Mario César Otálvaro

@macotal

En la calle se dice que la inoportuna prolongación del contrato al técnico Corredor es una de las causales del bajón del equipo, y se toma como espejo a Bodhert, con quien pasó igual, y a los tres años nadie quería saber de él, y casi que no lo sacan.

Paradójico sería un hecho de tal naturaleza, pero la coincidencia es total, y valdría la pena averiguar el por qué, después de esa supercampaña del comienzo, Once Caldas está cerca de la eliminación en Liga, con juego discreto, y un balance ofensivo paupérrimo.

Las calenturas de Tulio Castrillón lo llevan a tomar esas decisiones; se emociona fácil, goza con poco, y no ha entendido que en el fútbol se valoran las campañas, no los partidos, craso error, como otros en su condición de presidente, que se pagan con creces.

Corredor quizá se lo merezca, y sin duda es una opción válida en el banco por preparación, conocimientos y juventud, pero se requieren jugadores, no los tiene, y así no lo acepte, se quedó corto en la estructuración del plantel, y se conformó fácil.

Por eso la precipitosa caída de Once Caldas lo toca, entre otras porque faltando dos partidos apenas ahora encontró una alineación base, rotó demasiado, y particularmente, pese a que se sabía de la deficiencia, sigue sin plantear fórmulas de solución en cuanto al gol.

Es un equipo improductivo, que insiste en lo mismo, con los mismos, sin un armador, porque ahora muchos quieren ser como Guardiola que juega sin esas unidades, como si no entendieran las diferencias nominales, de velocidad, de intensidad, y de ritmo.

En el torneo nuestro se transporta, se elabora más, y solo cito los líderes para entender la importancia de esa pieza, Tolima tiene a Raziel, Orozco y Cataño, Nacional a Andrade, Gio, Guzmán, Mantilla y hasta Dorlan, y Millonarios a Ruiz y Silva.

Y lo peor, el desperdicio –ya tratado en esta columna– despilfarro o derroche, llámenlo como quieran, y que es absurdo luego de semejantes números al inicio de temporada, con el oso de la descalificación encima porque depende de vencer a Alianza y a Santa Fe.

Sin plazos urge los seis puntos, no hay margen de resbalón, un empate y un triunfo lo dejarían en 29, y probablemente no alcancen, aparte de que en copa Betplay tendrá que remontar ese 3-0 con Nacional, que también lo tiene al borde del nocaut.

En suma, es cuestión de días, y Corredor y sus muchachos hacen la heroica en ambas competencias, o se quedan por fuera, y el fracaso será monumental, y para el entrenador un mazazo, no solo porque se opacó, sino porque el proyecto se le escurrió entre las manos.

Tras la goleada 3-0 a Pasto por la octava fecha han transcurrido 11 jornadas de liga, y el reporte es de dos victorias, 0-1 al Pereira allá con gol de penalti de Pérez y 1-0 a Tuluá acá con autogol de un defensor, cuatro empates, y 5 derrotas.

Es real, pésimo lo reciente, y la posición actual es consecuencia de ello, no de las que botaron, tapó el arquero, o pegaron en el palo frente al Cali; el desplome es absoluto, el D.T. se pasmó, y la génesis está en la falta de ambición al momento de contratar.

P.D.: Cuando se habló de Cruz Real para Once Caldas, muchos pusimos el grito en el cielo; hoy tiene volando a Junior, líder en suramericana, y en su palmarés un título con América. Obvio que no se pueden comparar las plantillas, ni tampoco pedir peras al olmo.

Hasta la próxima...