El presidente Gustavo Petro presentó ante el Congreso de la República la propuesta de una nueva reforma tributaria, con la que el gobierno nacional espera captar 25 billones en el 2023 y un recaudo paulatino de 50 billones hasta el año 2033, estos recursos esperan ser invertidos en la financiación de programas sociales y en buscar saldar el déficit fiscal que afronta el país.
El Ministerio de Hacienda dependencia encargada de la construcción y puesta en marcha de esta estrategia, ha señalado que la intencionalidad de la reforma es generar “igualdad y justicia social”, buscando reducir las brechas existentes en las poblaciones. Si bien, la reforma tributaria es un aspecto de tipo económico y su aprobación será realizada en el plano nacional; todos los ciudadanos, independientemente de la región que habitemos y los ingresos que percibamos, nos veremos impactados por esta nueva normativa, siendo necesario analizar, discutir y evaluar los efectos que tendrá en los hogares colombianos.
El departamento de Caldas no es ajeno a los efectos que generará la reforma tributaria, debido a que esta construye nuevos escenarios para el gobierno, las instituciones, las empresas y las personas residentes en este territorio, por ello, este asunto debe considerarse un aspecto de interés regional. Esperando que los congresistas caldenses debatan y aporten en el establecimiento de lineamientos para aprovechar los beneficios que crea y construir estrategias para mitigar las desventajas que conllevará. Esto es lo bueno, lo malo y lo feo que traerá la reforma tributaria para Caldas.
Lo bueno: Los recursos captados esperamos sean destinados a necesidades apremiantes de los caldenses como son las vías rurales, mejoramiento de los hospitales, transporte escolar, mayor mesada para los adultos mayores, fortalecimiento de la cultura y el deporte, entre otros. Para ello, la Gobernación de Caldas y las Alcaldías deberán estar preparadas para la presentación de proyectos conforme a los requerimientos del Gobierno Nacional, esperando que, con el ingreso de estos recursos se pueda mejorar las condiciones de vida de los caldenses a través del cierre de brechas sociales y económicas.
Lo malo: La reforma impacta a los trabajadores debido a que ya no se podrá deducir los aportes realizados a la salud y educación de esta importante población, debido al incremento de impuestos a las empresas, esto causaría la desaceleración económica, además de desincentivar a los emprendedores que verían la reducción de oportunidades para la creación de nuevas empresas, yendo en contravía de los procesos que han venido estableciéndose para la incorporación productiva de jóvenes y pobladores de pequeñas localidades. Además, de afectar fuertemente el sector turismo, uno de los renglones más importantes de la economía caldense, al eliminar la exención del pago del iva y tarifa especial de renta a los servicios ecoturísticos y hoteleros, incrementándose por lo menos en un 19%, de acuerdo al artículo 69 de la reforma.
Lo feo: El aumento en precios que impactará a todos los caldenses, principalmente a los de menores ingresos, debido al incremento de impuestos a los combustibles, particularmente a la gasolina, el gas y el ACPM, generando mayor valor en el costo del transporte, productos de consumo masivo y algunos alimentos, aspectos demandados por la población vulnerable. De igual manera, el campo se verá afectado con la eliminación de deducciones a la actividad cafetera, una de las bases del desarrollo de nuestro territorio.
Uno de los aspectos que carece la reforma, es que no crea condiciones para incentivar la inversión y fomentar una mayor prosperidad económica, la cual, en caso de darse, permitiría que los contribuyentes puedan sostener la carga tributaria. Además se hace necesario, brindar las herramientas para que los gobiernos municipales, particularmente los de sexta categoría y que son la mayoría en el país, puedan fortalecer sus finanzas a través del catastro multipropósito y el ordenamiento territorial, entendiéndose estos como instrumentos para mejorar la política fiscal local, permitiendo que las pequeñas poblaciones tengan acceso a recursos a partir de sus propias dinámicas, generando que el desarrollo nacional se construya de “abajo hacia arriba”.