Mario César Otálvaro
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Mario César Otálvaro
@macotal
En una sola noche, Once Caldas perdió el juego, la tercera posición, el invicto de siete fechas, el cupo entre los clubes con opción de torneo internacional el próximo año, y por primera vez no marcó, se fue en blanco, y destapó las sospechas sobre la validez de su contenido.
Ocurrió frente al Pasto de Flavio Torres, repitiendo la historia como equipo de medios tiempos –deslucidos 45 iniciales, e insuficiente reacción en el complemento– sin cuajar en la liga un partido completo, con huecos que venía tapando con las cifras de la campaña.
Se reafirmaron los temores, la base no es firme, el proyecto está amarrado a los resultados, y una vez faltaron, afloraron dudas respecto al trabajo, la nómina y la propuesta. El colectivo sin estructura carece de ideas, y el fútbol de Once Caldas luce a cuenta gotas.
La eficacia y la suerte fueron aliadas al comienzo, lo que se creaba entraba, sin hacer mucho se ganaba, pero en el aire quedaba la sensación de orfandad, esa misma que llamaría a la reflexión frente a una mala presentación y una derrota, como sucedió el lunes.
El propio técnico Corredor indicó recientemente: "las formas pasan a un segundo plano, estamos ganando, y queremos asegurar rápido la clasificación", consciente quizá de que, con los días elevará el rendimiento, y en clara alusión a que quiere evitar lo del semestre pasado.
Valido, siempre y cuando vaya creciendo, que es lo que preocupa, pues lleva casi un año en la institución, y aun no se descifran sus conceptos primarios de posesión, presión, búsqueda del marcador, e intensidad, que esbozó como principios.
Por fortuna –va en su beneficio– no es mala la cosecha, con los 13 puntos actuales se puede pelear, perder es normal, y esa caída debe alertarlo para entender que el triunfo es el corolario de una buena gestión, que las maneras valen, y que el guarismo en ocasiones es un accidente.
Es el momento del técnico Corredor, los números lo respaldan, la plantilla sin ser la mejor puede ser suficiente para intentar los cuadrangulares, y a otros con menos se les ve más, así que debe pasar del discurso a los hechos, y afianzar el grupo y su funcionamiento.
Once Caldas está cuarto, amenazada su posición, pero en zona de combate, sirve al contrario este revés para poner los pies sobre la tierra, comprender que la estructura hay que fijarla, ejecutar adecuamente el plantel, y acertar en las decisiones.
Después de la guerra, todos somos Generales. Contra Pasto era tan sencillo como poner a Marlon de lateral, sostener a Rodríguez en la titular, y ubicar como atacante por izquierda a Méndez. Corredor modificó distinto, y no le funcionó, el castigo a Juan David por protestar airado su cambio en el duelo contra Patriotas, pasó factura.
Juéguesela con los "pelaos" si es necesario, ya Valdés tuvo oportunidades, los atacantes es mejor que inquieten por lo que hacen no por lo que impiden; Ortiz debe volver al arco; si Gallardo llegó como extremo por izquierda ¿por qué por derecha? y fabrique un 10, que así no le guste, hace falta, y búsquelo en Barbaro, o en Méndez, los de mejor pie.
Son fórmulas que merecen ensayarse porque la tabla y los puntos no asisten como excusa, requiriendo atrevimiento y arrojo, motivando el grupo, con determinaciones que hagan ruido porque al final solo la clasificación lo salvará, y jugando así está más cerca de refrendar la historia de la liga I, que de seguir recibiendo aplausos.
Hasta la próxima...
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