Mirando la tabla de posiciones, los ocho clasificados parciales son históricamente grandes, campeones de Liga, y según los antecedentes es lo mejor para el Once Caldas.
Porque, sin duda, los rivales ideales son aquellos que no se encierran, que brindan espacios cuando atacan, y que proponen.
Acaba de suceder frente al Cali en una noche redonda, pocas veces vista en los últimos tiempos, y en la que todo salió a pedir de boca.
Exultante nivel de juego, aprovechamiento de las opciones, acierto en las decisiones desde el banco, y autoridad ante un digno contendor que terminó arrollado por un Once Caldas lleno de inspiración, gracia y contundencia.
Superior inclusive a lo que se hizo contra Millonarios, o Cúcuta -a pesar de que se perdió- o con Medellín en el Atanasio, quizá lo más sobresaliente de temporada.
Compacto, cohesionado, cuando tuvo la pelota puso a correr al contrario, utilizando las bandas por donde llegaron 3 de los 4 goles, impasable atrás, con Harlin y Guzmán líderes en el doble 5, Nieto sin lucir, útil cada vez que participó, y Ménder, inmenso.
Y los demás aportando, Darío Rodríguez corriendo por el extremo, taponando, cortando las flechas que el Cali tenía por ese sector, y desdoblándose.
En dos palabras, trabajo solidario, en una presentación extraordinaria, ampliamente comentada, que bien merecía estas líneas.
Entre otras porque ese duelo se desarrolló en un escenario diferente, con el Once Caldas arriba en el tanteador desde temprano -minuto 13- que no ha sido lo habitual.
Vuelvo al principio, con relación a los contendientes que tendrá el conjunto de Bodhert en una hipotética y deseada clasificación a los cuadrangulares.
No serán los incómodos, obsesivos en marca y renegadores del espectáculo que han pasado por acá; serán cuadros con obligaciones, y eso plantea observaciones favorables.
Es que, exceptuando el duelo contra La Equidad que resultó un bodrio, los últimos disputados por Once Caldas evidencian alza notable en el contenido y respeto por la idea de juego.
Esa misma que en tantas ocasiones se valoró como esencia dentro del planteamiento del técnico Bodhert en la exitosa campaña del semestre pasado.
No creo que los 4 marcados al Cali signifiquen que los problemas de gol se hayan resuelto, pero dejan entrever que se puede, y sobretodo, alimentan la motivación y la confianza.
La rabia con la que Ménder le pegó al balón que mandó al fondo de la red, generó un soplido del hincha blanco en cualquier rincón del planeta, porque lo quería ver marcando.
Y atención con Ménder, sus dotes no se encuentran fácil en un delantero que apenas despunta, fuerza, potencia, regate, velocidad y remate. Es una joya para pulir.
Destacando el hecho de que Once Caldas tiene una veta, si consideramos que Luis Sinisterra, Óscar Estupiñán, David Lemos, no sé si quepa Heriberto Izquierdo, y ahora Ménder, proceden de sus divisiones menores.
Algo bueno se está haciendo, el ojo de los veedores, o el proceso en las bases, pues Guzmán, volante fino, de buenos movimientos, cabeza arriba e inicio de juego, también tuvo su tránsito por esos lugares.
Cualquiera diría que estos comentarios los provoca la euforia del gran partido entre semana, y puede ser, pero el fondo señala que aunque tardó en aparecer el equipo ideal, es interesante, y los rivales que se avecinan son menos complicados para el fútbol del Once Caldas.
Hasta la próxima…
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015