En las últimas décadas del siglo pasado se hicieron famosas unas cuñas publicitarias que sonaban a mañana, tarde y noche en la radio y la televisión colombianas.
En la producción de estos mensajes publicitarios se lucían los creativos que sobresalían en las agencias más destacadas de Bogotá, Medellín, Cali, Manizales y Barranquilla.
En el mercado se disputaban los servicios de los grandes talentos de la publicidad, que eran unos verdaderos genios del atractivo medio en el que se pregonaba y se demostraba a los cuatro vientos que ‘anunciar es vender’.
Formaron parte del torrente publicitario, entre otros, estos mensajes que vendieron sus productos como pan caliente:
Carvajal hace las cosas bien…
Lo normal es Norma…
Mejor, mejora, Mejoral…
Camine, que son Pepalfa… 
Dos cuñas cerveceras­:
Sírvame un Águila, pero volando…
Siempre Pilsen va marcando el paso…
Dos cuñas para los trajes de pies a cabeza:
Valher, el vestido perfecto… 
Otra: Por fuera, mil detalles de elegancia, por dentro, mil puntadas de perfección… Es un vestido Valher, el vestido perfecto.
Everfit, qué salto ha dado el gamo…
Más pautas del pasado:
Cigarrillos Pielroja, su fama vuela de boca… 
Fósforos El Rey, nunca pierden la cabeza… 
Lotería de Manizales, un jueves mejorará su suerte… 
Café La Bastilla, bueno hasta la última gota…
Yo no pago, paga Kolcana…
Costeña y Costeñita, tan buena la grande como la chiquita…
Cervunión armó esta espumosa llave para dos de sus productos: Malta, en botella grande, y Maltica, en botella pequeña.
Tejidos Única: La fábrica que hace un poco menos, pero lo hace mucho mejor.
Calzado Triunfo Unión: El zapato con alas para descansar caminando.
La apostilla: En el siglo pasado, el sastre de oficio Antonio Correa Trujillo, mi tío, le cosió este acróstico a un traje de la marca “Everfit” que cayó en sus manos:
Este
Vestido  
Está 
Roto;
Fíjese
Y 
Téjalo”.