Mario César Otálvaro


Paola es una mujer de 44 años, lleva 36 viviendo en Buenos Aires, nació en Manizales, no conoce la ciudad porque se la llevaron muy pequeña, y nunca volvió.
Se siente colombiana, tanto que rechazó la carta de nacionalización del país donde se formó, y asegura que algún día cumplirá su sueño de recorrer las calles de la capital caldense.
“Jamás tomé la ciudadanía argentina teniendo mi corazón, mi alma y mi familia acá, porque soy colombiana, soy cafetera”, manifiesta con orgullo.
Tiene recuerdos de Medellín, Bogotá, Cúcuta e Ibagué, en donde transcurrió parte de su infancia, pero no de su terruño: “veo a Manizales en fotos que me hacen llegar personas de allá que se comunican conmigo, y me parece hermosa; quiero ir”.
Paola es la hija mayor de Oswaldo Palavecino, delantero que hizo su carrera en Colombia luego de actuar para Racing, Vélez, Nueva Chicago y Argentinos, sin notoriedad.
Llegó en 1975 por recomendación de los hermanos Cativiela, paisanos suyos que salieron campeones con deportes Caldas en el 50, y estuvo una década completa.
Integra el libro de oro del fútbol colombiano como cuarto goleador con 204 tantos, lista que comandan Galván Rey (224), Iván Valenciano (217), y Hugo Horacio Lóndero (211).
En la temporada del 76 formó una brillante escuadra con Nelson Gallego y Antonio Ríos en la trilogía de ataque, los volantes Néstor Meija y Sergio Cierra, y atrás Pacho García, Abel Álvarez, Farid Perchi, J.J. Restrepo, López Quiceno, y el arquero Mina Camacho.
Quienes conocemos el pasado del Club, y lo vivimos, sabemos que es uno de los mejores Once Caldas de la historia, sumado al hecho de que por primera vez clasificó al hexagonal final, lo que produjo euforia colectiva con celebración hasta el amanecer.
Gritó 57 goles luciendo la camiseta blanca del Cristal Caldas -nombre comercial de la época- 25 el primer año y 32 en el segundo, perdiendo por una conquista el botín de oro que logró Miguel Ángel Converti con 33.
Implacable frente a la red, sobresalió como estupendo cabeceador. Del 77 al 79 pasó a Nacional por pedido de Oswaldo Zubeldía, anotando 84 goles y coronándose dos veces máximo artillero del campeonato profesional.
Cambió de acera, y en el 80 se puso la roja del Medellín. En Bogotá jugó para Santa fe (81 y 84) y Millonarios (82), yendo a Cúcuta en el 83, colgando los botines en el Tolima 85.
Sobre el inexorable paso del tiempo, a sus 70 años, Palavecino sigue siendo un personaje querido, de grata memoria, conservando su imagen en el pedestal donde están los ídolos de esta plaza futbolera que ha visto ganar en tantas ocasiones a su equipo.
Invitado por el programa Siempre Fútbol a través de Radio Cóndor La Patria Radio, mostró en cada frase su agradecimiento eterno por Manizales y Colombia -a la que considera su segunda patria- y al igual que Paola, espera ansioso el día del regreso.
P.D. Para la eliminatoria del mundial España-82, Oswaldo Palavecino, Juan Carlos Delménico y Alberto de Jesús Benítez -nacionalizados- fueron citados por el técnico de entonces, Carlos Salvador Bilardo, ante la oposición de los jugadores colombianos en cabeza de Willington Ortiz que solo aceptaban uno, y como el ‘narigón’ los quería a los tres se impuso el sindicato, quedándose ‘Pala’ sin la ilusión de la selección.
Hasta la próxima…
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