Luis Prieto
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Como lo dice este titular, todo el enjambre electoral se debate sin diferencias sustanciales o novedosas. Compiten entre ellos con los mismos argumentos y las mismas promesas. Todo sin límites ni controles.
La supresión total o parcial de los impuestos a la renta, sin explicar dónde están los recursos que taparían este hueco fiscal, es el tema repetido. Una reforma tributaria, sin que se explique mayor cosa, es lo que todos a una dicen tener concebida, al entrar a la sala presidencial. Aunque será más difícil que nunca.
Una derrota a la corrupción también es un compromiso mutuo y de máxima importancia. Porque además de la limpieza pública y privada, dicen que de allí saldrán los recursos que sustentarán los cambios tributarios. También habrá reformas a la salud, la educación y todas las reformas infinitas, que tienen en la cabeza. Reducir o eliminar la corrupción como todo el mundo pide, es algo que toma tiempo, más si se cae en cuenta que sus intérpretes son mañosos e inteligentes, y que tienen sus refugios para escamotearse muy bien concebidos.
Contar con la derrota de la corrupción como ingreso suficiente para financiar todas estas reformas es algo iluso. Realmente, no ha habido manifestaciones serias y concisas. Lo relacionado con la tributación merece por su importancia e impacto en el pueblo colombiano, más estudio y profundidad.
El país está en una situación muy débil económicamente. Además de sufrir la baja en sus ingresos por la caída de los precios del petróleo, los excesos burocráticos en el gasto por cuenta del gobierno en general y con énfasis en la Presidencia de la República, han sido la causa de esta debacle. Su déficit fiscal es tan alto y tan difícil de cuadrar, que se está a punto de perder el grado de inversión. Es decir se está al borde de la muerte financiera. Nos puede medio salvar el control de la inflación, ya dentro del rango del Banco de la República. Esto debe producir intereses bajos, para bien del consumo y por ende la producción.
Ningún candidato con excepción de uno de ellos, Vargas Lleras, ha tenido experiencia para asumir una posición de esta naturaleza, en momentos tan críticos.
Se debe resaltar que en esta campaña, las buenas maneras, el excelente trato mutuo y la decisión de hacer respetar los derechos que cada quien tiene para expresarse. Sus reacciones contra aquellas hordas que atentaron contra candidatos como Uribe, Petro y Timochenko, corresponden a gentes de bien.
El gobierno que termina dentro de poco deja al país en guerra. Los guerrilleros de las Farc, disidentes y renegados, siguen asesinando gente, tomándose diferentes lugares propicios para la siembra y exportación de coca, el mayor problema que tenemos hoy. Colombia, para su vergüenza, ha mantenido el primer puesto en la producción de este alucinógeno. A propósito, el tema de la coca, responsable de la sangre derramada en el país por décadas y de la inmensa corrupción que atormenta a los colombianos, no mereció mención alguna.
Es una lástima que no se haya hecho énfasis alguno sobre el agro nacional. Porque al mirar con cuidado todo el panorama productivo nacional, se termina confirmando que la producción agrícola es lo que le representa a Colombia mayor futuro.
Esto es aceptado por propios y extraños. Recientemente escuché los pronunciamientos sobre este tema a un ciudadano muy importante del Perú, que señalaba a Colombia como el futuro proveedor de alimentos, no sólo para sus colindantes sino también para Europa. Perú ha dado contundentes y admirables ejemplos en agricultura, con un suelo arenoso y a primera vista imposible para producir algo. Allí, sin embargo, existen producciones agrícolas importantísimas que le dan a este bello país, grandes utilidades, producto de un mercado ampliado.
Si quien esto escribe fuera nombrado presidente, la agricultura sería la prioridad, porque para Colombia podría ser el gran motor del desarrollo. Sin que se abandonen los otros bienes que también son importantes, pero ninguno como la agricultura. Acá hay variedades casi infinitas y existen muchas hectáreas por cultivar. Ojalá el nuevo presidente tenga las mismas ideas que aquí se escriben, que son también las mismas del pueblo de colombiano.
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