Rodrigo Alberto Peláez


Mientras persista la sobreoferta mundial de café no es probable que la situación de precio mejore hasta niveles que hagan de nuevo rentable la actividad. En el foro mundial de productores de Medellín en 2017, la situación general no era mucho mejor que ahora, a pesar que los precios de la época eran de 1,40 dólares por libra. El mensaje contradictorio del foro fue (como lo expresé en esta columna en su momento), que a pesar de la mala situación, todos los países tenían proyectos de expansión de la producción; con ese parte de tranquilidad regresaron los compradores a sus hogares. Y bien que lo hemos cumplido, estiman analistas que Brasil está llegando a 57 millones de sacos, Vietnam 29,5, Indonesia 10,4, nosotros 14, lo cual elevaría los excedentes entre 5 y 10 millones de sacos.
Se habla mucho en la prensa y publicaciones especializadas que es necesario disminuir la oferta, lo cual tiene mucho sentido, con 10% de reducción global habría déficit que impulsaría de nuevo los precios hacia arriba. El problema es que concertar un acuerdo internacional alrededor del tema, con las cláusulas económicas y acuerdos comerciales de hoy es inviable. Igual imposibilidad tiene la propuesta de sacar de bolsa nuestro café pretendiendo que nos paguen 40% más por el mismo commoditie. Desconocer el poder de la oferta y la demanda apostándole al modelo de siempre, no ofrece un panorama diferente. Y nosotros pensando en subir la producción entre 17 y 20 millones de sacos incursionando en robustas; además del café importado (y de contrabando) que abastece la industria nacional más el riesgo de reexportación como café de Colombia. Estas políticas solo hacen sostenible a la Federación, que es la única que recibe más dólares entre más café haya, independiente de si es rentable o no a los productores; no nos autorregulamos.
En el capitalismo salvaje sobreviven los que sean capaces de aguantar los enviones del mercado siendo competitivos, serlo, es producir volumen al menor precio posible, vender barato y dar utilidad, condición que hemos demostrado repetidamente que no somos capaces de cumplir; a pesar de eso, seguimos insistiendo en el mismo modelo. La otra posibilidad es ofertar café por el cual los clientes tengan percepción de valor, porque es de mejor calidad, diferente, exclusivo, trazable, y comercializado bajo un marco de transparencia que demuestre que las comunidades productoras realmente se benefician.
El país tendrá que encontrar alternativas para las fincas que no sean rentables, que no tengan la capacidad económica u oferta ambiental para producir café de alto valor. Habrá que buscar opciones; actividades productivas en zonas inviables con subsidios no es sostenible, falta ver si el gobierno será capaz de financiar el fondo de estabilización de precios anunciado esta semana para el cual ni el Estado ni el gremio tienen recursos. Lo único que regula la oferta es la salida de los que no aguanten económicamente; y en ese contexto, nuestro país y caficulturas similares, como algunos africanos y centroamericanos, son muy vulnerables; no se nos haga raro que en dos años disminuya nuestra producción en 2 o 3 millones de sacos (si se controla el contrabando, como aseguró el presidente), por imposibilidad de pagar el mantenimiento de los cultivos, renovar y fertilizar.
Por más que toquemos puertas y mendiguemos mejores precios, las multinacionales esperarán a que el mercado se autorregule, entonces pagarán más por el café sin problema porque su negocio les da para eso. Lo que hacen hoy, no es más que aprovechar la coyuntura para llenarse los bolsillos y asegurar materia prima barata para los próximos años con contratos de futuros. No hemos tenido capacidad de reacción para defender el tejido social cafetero colombiano.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015