo había cuando Pablo Escobar en volumen. ¿Qué quiere decir esto? Tenemos que cambiar la estrategia a fondo, primero concentrarnos en la mata de coca, lo dicen los expertos y yo lo creo. Sembrar una mata de coca vale un octavo de lo que vale erradicarla con glifosato o manualmente, entonces la ecuación económica es derrotada, o sea siempre se va a sembrar más de lo que el Estado logra erradicar. Segundo hay que concentrarse en las siguientes fases que es por el costo de los cristalizaderos y después el transporte y después toda la logística y el lavado de dineros y el contrabando, toda la cadena de valor. Hay que concentrarnos donde cada peso gastado por el Estado somos más fuertes. No poner más a los soldados contra los campesinos, eso por definición va a resultar mal. El campesino, todos lo sabemos, es el eslabón más débil de la cadena del narcotráfico, porque está obligado a hacerlo por razones económicas y por razones casi de la situación militar de cada región. Debemos pelear esta guerra en donde es más eficaz, no en contra del campesino, pero tenemos también que liderar a nivel internacional el que se pueda legalizar esto, obviamente no unilateralmente desde Colombia pero sí internacionalmente, la crisis de los opioides de Estados Unidos fue una crisis incluso más grave que la cocaína, pero los opioides son legales, entonces se puede hacer toda la batería de salud y jurídica del Estado frente a una cosa de este estilo, lo mismo se podría hacer frente a la cocaína si fuera legal.
-La visión del actual gobierno frente a Venezuela ha sido la de la confrontación, ¿usted seguiría con esa misma política?
Yo vi hace un mes y medio que el presidente Biden le dijo criminal al presidente Putin y dos semanas después se estaban reuniendo. El presidente Biden está peleando muy duro con China como lo hizo Trump, pero se reunían Xi Jinping y Trump y se reúnen Xi Jinping y Biden. Nosotros tenemos diferencias muy de fondo con Venezuela, económicas, filosóficas, de respeto a la democracia, a los derechos humanos, pero tenemos más de 2 millones de venezolanos en Colombia cuya solución es que Venezuela vuelva a producir, vuelva a crear empleo y probablemente muchos venezolanos querrán volver a su país. Tenemos más de 2 mil kilómetros de fronteras, una frontera completamente porosa que tenemos que resolver y abordar conjuntamente con el gobierno del otro lado, entonces uno tiene que respetar las decisiones económicas de visión que tienen ellos, así no las comparta, en absoluto las comparto…, pero sí tiene haber un diálogo con base en la diplomacia incluso con esas diferencias.
-En Colombia también hay inconformidad que se ha expresado en las marchas. ¿Cómo calmará usted los ánimos para que no se repita la violencia de mayo?
Esto no es un fenómeno colombiano, esto pasó en Chile, Ecuador, Francia, en Estados Unidos, donde la Casa Blanca estuvo cerrada dos meses largos, este es un fenómeno mundial, y llevamos casi año y medio encerrados en nuestras casas, la gente tiene un problema muy grande anímico, se nos viene un tema muy grande de padres de familia, de mujeres, de jóvenes, un problema de salud mental, la gente está desesperada, necesita soluciones, hay desempleo, enfermedad y muerte, entonces es razonable que haya un desfogue en las calles. Es más, lo que la gente pide son cosas muy concretas, cupos en el Sena, educación gratuita en la universidad... supremamente concretas, hace 30, 40 años era acabar con el sistema económico, con el capitalismo, ellos piden cosas que son razonables, entonces mi parecer es que hay que oírlos, pero separar al vándalo de quien protesta en forma pacífica. El vándalo nos agrede y está entonces dispuesto a que el Estado se defienda y le imponga el peso de la ley. A quien respeta la ley hay que escucharlo y lo que están diciendo creo que es muy válido.
-¿Después de toda esta convulsión social queda algo que sirva?
Yo diría que lo primero que ha quedado es que hay un límite y que la sociedad después de las siete semanas dijo: esto así no, basta, estas no nos las vuelven a hacer, parar el puerto de Buenaventura, parar el tráfico de bienes, encarecer la vida de los más pobres y de todo el país, dañar el empleo, dañar la infraestructura física, hacer que una persona tenga que caminar una hora para ir al trabajo, entonces también lo que aprendimos es, de esto no, esto así no sigue, esto es inadmisible para los trabajadores, para la clase media, para los empresarios, ustedes no pueden empobrecer al país, muchas empresas que se quebraron dijeron fueron peores las siete semanas de paro que el año y medio de covid, perdimos clientes, perdimos empresas de 100, 200, 300 empleados que es una contradicción. Los jóvenes quieren empleo y destruyen a los empleadores.
-Usted mencionó más Sena, educación gratis, subsidios. ¿Eso es sostenible en el tiempo, usted cree que una economía es capaz de ser sostenible con tanto regalo?
No, yo tampoco creo que la gente quiera vivir de regalos, la gente quiere empleo, quiere que con sus manos, su imaginación, su esfuerzo sacar su familia adelante, yo no creo que ni se pueda, ni se deba, este tema de si debe haber una renta básica, eso es imposible financieramente, pero filosóficamente me parece equivocado acostumbrar a la gente que otra gente pague por su vida. ¿Quién quiere vivir 20, 30 años y que alguien más se encargue de la vida de uno?, ¿ese es un ejemplo para los hijos? No, uno lo que quiere enseñar a sus hijos es a trabajar y ellos aprenden a trabajar viendo trabajar al papá, creo que el problema es trabajo, trabajo, trabajo, que para un economista es producción, producción, producción. Es produciendo como sacamos al país al otro lado y es como se les da trabajo a los padres de familia y a los jóvenes. Los jóvenes están pidiendo trabajo. Hay unas tendencias políticas para mi gusto equivocadas, que están queriendo decir: usted no trabaje, usted no haga nada, que a usted hay que mandarle plata todos los meses, eso es equivocado y me parece que eso no es lo que la gente quiere.
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