Martín Jaramillo L.

En épocas de orgullo nacional, de Rigoberto Urán, de Nairo y de Mariana Pajón, la unidad deportiva en Manizales se tendió de blanco el martes pasado al recibir competidores de 13 países. En el torneo “futuro” de tenis de campo, se encuentran los jugadores del más alto nivel en búsqueda de puntos para el ranking mundial.
Alojar este prestigioso torneo no solo nos permite crecer en cultura y motivación deportiva como sociedad, sino que también nos entrega el gran beneficio de las “Wild Cards”. Las wild cards son invitaciones de entrada directa al cuadro principal del torneo, sin pasar por la clasificación o la preclasificación.
Estas wild cards son el boleto de entrada, la oportunidad de éxito y de escalar para que uno de tantos jóvenes de 16-17 años manizaleños, que hace ya varios años dejaron el colegio, los amigos y su niñez para ser deportistas de alto rendimiento. Y si bien pierden en el intento, al menos les permite exponerse a la experiencia de talla mundial, el entrenamiento y el acceso a una comunidad de entrenadores, jugadores, caza-talentos y expertos en el deporte.
Estos jugadores jóvenes entrenan todos los días en las instalaciones de la liga, viajan constantemente a torneos por todo el país y han demostrado en incontables ocasiones en torneos locales, regionales y nacionales su nivel, sus ganas y su capacidad. La Federación Colombiana de Tenis muestra a más de 7 manizaleños con ranking en el top 100 del país, sin embargo ninguno de ellos recibió beneficio alguno de esto.
Entre los dos beneficiados se dejó ver el diputado y militante del Centro Democrático Nicolás Aguilar González, quien hoy está investigado por la Fiscalía por ejercer presiones ilegales a contratistas. Para la comunidad tenística de Caldas verlo ahí fue una novedad, una decepción, una vergüenza. Aguilar es un jugador que no tiene ni las muestras mínimas de nivel, ni los méritos deportivos, y con su edad acercándose a los 30; tampoco tiene proyección a mejorar y representar el país.
Entre los patrocinadores del torneo está la Secretaría del Deporte departamental; al parecer la gestión del extenista Nicolás Aguilar para este patrocinio tuvo frutos para sí mismo, pues logró tener de pareja de dobles al mejor jugador en la historia de Caldas, Alexánder Pérez, “El Gato”, y una entrada al cuadro principal sin ganar un solo partido, una sola bola en la cancha.
El controversial diputado Aguilar no solo se benefició deportivamente, quitándole la oportunidad a quienes llevan años esperándola, sino también económicamente, pues personalmente recibirá los 156 dólares de premio por llegar a la primera ronda, cerca de 500.000 pesos (sin ganar un solo punto gracias a la wild card), a pesar de perder 6-1 6-1. Este premio lo da la Federación Internacional de tenis en búsqueda de mejorar oportunidades para que los jugadores se puedan mantener en el tour mundial y se asegure un alto nivel de competencia. Esta vez fue la cuota del tenis de Manizales para recibir el mínimo apoyo del Estado.
El diputado salió en silbidos, haciendo quedar el país en vergüenza después de jugar su partido, no solo por su pésima actuación, sino porque jugó dobles con el mejor jugador en la historia de Caldas. ¿Hasta dónde habría llegado “El Gato” con un compañero de su nivel? Aguilar gozó de una pareja de dobles que nunca hubiera tenido si no fuera por su puesto y sus alcances corruptos. Para una oportunidad en el deporte, ¿tendremos que decirles a nuestros hijos que en vez de entrenar duro y jugar muchos torneos, deben volverse políticos? ¿A cuántos Nairos, Falcaos o Santago Giraldos les habremos negado su oportunidad por actos de corrupción?
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