LA PATRIA | MANIZALES
Actor de telenovelas como la Costeña y el Cachaco. También, víctima de una agresión del demonio. Así describe su vida el pacoreño Iván Gutiérrez Rodríguez, candidato al Senado por el Partido Somos.
Define su experiencia pasada como un conflicto con una fuerza satánica, que lo motivó a escribir su famoso libro ¿Por qué le pasan cosas malas a la gente buena?
"El diablo me tumbaba de la cama a las 3:00 de la mañana. Sentía como si me dieran puñaladas en el estómago, que luego se convirtieron en llagas". El actor y escritor señala que esta situación fue por una brujería de la que se libró gracias a un sacerdote exorcista.
Por los valores
Hoy dice ser un hombre sano, gracias a la obra y gracia de Dios. "No sufro estrés ni depresión hace siete años". Considera que los males del país podrían sanarse también si los colombianos recibieran a Dios. "La gente cree que la religión es mojigatería y fanatismo. Están equivocados, es valores y transparencia lo que este país necesita para acabar con la corrupción política".
Por eso desea llegar al Senado y apoyar una ley para que la cátedra de ética y valores se imparta en colegios, universidades y empresas. "Una propuesta que será una extensión de mi libro. He recibido muchos comentarios de personas de todas las clases sociales que me dicen que el texto les cambió la vida".
Gutiérrez cuenta una anécdota sobre un político encarcelado por corrupción en la Cárcel La Picota, de Bogotá. "Fui a dar unas conferencias. Me encontré con este sujeto, quien me dijo: lo que más me duele de estar aquí es recibir la visita de mi nieto y que me diga que lo molestan en la escuela. Sus compañeros le dicen que él es el nieto de un político ladrón".
Gutiérrez asegura que el germen de la corrupción está en la familia, pues los padres de muchos políticos corruptos no les dieron amor y orientación. "Es un proceso que arranca en los hogares. Hay que motivar a los padres, porque ellos son los primeros maestros de sus hijos".
Sobre el aborto
"Tuve dos abortos con dos exnovias. Lo cuento en mi libro. Pasó el tiempo y empecé a soñar con esos niños. Eran pesadillas que me generaron un trauma tenaz. Por eso me opongo a esta práctica. Si el niño presenta malformación o si la mujer fue violada, la persona tiene que entregarse a Dios, quien de un mal siempre saca un bien".
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