Mario César Otálvaro

@macotal

Grandes, tanto Medellín como Junior, y ambos cayeron en Palogrande ante un Once Caldas sin complejos, anímicamente recuperado, que evidencia madurez en asuntos tácticos, y con aciertos en la toma de decisiones.

Valores todos que reflejan cambio, notándose en actitud, oficio, fortaleza mental e intensidad, aspectos que fallaron en las temporadas recientes, y que ahora permiten encarar los partidos con mayor convicción.

Son nueve fechas sin perder, contabilizadas cuatro del semestre pasado, para un rendimiento arriba del 73% este año, enmarcado en 11 puntos de 15, con un partido pendiente - frente al Pereira- siendo el único invicto de la Liga.

Total, los números gobiernan el mundo, sostienen los proyectos y los tornan viables, y el de Once Caldas induce confianza - y simpatía - porque es producto de lo que se está inculcando, y la respuesta que brindan los jugadores.

Se perderá, porque es la dinámica del juego, pero se está montando un equipo confiable, con peso en algunas unidades, y alcanzando de momento un nivel superlativo al suplir los avatares de una base sin superestrellas, con aplicación y laboriosidad.

Duelo parejo contra Junior, que pintaba para el cero, ganado con méritos por la forma como se llevó, y porque se terminó liquidando en el terreno propuesto, la pelota quieta, tal como lo manifestó el técnico tras revisión de las debilidades del contrario.

Contra Águilas, en el empate 1-1, Once Caldas marcó con Danovi Quiñones a cobro de esquina de Piedrahíta, y esta vez se repitió la fórmula con Brayan Córdoba como rematador. Según estadísticas, un alto porcentaje de triunfos en el fútbol de hoy se logran por esa vía. Además fue sobre un Junior de gratas sensaciones, acordes al poderío de una plantilla que no encuentra el rumbo fuera de su patio, y con dificultades para convertir, pero llamado a ser protagonista este semestre –y ojo en lo internacional– con semejante banda.

También en posesión de balón ellos estuvieron por encima, lo que agranda lo conseguido con un grupo que potencia jóvenes como Danovi y Nelson Quiñones, Jorge Cardona, Brayan Córdoba y Robert Mejía, y al que todavía –exceptuando Piedrahíta– le falta por ver en alta dimensión a sus refuerzos Del Valle, Barbaro, Valdés, Torijano, y hasta Rodríguez.

Le está alcanzando al Once Caldas para sumar, que es lo primordial porque automáticamente se aleja del descenso y pelea puestos de honor, y para probar, al punto de que Corredor sigue dándose el lujo de utilizar nóminas distintas en cada encuentro.

Son las rachas positivas, que se deben aprovechar, más cuando nacen del orden, la disciplina y el trabajo, que parece ser la consigna actual, sin dejar de vista lo apretado de un torneo en el que persisten las distancias entre los ricos que invierten, y los de chequera apretada.

P.D.: Estupendo comienzo de temporada para el deporte local. Diana Carolina Peñuela, campeona nacional de ruta; Yeison Rincón, segundo puesto en masculino, Once Caldas sub-20, rey de la categoría en competencias Dimayor, y Once Caldas tercero, cumplidas seis jornadas. Para celebrar, en tiempos difíciles.

Hasta la próxima...