Finalizó la semana anterior en Seattle, Specialty Coffee Expo 2018, organizada por la SCA (Specialty Coffee Asociation resultado de la unión de EE.UU. con Europa). La cita anual convoca la industria del café especial; desde los orígenes, con su amplio portafolio de países, variedades y procesos, hasta lo más sofisticado de la industria en equipos, maquinaria para el procesamiento, transformación y preparación del café. En ella se identifican las tendencias y las necesidades del sector, quiénes son los líderes en innovación, quiénes marcan las agendas en producción, procesamiento, consumo y sostenibilidad. La programación tuvo más de 40 conferencias de expertos para todos los eslabones de la cadena. 
El café, como un negocio de cadena de valor, en el cual Colombia es un proveedor de materia prima para la industria, debemos entender y visualizar cuáles son los puntos clave en los que debemos focalizar nuestro esfuerzo. Siempre he sostenido que la generación de valor en café no está ligada necesariamente a procesarlo y venderlo empacado en bolsas o servido en la taza, es imposible llegar hasta consumidor final para la mayoría de los productores. En lo que sí podemos, y tenemos, que puntualizar la atención es en tres aspectos esenciales que dependen de nosotros: producción con calidad, sostenibilidad y comercialización diferenciada. 
La feria estuvo generosa en propuestas de calidad por variedades y procesos de transformación, café de Centroamérica, africano y, para sorpresa nuestra, chino, invitado de honor a la Expo. Estos países vienen trabajando fuertemente en ofertar a la industria lo que quiere: experiencias sensoriales y sabores nuevos. Esto implica un trabajo científico y tecnológico en cruces genéticos y procesos de fermentación controlada, modulados por microorganismos, ambientes climatizados y secados graduales con curvas de extracción de humedad. Recorriendo paneles de catación de diferentes países y empresas pudimos apreciar la avidez del mercado por aromas y sabores complejos que marquen diferencia con lo que ofrece el mercado. Para orgullo patrio, en una mesa de una de las empresas más importantes en alta calidad hubo cuatros cafés de Colombia, 2 de Huila y dos de Tolima, en las finales de los concursos de preparaciones también participaron cafés colombianos. 
Café de Colombia estuvo presente con su estand en el mejor sitio de la feria, se hicieron paneles de catación de café Castillo lavado principalmente de diferentes departamentos, buenos cafés aunque no conozco resultados comerciales. En tertulia entre productores y tostadores de cafés de alta calidad, tuvimos la percepción de que a pesar que tenemos buena reputación, no nos asocian con lo más alto en la pirámide de los Specialty. De hecho, muchos de ellos, se sorprendieron al encontrar entre los top de los paneles cafés de Colombia. 
Estos eventos son para aprender y sacar conclusiones. Lo primero, tenemos buenos cafés de procesos lavados, a los cuales les tenemos que trabajar porque es el café que tienen nuestros productores; si los capacitamos y les proveemos equipos y tecnología para mejorarlos podrían ascender en la escala de valor, siempre y cuando haya gestión comercial diferenciada para llegarle a clientes que los pagan bien. La filosofía de Federación con respecto a las variedades ha sido proveerle a los caficultores una genética de buena producción y resistente a la roya, lo cual es razonable, el problema es que en ese contexto hemos perdido competitividad, porque, contadas excepciones, no estamos innovando y la mayoría de nuestro café es commodity que se vende a precio de bolsa de Nueva York, y ahí, como sabemos, está muy complicado el asunto. En mi próximo artículo hablaremos de los retos que plantea una nueva agenda de competitividad para el café de Colombia y su sostenibilidad.