Mario César Otálvaro

Mario César Otálvaro
@macotal
La ineficacia es una de las causas, pero hay muchas más en la debacle de Once Caldas que va para su sexta eliminación consecutiva, sin brillo, perdiendo todo el protagonismo nacional, y con un plantel deficiente, corto, que volvió a decepcionar.
Aún así es tan generosa la liga, que merced a la buena campaña del comienzo llegará el domingo a la fecha de cierre con posibilidad matemática de clasificar, SI derrota a Santa fe, y si Equidad pierde con Nacional, y Bucaramanga no le gana a Pereira.
Una realidad numérica que contrasta con el flaco desempeño durante las últimas once jornadas, en las que solo triunfó dos veces, sumando tres partidos consecutivos sin marcar, con unas cifras de efectividad paupérrimas, y una defensa venida a menos.
La pregunta entonces es cómo superar a los cardenales –urgidos también de la victoria– con un equipo que no lastima, ni produce lástima, y que por el contrario da vergüenza con sus
seis puntos de 27 frente a los 19 que hizo de 30 en el auspicioso despertar del torneo.
Es decir, el rendimiento es del 22% en ese lapso, o sea 2.2 sobre una calificación de 10; ningún estudiante pasa una materia así, 1.1 sobre 5 ¡Por Dios! eso no tiene razón de ser ¿a
qué se juega? ¿Dónde está el DT? ¿Qué nivel de compromiso tienen los jugadores?
Tristeza absoluta, ni los que estaban ni los que llegaron, a pique se fueron las ilusiones, se está –como lo manifesté en la columna anterior– repitiendo la historia, y el Once Caldas
divaga entre su impotencia, y un trabajo directivo y de producción mal desarrollados.
Duro encontrarle explicación al ´bajonazo´ que progresó sin nadie quien lo atajara, sin revisión del proyecto, en una muestra de indolencia, conformismo o incapacidad, que son las mismas evidenciadas a través de la historia reciente del club.
Nadie se salva, del presidente para abajo por sus pésimas decisiones, el técnico porque su discurso es ajeno a lo que se practica y se quedó impávido viendo rodar su equipo por la pendiente, y los jugadores por falta de talla, categoría y espíritu competitivo.
Fútbol insaboro, inexpresivo, como animal que agrede solo cuando está herido, que fue lo que se vio contra Cali y Alianza Petrolera, rivales a los que redujo y dominó al momento de estar abajo en el marcador, sin hacerles daño por carecer de armas.
Está Once Caldas en una etapa en la que apuesta a la diosa fortuna, no a la labor planificada, ni a la disposición de equipo serio, porque –y aunque parezca acomodado– muchos de los guarismos positivos de la temporada contaron con el ingrediente de la suerte.
Cuando esta falló, despareció la magia, y lo que pintaba como una gran idea terminó en cimientos, y si fuera cuestión de un semestre, o de un año, vaya y venga, es la consecuencia larga de los desaciertos en la escogencia de los refuerzos y la ordenación de la nómina.
Cada vez, todo más enredado. Por Copa ante Nacional casi imposible remontar el 0-3 del Atanasio por la clase del opositor y la nula claridad de Once Caldas para anotar. El domingo por liga, a rezar, cruzar los dedos, y que no sea un nuevo chasco, de los tantos ya protagonizados.
P.D.: Trino de Alfredo Gómez Arboleda: ‘De los clasificados solo perdimos con Millonarios. Cedimos el cupo a semifinales con los de mitad de tabla hacia abajo, reviviendo en su momento a América, Bucaramanga, Jaguares y Alianza’. Falta de jerarquía, concluyo yo.
Hasta la próxima...
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015