MIGUEL ORLANDO ALGUERO
LA PATRIA | MANIZALES
- "¿Cómo fue el llamado para ser jefe negociador?", preguntó Mario Hernán López, doctor en Paz, Conflictos y Democracia.
- El caldense Humberto de la Calle Lombana respondió: "El presidente Santos me llamó un mes antes de empezar los diálogos y me dijo que quería conversar conmigo. Me imaginé otra cosa, pensé que era una consulta de abogado. Era para ser el jefe negociador porque estaba a punto de salir el acuerdo inicial. Le expuse tres razones del porqué no podía, en especial una, que se refiere a la incautación de un computador en una confrontación del Ejército y las Farc, en la que había un plan para secuestrar o asesinar a tres personas, y una de ellas era yo. Al final conversé con Santos, se formó la comisión y resulté como jefe negociador".
Ese fue el inicio del conversatorio, en el Centro Cultural Universitario Rogelio Salmona, donde el jefe del equipo negociador del acuerdo de paz presentó ayer su libro Revelaciones al final de una guerra.
- El profesor de la U. de Caldas de nuevo preguntó, "¿cómo lo construyó?"
- De la Calle aseguró: "Lo escribí día a día durante el transcurso de los cinco años de las diálogos de paz en La Habana (Cuba). Este libro tiene un propósito testimonial, por eso es veraz, no es un dogmatismo, pero sí es lo que viví en función del acuerdo. Habrá más puntos de vistas, sin embargo, esta es la visión del jefe negociador".
Alrededor de 150 personas, entre estudiantes, profesores e invitados, escucharon anécdotas de cómo transcurrió el proceso.
Motivación
De la Calle señaló que el motivo para escribirlo fue dejar un registro histórico de las conversaciones de paz. "Llegar a Manizales me llena de alegría, sobre todo para hablar del libro, de lo que está pasando con el proceso de paz y lo que veo hacia el futuro con algo de preocupación".
Insistió en que el texto no tiene ningún ánimo propagandístico hacia el Gobierno Santos, ya que es un examen profundo y divertido de cómo era la vida de la mesa de conversación, de lo que ocurrió en los pasillos de La Habana y lo que condujo al acuerdo de paz.
Regreso a las armas
Respecto a la reincidencia de guerrilleros, puntualizó que el grueso de excombatientes sigue cumpliendo a la espera de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP). "Le reconozco al Gobierno nacional lo que está haciendo en materia de reincorporación porque tiene una nueva visión y confío que camine bien. Sin embargo, ese no es todo el acuerdo, también incluye la reforma rural integral, la inclusión política y una justicia transicional para todos los responsables".
Recalcó que si no se lleva a la JEP a todos los actores que hicieron parte del conflicto armado se deja una semilla de violencia
"Hago un llamado al Estado a proteger los acuerdos. El cumplimiento tiene que ser integral y no solo parcial frente a los guerrilleros rasos".
Expectativas
Sobre sus expectativas, señaló que los acuerdos sí están andando, pero que el Gobierno debe entender que mirar hacia el pasado no tiene sentido. "Hay que pasar la página y fortalecer los acuerdos de paz. También está el Eln, que es una organización distinta y compleja. Además, están las bandas criminales, frente a las cuales no hay ninguna posibilidad de negociar, si no a lo sumo el sometimiento a la justicia".
De la Calle explicó que hay un fenómeno que ha resurgido, el de la muerte de líderes sociales. Afirmó que ese debe ser el tema de discusión nacional. "Estamos recorriendo un camino de asesinatos selectivos, que es igual de privar a Colombia de un liderazgo alternativo, que le presta un servicio a la democracia".
Indagatoria
¿Qué opina de la indagatoria al expresidente Álvaro Uribe Vélez?, se le preguntó. El jefe del equipo negociador sostuvo que Colombia le parece una sociedad enferma porque casi todos los días hay ataques a la institución judicial, pero también hay quienes salen a defender a las cortes.
"Estas no deberían necesitar defensa, ni deberían estar sometidas al vaivén de la opinión pública. Esperemos con tranquilidad que la justicia decida. Tenemos que recoger algo de fe en la institución judicial, porque lo que estamos haciendo es destrozándola. Ya no se trata de discusiones personales, sino de algo que afecta la solidez y permanencia del Estado".
De la Calle respondió:
Revelaciones al final de una guerra es el título del libro, ¿por qué "una" guerra y no "la" guerra?
Hay quienes critican nuestro papel, pero estoy absolutamente consciente de que nosotros solo terminamos el conflicto con las Farc, con la organización guerrillera más grande y antigua del continente, pero hay otras fuentes de violencia vigentes como el Eln.
¿Cuál es la revelación más importante de su libro?
Hay consideraciones de tipo ético. Por ejemplo, sobre la primera crítica que recibimos porque, supuestamente, estábamos hablando con terroristas. La reflexión que hice para entenderla fue al revés, mas bien lo que hubiera sido inmoral era no aprovechar la oportunidad para dar por terminado el conflicto. También hay otras circunstancias como el rompimiento de los diálogos a partir de la discusión del narcotráfico.
¿Qué lectura tiene sobre Márquez y Santrich?
Lo de Márquez y Santrich es abominable, una verdadera traición. Ellos se salieron del acuerdo y ahí es donde tiene que responder el Estado con su justicia. Pero eso no indica que hemos fracasado, hay 10 mil excombatientes que siguen, además, el partido de la FARC criticó y condenó esos actos. Lo que le conviene a Colombia es cumplir el acuerdo. Me preocupa que el Gobierno todavía tengas acciones dirigidas a perturbarlo.
¿Cree que se deben reactivar los diálogos con el Eln?
Es difícil. Creo que el presidente Duque tuvo razón en romperlos después del atentado contra la Escuela General Santander. Pero me parece peligroso que eso quede ahí paralizado, no porque haya que plegarse al terrorismo, sino porque es una organización que puede hacer mucho daño. Pienso que algún elemento humanitario debería preservarse. También me opongo categóricamente a la actitud del Gobierno Duque de poner a Cuba contra la pared.
¿Por qué lo dice?
Este país viene desde hace muchos años ayudando al Gobierno nacional en la búsqueda de la paz. Lo que vi en La Habana fue el deseo real y profesional de Cuba para ayudar, ponerlo contra la pared es exigirle que rompa el protocolo de salida con los miembros del Eln. No es por defender a la guerrilla, simplemente qué país servirá de garante en el futuro si luego lo dejan pegado de la brocha, ese es un error monumental del Gobierno Duque en materia de política exterior.
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